El Ibex hace pleno en lo que va de año y suma su cuarta semana consecutiva al alza
El selectivo español repunta un 1,59% en las últimas cinco jornadas
A una semana de que los bancos centrales tomen la palabra, los inversores optan por prolongar las subidas. La mayor resistencia mostrada por la economía ha sido ingrediente suficiente para que los inversores decidieran subirse a la tendencia alcista que impera desde comienzos de año. Aunque las subidas de las últimas sesiones son más moderadas que las registradas en las primeras jornadas del año, la corrección de la que tanto alertan las firmas de análisis aún no ha llegado. En una jornada sin rumbo fijo, el Ibex 35 logró sacudirse las dudas y avanzar un 0,27% el viernes, ascenso suficiente para mantener la barrera de los 9.000 puntos y revalidar los máximos de noviembre de 2021. En las últimas cinco jornadas los ascensos se amplían al 1,59%. Es decir, el selectivo español logra pleno en lo que va de 2023 y suma su cuarta semana consecutiva al alza.
El tirón experimentado por Sabadell el jueves tras la presentación de resultados tuvo su continuidad el viernes. La entidad se anotó un 5,24% el viernes, ganancias que en la semana se amplían al 20%. Es decir, se reafirma como el valor más alcista en la semana. Aunque el tirón de Sabadell sirvió de impulso al resto de entidades, tan solo Unicaja (5,36%) logra colarse en la lista de cotizadas que más suben en las últimas cinco jornadas. No obstante, el pódium de firmas que más suben en la semana lo conforman Rovi (7,86%) y Sacyr (6,57%). En el lado de los descensos destacaron Solaria (-2,19%), Telefónica (-2,52%) y Acciona (-2,23%). Cellnex, que la semana pasada se vio impulsada por los rumores de opa, optó por la consolidación y cedió un 0,96% ante el silencio sobre una posible adquisición.
El comportamiento del Ibex 35 se situó en línea con el del resto de índices europeos. El Dax alemán avanzó un 0,77%; el Cac francés, un 1,45% y el Mib italiano, un 2,56%. Solo el FTSE británico se desmarcó de esta tendencia y finalizó la semana en tablas (-0,07%).
Los analistas de Bank of America señalan que el buen comportamiento que registran las Bolsas europeas en este inicio de año se está viendo soportado por la entrada de flujos. En la última semana los fondos de acciones europeas recibieron 3.400 millones de dólares. Se trata de la mayor entrada desde febrero y es solo la segunda semana de recepción de flujos después de 48 consecutivas de reembolsos. Esto es suficiente para que la Bolsa europea amplía sus ganancias frente a la renta variable estadounidense. Un comportamiento que se ve apoyado por la ralentización que empieza a mostrar la inflación y el alivio que experimentan los precios del gas.
Desde la gestora de DWS intentan rebajar el optimismo y, en línea con las advertencias realizadas por los analistas en las últimas semanas, señalan hay muy poca correlación entre un buen inicio de año y un buen año en general. Los expertos reconocen que las perspectivas para los mercados no son tan malas como se temían a mediados de 2022, pero consideran que tampoco han mejorado exceso. “Nos parece que aún es pronto para revisar nuestro objetivo para el S&P 500 en el año (4.100 puntos). Sin embargo, puede que sí lo hagamos para el mercado europeo y asiático donde el entorno macroeconómico ha sorprendido de forma mucho más positiva”, subrayan.
James Rutherford, director de renta variable europea de Federated Hermes Limited, apunta que el buen comportamiento de los mercados se debe a que los inversores daban más probabilidades a la Reserva Federal de lograr un aterrizaje suave. Aunque existen muchos interrogantes pendientes de respuesta, los últimos datos macroeconómicos evidencian una mayor resistencia de la primera economía del mundo. El mejor ejemplo de ello es el crecimiento de EE UU en el cuarto trimestre de 2022, que superó las expectativas de los analistas (2,9% interanual, frente al 2,3% estimado).
Juan José Fernández Figares, director de análisis de Link Securities, destaca que, si bien esta mayor fortaleza puede ser un argumento para que la Reserva Federal acelere las subidas de tipos, los inversores optaron por ver el “vaso medio lleno”, al interpretar que la cifra apoya la hipótesis, mayoritaria de que la economía estadounidense, puede lograr un “aterrizaje suave”.
Desde Société Générale descartan que tanto EE UU como la zona euro entre en recesión en 2023 y en su lugar auguran un periodo prolongado de estanflación. Una idea en la que también coincide Rutherford que señala que “los temores a una recesión en Europa han disminuido beneficiando a los mercados, ya que un clima invernal más suave ha reducido la probabilidad de racionamiento energético y los precios del gas han bajado, a lo que se suma el impacto positivo que tiene la reapertura de China en esta región”.
Más cauto se muestra Lewis Grant, gestor de cartera de renta variable de Federated Hermes, que señala la moderación que ha experimentado las Bolsas en las últimas jornadas. “Hubo un tiempo en que la recesión parecía inevitable, sobre todo en Europa y, aunque puede que ya no sea así, creemos que la probabilidad sigue siendo alta”, explica.
Aunque los inversores han apostado de manera decidida por una moderación en el proceso de subida de los tipos, las próximas jornadas serán claves para comprobar hasta qué punto esto era realidad o se trataba de meras especulaciones. Si bien el dato de crecimiento y el sobrecalentamiento que vive el mercado laboral estadounidense dan margan a la Fed para seguir siendo agresivos, la moderación que empieza a mostrar la inflación es ingrediente suficiente para que el Comité de Mercado Abierto (FOMC) comunique un alza de 25 puntos básicos, una idea que ha ganado fuerza en las últimas semanas. No obstante, la moderación no supone una pausa. Varios miembros del banco central de EE UU han reiterado que los precios están lejos del objetivo del 2% y ven los tipos por encima del 5% a cierre de año.
Más agresivo se mostrará el BCE. Como señaló su presidenta, Christine Lagarde, en su intervención en Davos, la batalla contra la inflación continúa. Es decir, el consenso espera una subida de 50 puntos básicos en las próximas dos citas. Con esta idea como telón de fondo, los bonos ponen freno a las ganancias que registraban en el inicio de año. La rentabilidad del bono español repunta al 3,22% mientras el bono alemán se sitúa en el 2,3%. La divergencia de política monetaria sirve para sostener la recuperación que vive el euro. La divisa comunitaria sube más de un 13% desde los mínimos de septiembre y se cambia a 1,0858 billetes verdes.
Junto a los resultados empresariales, la próxima semana se celebra la reunión de la OPEP. El Brent se aproxima a los 86 dólares.