Los sectores constructor y aéreo temen el atasco de asuntos críticos con la salida de Pardo de Vera
El nuevo presidente de Renfe tranquiliza a sus directores con un mensaje de continuidad
La próxima expiración del mecanismo de revisión de precios en la obra pública, con fin de plazo el 31 de marzo, tiene en vilo a un sector constructor que cambia de interlocutor. El asunto se despachaba con la ex secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, y pasa a ser una urgencia para su sustituto, David Lucas. Pese a ser un perfecto conocedor de los representantes de la construcción, por su anterior puesto de secretario general de Agenda Urbana y Vivienda del Ministerio, el relevo forzoso llega en un momento más que delicado.
“Transportes estaba empujando a favor de la extensión de la medida de estabilidad en los contratos de obra ante un Ministerio de Economía que se muestra reticente. Pardo de Vera entendía perfectamente el problema por su experiencia en el área de construcción de Adif”, cuenta un alto cargo de una de las mayores constructoras del país.
La asociación Seopan demandó el lunes una prórroga de la revisión de precios, como también lo hizo unos días antes la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), y toda una modificación de la Ley de Contratos para desbloquear proyectos concesionales y recoger como obligatoria el referido mecanismo de reequilibrio ante la inflación de los materiales más habituales en una obra. El riesgo vuelve a ser el de concursos desiertos y proyectos ralentizados por los costes.
Desde estos y otros colectivos se valora, no obstante, la apuesta del Ministerio por un perfil de dentro de la casa ante desafíos como la aprobación de la Ley de la Vivienda, que el propio Lucas ha venido negociando con Unidas Podemos, o la Ley de Movilidad Sostenible que debería ver la luz en el cuarto trimestre del año.
La ejecución de fondos europeos, de los que Transportes gestiona el 16% de las subvenciones no reembolsables; el aprovechamiento del fortalecimiento de los PERTEs por la vía de créditos de la UE, o una subida de los niveles de ejecución de proyectos (72% en el Ministerio de Transportes en 2022 tras una mejora de siete puntos porcentuales), en un contexto de fuerte ritmo de licitación, forman parte del ramillete de reivindicaciones que van a ir de inmediato a la mesa del nuevo secretario de Estado de Transportes.
Otro sector que pierde a una interlocutora sensible con su problemática es el aéreo. Y llueve sobre mojado. Las aerolíneas llevaban meses trabajando con Pardo de Vera sobre la posición de España frente a la fiscalidad verde que va a debatirse en el seno de la UE para el transporte aéreo. El tercero en la mesa era el ex secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, quien renunció al cargo el pasado mes de diciembre por motivos personales. “Tanto Isabel [Pardo de Vera] como Fernando [Valdés] parecían conscientes de lo que se juega el sector turístico y economía española si se activa un impuesto al queroseno para vuelos intraeuropeos”, lamenta una fuente cercana a los contactos. Desde Turismo se pidió un informe para estimar el impacto del paquete europeo de medidas ambientales. Lo que era absolutamente prioritario “parece haber sido ralentizado” ante el estupor de todo el transporte aéreo.
David Lucas también recibe la patata caliente de la una segunda fase de liberalización de torres de control. La privatización ha sido demandada por Aena y las propias aerolíneas en aras de la eficiencia económica, pero la iniciativa que arranca como proyecto de Orden Ministerial ha creado controversia en el Gobierno de coalición.
Blanco cuenta con todos
El otro nombramiento materializado ayer en el Consejo de Ministros fue el de Raül Blanco como presidente de Renfe. Quien había sido secretario General de Industria hasta final de diciembre coge las riendas de la operadora en plena revisión del plan estratégico. Una vez superado el impacto del Covid-19 en la demanda de viajes, Renfe busca la vuelta a beneficios; desarrollar la marca de bajo coste Avlo en nuevas ciudades, o el inminente salto a Francia con servicios en solitario tras la ruptura con SNCF.
El primer movimiento de Blanco ha sido trasladar tranquilidad a los directores generales. La apuesta es por la continuidad en la gestión mientras llega, por ejemplo, la nueva flota de alta velocidad (serie 106) para aumentar servicios y desarrollar a la citada Avlo.
Blanco estuvo a las órdenes de su antecesor, Isaías Táboas, en la Generalitat de Cataluña. Los dos proceden del PSC y sus relaciones son buenas, lo que garantizaría una transición sin turbulencias.
La dimisión de Táboas y la salida de Pardo de Vera cierra años de tensas relaciones entre ambos, lo que obligó a más de una decisión salomónica por parte del anterior ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y más recientemente de Raquel Sánchez. Los dos están fuera por un problema, el del diseño de los trenes para Cantabria y Asturias, que había vuelto a aflorar el viejo desencuentro.
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