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El carbón chino ahorrará dinero a la UE

El impulso de Pekín para aumentar las importaciones de gas por gasoducto, impulsar la producción nacional, y usar más carbón debería de contener la demanda de GNL

Centro comercial de Pekín, este martes.
Centro comercial de Pekín, este martes.JADE GAO (AFP)

La recuperación pos-Covid aumentará el apetito chino por el gas natural licuado, que los europeos codician tras rechazar los suministros de Moscú. Pero el impulso de Pekín para aumentar las importaciones por gasoducto, usar más carbón e impulsar la producción nacional de gas debería de contener la demanda china del combustible líquido en 2023.

En 2021, la República Popular era el principal comprador mundial de GNL. Pero sus compras cayeron un 20% hasta 64 millones de toneladas, u 88.000 millones de metros cúbicos (88 bcm) en forma gasificada en 2022, con los confinamientos. Mientras, la subida de los precios del gas en Europa llevó a los operadores chinos a redirigir cargamentos de EE UU asegurados mediante contratos a largo plazo y más baratos al continente azotado por la guerra para obtener beneficios, una tendencia que puede continuar. La UE importó la cifra récord de 131 bcm de GNL en 2022, un 60% más que en 2021, según Kpler.

Las perspectivas de China han mejorado después de que abandonara abruptamente el Covid cero. Pero la caída del inmobiliario y el debilitamiento de las exportaciones sugieren que el repunte será menos abrumador que cuando relajó por primera vez las restricciones en 2021. El Consejo de Electricidad de China estima que el consumo de luz crecerá solo un 6% en 2023, frente al 10,3% de 2021. Por eso se prevé que las importaciones de GNL suban solo un 7% este año, hasta 94 bcm, según OilChem China, o un 14% por debajo de su pico de 2021.

Hay más razones para creer que la reapertura no exacerbará la pugna por el gas. Golpeada por la escasez de energía en 2021, Pekín ha vuelto a apostar con fuerza por el carbón, que aporta el 60% del consumo de energía. En 2022, la producción china de carbón subió un 9%, hasta un récord de 4.500 millones de toneladas, y se espera que siga creciendo en 2023. El Gobierno también quiere reducir la dependencia de las volátiles y caras compras de GNL produciendo más gas y asegurándose más por gasoducto, sobre todo desde Rusia. Según S&P Global Commodity Insights, los flujos hacia China a través de la red Power of Siberia, de 3.000 kilómetros, deberían de subir hasta 22 bcm este año, frente a los 15 de 2022. Al tiempo que refuerza su propia seguridad energética, China puede contribuir accidentalmente a mantener caliente a Europa.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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