Una de cada diez startups se consolida en sus tres primeros años
Los datos generales son desalentadores para las pequeñas y medianas empresas
El número de startups crece significativamente en nuestro país cada año. De hecho, el 2023 se cerró con un número algo superior a las 23.000 empresas, eso sí, con una gran parte centrada en Comunidades Autónomas específicas, como Madrid, Cataluña y Andalucía.
Aunque todavía son únicamente el 4% del total de empresas españolas que existen en la actualidad, conviene seguirlas de cerca, porque van a seguir creciendo. Los avances tecnológicos que forman parte de su modelo de trabajo, así como las nuevas ideas relacionadas con sectores profesionales antes menos comunes, son el motivo por el cuál muchos emprendedores apuestan por las startups.
No obstante, su camino hacia el éxito sigue siendo bastante complejo. Hay muchas variables que hacen que la gran mayoría de ellas no logre consolidarse, e incluso terminen por cerrar. Saber bien qué necesitan y cuáles son las características de las que salen adelante, es fundamental para las que queden por venir.
¿Cuáles son esas estadísticas con un análisis bastante pesimista?
Más del 50% de las empresas emergentes, es decir, las startups, fracasan en sus primeros cuatro años. Y únicamente una de cada diez consigue estabilizarse antes de que se cumplan los tres años desde su comienzo.
Estos son los datos que aporta el Instituto Nacional de Estadística, y que además confirma el Banco Interamericano de Desarrollo. Y no es el único mal dato, porque además también se especifica en este estudio que el pasado año cerraron más de 26.000 empresas en España, y que además este dato creció un 10% con respecto al año anterior.
Viendo todo esto, uno puede ser especialmente pesimista y pensar que su proyecto futuro no va a salir bien. Pero hay algo en lo que están de acuerdo la totalidad de analistas, y es en que el problema no es que haya malas ideas, sino que la ejecución de las diferentes fases de desarrollo no es buena, al menos en una gran mayoría de casos.
Desde el BID, el Banco Interamericano de Desarrollo, dicen que los tres principales pilares problemáticos que argumenta la mayoría de starups cuando fracasan son: en primer lugar, la rapidez con la que cambian los hábitos de consumo de la sociedad, que a menudo no da tiempo a las empresas a acostumbrarse. Además, la situación económica y la incertidumbre a nivel internacional, y las dificultades en la adaptación a los avances tecnológicos también son problemas.
Las startups se caracterizan por tener mucha relevancia en el ámbito digital, desde luego. Pero luego sucede que cuando van creciendo, necesitan enseñar el universo online a todas las personas que forman parte del proyecto. Y muy a menudo no hay financiación para ello.
La clave del éxito para que más startups salgan adelante en el futuro
Desde la experiencia que da llevar una startups que ha superado todas las pruebas y tiene éxito, proponen ideas a los nuevos proyectos para no fracasar. Y el mensaje optimista se superpone al negativo, porque de hecho, el pasado 2023 se crearon 100.000 nuevas compañías, un 11% más que el año pasado.
No hay una receta específica que garantice el éxito, desde luego. Pero si algunos ingredientes que todas las empresas exitosas comparten, y que pueden servir como referente:
- Crear un equipo con todos los perfiles profesionales obligatorios. Hacer que todo el mundo se dedique a todas las tareas lo único que hace es bajar la productividad y además tomar una deriva más mediocre.
- Elaborar una propuesta de valor muy clara y muy bien comunicada. El marketing es fundamental, porque sin él, una buena idea no llega a ser escuchada por quien debe hacerlo para que el negocio salga adelante.
- Priorizar la ejecución, por encima de la idea. Todo lo que tiene que ver con la economía de la empresa, la comunicación externa, los planes futuros y etcétera son exactamente igual de importantes que la idea primaria.
- La flexibilidad es una variable siempre a tener en cuenta. Es importante trazar una estrategia y tener los pasos claros, pero siempre se debe estar preparado para los inconvenientes que obligan a cierta flexibilidad e improvisación.
Es evidente que no es un mundo fácil el del emprendimiento. Y que las estadísticas confirman la realidad de que no todo el mundo triunfa cuando trata de llevar adelante sus propios proyectos. Pero planificando todo muy bien, estudiando el mercado y teniendo profesionales dedicándose a lo que mejor saben hacer, se desarrollan muchas más posibilidades.