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¿Tenemos que seguir preocupados por la inflación?

El último dato de la eurozona ha repuntado ligeramente, aunque la subyacente ha conseguido reducirse

La inflación lleva siendo un tema recurrente en los últimos años. La reapertura económica tras la pandemia, los problemas en la cadena de suministros, la falta de stock yla alta demanda de bienes y servicios, entre otros, tensionaron durante meses los precios, lo que se vio recrudecido por la guerra en Ucrania y el incremento de los precios de la energía y de los alimentos.

Desde entonces, todos los meses se miran con lupa los datos de inflación, especialmente los de la inflación subyacente, que es la que excluye los elementos más volátiles, los que acabamos de comentar, la energía y los alimentos, que son los más susceptibles de sufrir oscilaciones bruscas en sus precios por circunstancias geopolíticas o económicas o por decisiones de organizaciones como la Organización de países productores y exportadores de petróleo (OPEP). Y esto es, precisamente, lo que pasó el año pasado a raíz del conflicto bélico en Ucrania.

En su última reunión, la OPEP anunció un nuevo recorte de producción, del entorno de un millón de barriles diarios. El petróleo Brent, el de referencia en Europa, cotiza en el entorno de 76 dólares por barril, después de haber bajado en las últimas semanas, y de situarse prácticamente a la mitad de lo que estaba tras el inicio de la guerra.

Por su parte, el gas, como señala José Ramón Iturriaga, socio y gestor de fondos en Abante, está en algo más de 35 euros la referencia europea, cuando en los meses del verano se encontraba en los 350. La luz también ha caído y, si nos fijamos en los precios de la gasolina, los consumidores ya podemos ver cómo, tanto el diésel como la gasolina, siguen con su tendencia a la baja.

¿Qué dicen los datos?

Eurostat ha publicado esta semana los datos de inflación del mes de abril. En la zona euro, se ha revertido la tendencia bajista que llevábamos viendo desde que en noviembre se alcanzara el pico, y en el mes pasado se ha registrado una subida interanual de una décima, hasta el 7%.

La buena noticia ha llegado por el lado de la inflación subyacente, que llevaba meses preocupando a los bancos centrales por ser más difícil de controlar. En la zona euro, este indicador ha bajado por primera vez desde los últimos diez meses. Así, la subyacente ha registrado un ligero descenso, de una décima, hasta el 5,6% interanual, lo que puede dar cierta tregua al Banco Central Europeo después de meses viendo cómo, a pesar de las bajadas de tipos, esta seguía marcando máximos.

El BCE, en su reunión de mayo, volvió a subir los tipos de interés, un 0,25%, menos de lo previsto, aunque eso sí, Christine Lagarde dejó claro que habrá más subidas antes de verano y que controlar la inflación sigue siendo su prioridad. Los tipos, ahora mismo, se sitúan en una horquilla de entre el 3,5 y el 3,75%, su nivel más alto desde 2008 y, si llegamos al 4%, estaremos en el nivel más alto desde la creación del euro.

¿Veremos realmente más subidas? ¿Nos quedaremos a medio y largo plazo con los tipos en esos niveles? ¿Tenemos que aprender a convivir con inflaciones más allá del 2%? A la espera de la próxima reunión del BCE del mes de junio, de momento, como explica Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante, lo que sigue preocupando al mercado es si vamos a tener recesión o no y cómo de intensa será: “ Por ahora no hay señales de recesión. La economía aguanta, los datos de actividad están repuntando ligeramente, los datos de empleo siguen siendo fuertes y, si nos fijamos en la parte corporativa, lo que estamos viendo son unos resultados empresariales que están apoyando”.

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