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Cellnex se dispara en Bolsa entre rumores de opa tras el anuncio de salida del CEO

American Tower y Brookfield, posibles interesados Las acciones, muy castigadas en 2022, subieron este viernes casi un 10%

Fuerte crecimiento del valor de Cellnex

Fuerte sacudida en Cellnex, uno de los principales valores del Ibex 35. El líder europeo de infraestructuras de telecomunicación subió este viernes un 9,84% en Bolsa, hasta 36,50 euros, entre rumores de opa del gigante American Tower y el fondo Brookfield, liderando los avances en el selectivo español. Por momentos, los títulos llegaron a ganar cerca de un 11%, hasta los 36,98 euros. American Tower, por su parte, llegó a caer, por momentos, cerca de un 4% en Wall Street.

Las especulaciones coinciden con un momendo delicado para el grupo, tras la decisión de su consejero delegado y auténtico impulsor del proyecto industrial y financiero, Tobías Martínez, de dejar el puesto a partir del mes de junio.

Ambos grupos interesados, según adelantó OK Diario, habrían contratado como asesor a Morgan Stanley, mientras que Cellnex tendría como asesor a Goldman Sachs.

Fuentes de la empresa no quisieron hacer comentarios. American Tower, por su parte, tampoco emitió ninguna nota oficial.

A su vez, fuentes del mercado señalan que el consejo de administración de Cellnex no ha recibido ninguna indicación de interés por parte American Tower o Brookfield, ni ha dado ningún mandato a Goldman Sachs. Otras fuentes también apuntan a que Brookfield no está considerando una compra de Cellnex.

Brookfield tiene un amplio conocimiento de Cellnex y sus actividades. Ambas firmas acudieron unidas al proceso de venta de GD Towers, filial de torres de Deutsche Telekom en Alemania y Austria, durante el pasado verano. La compañía española se retiró finalmente, dado que la teleco germana optó por llevar a cabo una operación con un claro sesgo financiero, más allá de un proyecto con un socio industrial.

En cualquier caso, la operación tendría unas dimensiones históricas para el sector. En la actualidad, Cellnex tiene una capitalización bursátil cercana a 25.000 millones de euros. De cara a una posible opa, habría que incluir la deuda del grupo, que ronda los 17.000 millones, con lo que, unido a una hipotética prima, la transacción se situaría entre 45.000 y 50.000 millones. La compra de las torres de Hutchison le costó 10.000 millones a Cellnex, en la mayor operación de su historia, mientras que el propio Brookfield y DigitalBridge acordaron un pago de 8.900 millones a Deutsche Telekom por el 51% de la citada GD Towers.

El hipotético comprador, no obstante, pasaría a controlar el mayor grupo europeo de infraestructuras de telecomunicaciones, con más de 104.000 emplazamientos (138.000 cuando finalicen los despliegues pendientes), repartidos entre 12 países. Es decir, pasaría a controlar más del 20% del mercado europeo.

Los posibles interesados buscarían aprovechar la corrección registrada por Cellnex en Bolsa durante el pasado año. Los títulos están lejos del máximo histórico, por encima de 60 euros, alcanzado en el verano de 2021. Durante el pasado año, las acciones sufrieron un duro castigo del 39%, en línea con otras empresas del sector, como consecuencia de los temores de los inversores por el impacto derivado de la subida de los tipos.

La decisión final estaría en manos de los accionistas. En la actualidad, Edizione, el holding de la familia Benetton, se mantiene como el primer accionista de Cellnex con un 8,5% del capital; por un 7% de GIC, el fondo soberano de Singapur. Además, Blackrock posee un 5,07% del capital, por un 4,97% de Canada Pension Plan Fund Investment, un 4,77% de Criteria, un 5,38% de JP Morgan, un 7% del inversor Chris Hohn y un 4,82% de Hutchison. Esta última participación procede de la ampliación de capital realizada por Cellnex para pagar la compra de las torres del grupo asiático en Reino Unido.

Gobierno

De todas maneras, no sería fácil la ejecución de la transacción. Una opa sobre Cellnex deberá contar con el visto bueno del Gobierno. El Ejecutivo decidió prorrogar hasta finales de 2024 el denominado escudo antiopas. Esto supone que cualquier oferta de un inversor de la UE o de fuera sobre una compañía considerada como estratégica debe contar con la autorización del consejo de ministros. Y el sector de las telecos es uno especialmente considerado así por el Gobierno. Esta salvaguarda data de la pandemia, y el Ejecutivo ha decidido ir prorrogándolo desde entonces.

En este sentido, además del negocio de servicios de torres para telefonía móvil, Cellnex es el principal proveedor en España de los servicios de emisión de señales de televisión y radio, una actividad de amplia trascendencia social. Por ejemplo, esta misma semana, RTVE adjudicó estas actividades a Cellnex, en un contrato que supera los 300 millones de euros en los próximos cinco años.

La compañía niega a la CNMV una oferta

Regulador. La publicación de que una alianza entre Brookfield y American Tower preparan una opa sobre Cellnex, con la asesoría de Morgan Stanley, disparó a la compañía en Bolsa. Esto encendió las alarmas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que requirió información a la compañía sobre si realmente estaba negociando una opa, según indican fuentes financieras. La empresa comunicó al regulador que no había conocido ninguna puja ni negociaba nada con estos inversores. Y esas explicaciones fueron suficientes para el organismo que pilota Rodrigo Buenaventura, que decidió no suspender a la compañía de cotización ni exigir la publicación de un hecho relevante. Según fuentes próximas, la institución considera suficientes estas explicaciones y no considera que haya razones para ir más allá.

Plazos. En el caso de que vea una mayor fundamentación, la CNMV puede paralizar la cotización y exigir a los oferentes que lancen el anuncio de la opa, en la que detallen el precio a pagar, la financiación de la oferta o algunos de los planes para la compañía. Desde entonces, tendrían un mes para remitir toda la información al regulador y este otros siete para admitir la oferta a trámite. Y ahí empezaría a contar el reloj de las opas, con 20 días para que la CNMV revise la documentación, prorrogables a placer del regulador.

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