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Wayne Griffiths (Seat): “A partir de 2030 necesitamos la segunda plataforma eléctrica en Martorell”

El presidente de Seat y CEO de Cupra asegura que está peleando por ella y confía en poder conseguirla

Fernando Belinchón
El ceo de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, durante la presentación del Cupra Tavascan.
El ceo de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, durante la presentación del Cupra Tavascan.CUPRA (CUPRA)

Desde hace años, el futuro de Seat, icónica marca automovilística en España, está rodeado de un halo de incertidumbre. La ausencia de anuncios de nuevos modelos y la falta de alternativas puramente eléctricas que lleven el nombre propio de la enseña han alimentado los temores respecto a su devenir y al de los empleos de la planta de Martorell. El presidente de Seat y consejero delegado de Cupra, Wayne Griffiths, confía en que la fábrica de Martorell cuente con una segunda plataforma para vehículos eléctricos que posibilite mantener el nivel de empleo, aunque aún queda trabajo por delante para conseguirlo. El pasado viernes, con motivo del lanzamiento del Cupra Tavascan, el directivo mantuvo un encuentro con la prensa en el que proporcionó más pistas sobre qué cabe esperar respecto al futuro de Seat.

En el evento de presentación del nuevo Cupra, celebrado en el interior del antiguo aeropuerto Tempelhof de Berlín, la compañía jugó con las luces y las sombras. Tras atravesar un pasillo oscuro en el que los asistentes a duras penas podían discernir por dónde avanzaban, la iluminación, la música y el omnipresente logo de Cupra ofrecían una calurosa acogida al abandonar las tinieblas. Toda una metáfora de lo que posteriormente comentaría Griffiths en la reunión con los medios.

Según se desprende de las previsiones compartidas por el ejecutivo, el futuro más inmediato de Seat está asegurado. La mejora en las cadenas de suministro de semiconductores junto con unos pedidos que estarían en máximos así lo garantizan. Pero poniendo el foco más allá, la guerra contra la contaminación en el sector automovilístico desafía a la marca.

Con Seat planeando volcarse en movilidad alternativa a los turismos y dos únicos modelos pequeños puramente eléctricos previstos en sus líneas de producción (el Cupra UrbanRebel, que se espera empezar a vender en 2025, y el ID. 2all de Volkswagen), se pone el foco en el futuro de la fábrica de Martorell. Griffiths es consciente de esto y cree que la solución pasa por atraer a la fábrica una segunda plataforma eléctrica. Según desveló el viernes, dentro del Grupo Volkswagen se está discutiendo la posibilidad de llevarla a Martorell. Los sindicatos advirtieron que, sin ella, sería inevitable la pérdida de empleo. “A partir de 2030 necesitamos esa plataforma”, admitió Griffiths.

“Yo soy una persona optimista y voy a luchar junto con mi equipo para conseguirla. No se puede hacer de un día para otro e, indudablemente, hay que seguir trabajando en esto. Lo importante es que podamos demostrar que tenemos éxito, no solo en las ventas, sino en la preparación y en nuestra capacidad de planificación. Nunca antes hemos estado mejor preparados tras la llegada de la fábrica de baterías a Sagunto. Pero si se quieren fabricar más coches eléctricos en España, primero hay que venderlos. Y esto no sucede. Estamos en la cola de Europa en ventas eléctricas”, lamentó.

Así, como sucedía con el oscuro pasillo del evento de presentación del Tavascan, Griffiths fiará a Cupra, marca especialmente focalizada en los modelos eléctricos, la llegada de una nueva luz a Seat. Ya el año pasado, Cupra aportó el 40% del total de ingresos de Seat, contribuyendo así a alcanzar el segundo mejor año de la historia para la firma. “Claramente, nuestro enfoque en Seat ahora consiste en impulsar a Cupra y preparar la electrificación de Martorell. Yo sé lo que significa Seat para el país, soy muy consciente de ello, pero mi reto es transformar esta empresa y darla un mejor futuro con Cupra, con la electrificación y con la movilidad”, concluyó Griffiths.

Fabricación en el aire

El primero de los puntos de inflexión para Seat se encuentra tan pronto como en 2025, cuando, en principio, se espera que entre en vigor la nueva normativa de reducción de la contaminación Euro 7. Con un sistema de control más estricto y exigencias que golpean especialmente a los vehículos pequeños y asequibles, Griffiths liga la fabricación de coches de Seat a la forma y plazo en la que finalmente se ejecute la normativa, existiendo la posibilidad de que se suspenda la producción.

“Estamos esperando que el sentido común prevalezca y que haya un aplazamiento hasta 2027 que nos permita seguir fabricando los coches. Nosotros tenemos interés de cumplir las normas de Euro 7, pero tienen que tener sentido. No puede hacer los coches pequeños tan caros. Nuestro cálculo es que para algunos coches haría que el precio fuera prohibitivo, e incluso imposible en algunos modelos”, expresó.

Pero incluso con ese aplazamiento que pide, queda en el aire lo que ocurriría en 2027. Del encuentro con Griffiths se extrae la conclusión de que el futuro de Seat y de los aproximadamente 100.000 empleos que genera en total en España a lo largo de toda la cadena de valor, según estimó el propio directivo, depende en gran parte de Cupra y de la capacidad de atraer más productos a Martorell.

De versión a tabla de salvación

Cupra, que empezó siendo una versión del Ibiza en 1996, se convirtió en 2018 en una marca propia englobada dentro de Seat que, en un giro de los acontecimientos en toda regla, se ha erigido como su principal apuesta. Enfocada a un mercado más premium que la propia Seat, dedicada a la electrificación y con carácter deportivo, desde su lanzamiento oficial hace cinco años ha vendido más de 300.000 coches y se ha convertido en la marca de más rápido crecimiento en Europa. “Con una cifra récord de más de 46.000 unidades vendidas en el primer trimestre de 2023, Cupra está impulsando la rentabilidad de Seat”, explica la propia compañía.

En las diferencias entre Seat y Cupra, además de la electrificación en la gama de la segunda, destaca la buena acogida de Cupra más allá de las fronteras nacionales. Griffiths comentó sobre ella que, para 2030, sería “de las pocas marcas españolas con verdadera presencia global”. Sus mercados son principalmente Alemania, España, Turquía y México. Entre los planes de futuro, está lanzarla en Estados Unidos.

En cuanto a los coches, hoy por hoy Cupra tiene cuatro modelos de vehículos y, a diferencia de Seat, enseña que no tiene previsto ninguno nuevo, ya tiene proyectados otros tres. Dentro de los que a día de hoy fabrica, dos, el Formentor y el Cupra León, se producen en Martorell. El Cupra Born se hace en Alemania y el Cupra Ateca en República Checa. Entre 2024 y 2025, prevé lanzar el Terramar, que se fabricará en Hungría, el Urban Rebel, un eléctrico pequeño diseñado para la ciudad que también recalará en Martorell y, por último, el Cupra Tavascan, de fabricación en la provincia china de Anhui.

Preguntado por si Seat tendrá nuevos modelos, Griffiths respondió que los habrá, pero seguidamente aclaró que la Seat del futuro poco se parecerá a la que hasta ahora se ha conocido, poniendo el foco en otras formas de movilidad más allá de los coches. “Seat tiene un papel para los jóvenes para la entrada en la movilidad. Seat ofrecerá una respuesta a esos jóvenes que no solo quieren coches para su movilidad. Por eso creo que fue un acierto presentar Mo y sus proyectos a dos ruedas”, valoró el presidente de la marca.

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Sobre la firma

Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.

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