Renfe, pendiente del registro francés para volver a rodar hasta Lyon y Marsella
La española prevé la inscripción este mes para comenzar a vender billetes
La vuelta de Renfe a Francia, clave en el plan de expansión, puede ser cuestión de semanas. Al menos esa es la esperanza que albergan en la compañía dependiente del Ministerio de Transportes. Sus trenes están homologados para rodar en el país vecino; los certificados de seguridad están en pie (expedidos por la Agencia Francesa de Seguridad y la Agencia Ferroviaria de la UE, y se ha dado formación a los maquinistas, interventores y demás personal propio. Se está simplemente a la espera de que la nueva filial gala sea inscrita en el registro mercantil galo.
La petición lleva meses cursada, pero fuentes internas explican que lo que en España es poco más que un trámite, requiere bastante paciencia en Francia. En todo caso, se espera el registro a lo largo de este mes de junio para lanzar prácticamente de inmediato la venta de billetes para los servicios de Barcelona a Lyon y de Madrid a Marsella.
Los dos son trayectos que Renfe operó desde 2013 a través de la joint venture Elipsos, formada con el gigante francés SNCF. La alianza fue rota en diciembre de 2022 después de una decisión unilateral anunciada en febrero del mismo año por la parte francesa, lo que causó perplejidad en el socio español. Sin embargo, desde SNCF se defiende que Elipsos dejó de operar tras una primera prórroga en 2019 y después de que ambos socios analizarán opciones hasta 2021. Las pérdidas que venía arrastrando la sociedad conjunta se vieron agravadas por la pandemia: la demanda se desplomó más del 70% en 2020 y casi un 60% en 2021.
Ahora, SNCF actúa en solitario en el servicio de viajeros Barcelona-París, donde se dispone a ampliar capacidad entre julio y septiembre sumando una frecuencia diaria de ida y vuelta a las dos que ya oferta. Superaría con ello los 800.000 asientos al año en este corredor. Los presupuestos de la operadora pública pasan por alcanzar el equilibrio económico en esta línea en 2024.
Renfe por su parte, aspira a circular este verano hasta las citadas Lyon y Marsella, mientras espera la entrada a partir de noviembre de los trenes de alta velocidad Avril, adquiridos a Talgo, para tratar de llegar hasta París.
El tráfico transfronterizo entre España y Francia tiene a un 80% de los viajeros en la carretera, por un 15% del transporte aéreo y un último 5% que viaja en ferrocarril.
Las operadoras compiten por lo que consideran un amplio margen de desarrollo tras separar sus caminos. Pesaron también las dificultades para compartir datos de negocio e información estratégica cuando la filial de bajo costes de SNCF, Ouigo, se consolida como un rival de Renfe en la red española de alta velocidad.
Cuando la empresa que preside Raül Blanco consiga poner un pie de nuevo en Francia, el tren transfronterizo de SNCF tendrá un factor de ocupación superior al 70%, seguirá prestando un servicio más completo al llegar a París, y se habrá nutrido de la posibilidad de vender billetes con antelación a los meses de verano.
La baza de Leo Express
Otra vía de crecimiento para Renfe en el mercado francés pasa por el desarrollo de su filial checa Leo Express, en la que controla el 50% del capital. La joven operadora ha abierto oficina en ese mercado y fijó el objetivo el pasado 25 de mayo, en su junta de accionistas, de volver a Alemania, país del que resultó expulsada por la crisis, y llegar hasta territorio galo.
Además de cruzar la frontera entre España y Francia con sus trenes de alta velocidad, Renfe se postulará para transportar viajeros entre Francia y Alemania con la citada Leo Express. Su actividad se reduce por el momento a República Checa, Eslovaquia y Polonia, pero dispone de los recursos y licencias para acceder al mercado alemán.
El objetivo puesto en 28 circulaciones semanales
Renfe y SNCF trabajaron durante nueve años de forma conjunta con servicios diurnos de AVE y TGV, respectivamente. Antes habian compartido experiencia con servicios transfronterizos nocturnos.
La francesa ponía sus trenes de Alstom para cubrir el eje París-Barcelona, y los AVE de Renfe cruzaban la frontera en la ruta Madrid-Marsella y Barcelona-Lyon.
La pretensión de Renfe es retomar el Madrid-Marsella y el Barcelona-Lyon con seis frecuencias de ida y vuelta a la semana, lo que llegará posteriormente hasta las 28 circulaciones.
El servicio Madrid Marsella partirá de Madrid-Atocha y parará en Guadalajara, Zaragoza, Tarragona, Barcelona Sants, Girona, Figueres, Perpignan, Narbona, Beziers, Montpellier, Nimes, Avignon TGV, Aix-en-Provence TGV y Marsella St.Charles.
En el caso del Barcelona-Lyon, se parte de Sants y se para en Girona, Figueres, Perpignan, Narbona, Montpellier, Nimes, Valence TGV y Lyon.
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