Diversificar es de sabios
Se da la gran convergencia
Empezamos 2023 con el consenso de que Europa iba a ser la sorpresa positiva, EE. UU. perdería fuelle y la reapertura de China daría nuevos impulsos a los mercados. Ahora entramos en verano y Europa ha entrado en recesión técnica, EE. UU. muestra una mayor resiliencia gracias al exceso de ahorro y apalancamiento relativamente bajos de sus hogares y China no ha cumplido las expectativas.
El caso es que sabíamos que la Reserva Federal iba a seguir subiendo los tipos de interés hasta que hubiese un accidente y se ha producido, de manera que estamos empezando a ver cierta debilidad en el consumo. Pero la Reserva Federal, cuya política monetaria dirige el sentimiento del mercado, no va a cambiar el rumbo del drenaje de liquidez. En los últimos doce meses ha retirado del sistema unos 1,7 billones de dólares y está empezando a afectar a su economía. Ahora, aunque posible, no prevemos una subida adicional de tipos de interés esta semana. En todo caso, va a depender de los datos, incluyendo el I.P.C. Con todo, EE. UU. está más cerca del techo de subida de tipos de interés, si bien la inflación no termina de bajar y puede haber tipos altos mucho más tiempo de lo que pensábamos.
El inversor tiene que pensar en los próximos tres años
Entre economías desarrolladas la excepción está siendo Japón, que está dando buenas noticias. Es el único país desarrollado con datos de encuestas PMI de servicios y manufactureros en expansión. Se encuentra en un ciclo económico virtuoso, con crecimiento del PIB, gracias a la demanda interna.
Pero no hay que fijarse tanto en el corto plazo sino en el ciclo. Efectivamente, el inversor tiene que pensar en los próximos tres años, donde vemos divergencia entre países desarrollados, con crecimiento por debajo potencial y economías emergentes. En ese tiempo la rentabilidad potencial de las acciones de mercados emergentes, que parecen baratas, puede acercarse al doble dígito, frente a 5% a 6% en países europeos y en EE. UU.
Por su parte China esté año puede estar débil -el índice de acciones de China ha estado en terreno negativo- y tácticamente hemos rebajado la renta variable china a neutral. Pero es buen momento para pensar en esta economía cara a los próximos años. A medio plazo China seguirá siendo motor de crecimiento, incluyendo toda la región asiática, donde vemos crecimiento de hasta el 5%.
Se da la gran convergencia
Además, el régimen de inversión ha cambiado. Tras 20 años hay gran convergencia entre la rentabilidad potencial de la liquidez, renta fija y renta variable, hacia alrededor del 5%, con correlación negativa entre bonos y acciones. De momento, la renta fija ofrece mayor atractivo en rentabilidad/riesgo que la renta variable en países desarrollados con la excepción de Japón..
A ello se añade que la inflación disminuye en economías emergentes más rápidamente que en el mundo desarrollado, pues los precios de los bienes se están normalizando más rápido que en los servicios. Chile tiene tipos de interés al 11,25%. Su inflación, que estuvo en 20%, ha bajado a un solo dígito, con aumentos mensuales por debajo de 0,3%, pero su banco central, a pesar de muchas presiones, se niega de momento a bajar los tipos de interés. Quiere asegurarse que la inflación converge a niveles del 3% (actualmente 9,9%) De hecho, las economías emergentes están más adelantadas en el ciclo de ajuste monetario, pues ya sufrieron la ola de inflación. Ahora, con la inflación a la baja, la deuda de gobiernos latinoamericana proporciona en algunos casos rentabilidades a vencimiento de doble dígito, con inflaciones controladas. También es el caso en Colombia, donde los tipos de interés están en 13,25% (tras la subida de 0,25% de su banco central en Abril), con inflación por encima del 20%. No se trata de inversiones para la parte central de la cartera y hay que ver el perfil de riesgo del inversor, pero la valoración de las divisas en economías emergentes respecto a monedas desarrolladas muestra en torno a 25% de descuento. Eso sí, la volatilidad en renta fija de mercados emergentes es casi el de la renta variable, de 12 al 14%.
Digitalización, evolución demográfica y transición energética
Además, tenemos que acostumbrarnos a cuestiones políticas y geopolíticas, con ciclos económicos muy cortos y vivir con volatilidad. De hecho, ante la debilidad y moderación del crecimiento económico en las economías desarrolladas es previsible que las materias primas, que se comportaron muy bien en 2022, entre en un ciclo de debilidad. Puede haber oportunidades, pero no esperamos un rally en materias primas como en 2022.
Pero, si miramos más adelante, hay que diversificar. Hay que estar en renta fija -sobre ponderamos bonos del gobierno de EE. UU.- pero también vemos oportunidades en renta variable, que puede proporcionar 5 a 6% de rentabilidad por dividendo, similar al cupón.
Al respecto el inversor puede fijarse en varios temas: la digitalización, la evolución demográfica y la transición energética. Entre otros aspectos, va a haber 200 millones de europeos jubilados, con importantes implicaciones en materia de salud. Al mismo tiempo crece la población en economías emergentes. A ello se añade una gran inversión en infraestructuras y energías renovables la próxima década. Efectivamente, el plan Repower de la Comisión Europea quiere movilizar 300.000 millones de euros hasta 2027. Prevé duplicar la capacidad solar fotovoltaica para 2025, tanta como la ya disponible y casi cuadriplicarla para 2030. Por su parte, EE. UU. con ley Inflation Reduction Act., de 369.000 millones de dólares, puede sobrepasar el billón, como en Europa.