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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Los grandes desafíos de las finanzas verdes en 2023

El desarrollo de la regulación y las dudas sobre la veracidad de los productos sostenibles son algunos de ellos

Arranca 2023 con muchas dudas y temores, no solo pensando en los mercados financieros, que también, sino, sobre todo, en los ciudadanos y la crisis del poder adquisitivo, que afecta en última instancia a la capacidad de ahorro y consumo.

Los analistas económicos se refieren a 2023 como un año especialmente complejo, presagiando un posible escenario de recesión global, con distintos grados según si se refiere a los países desarrollados o los emergentes, y salvando las singularidades propias de cada mercado. En nuestro caso, tratándose de la Unión Europa, los presagios no son coincidentes, y donde unos expertos ven la recuperación más rápida, atendiendo a la capacidad de reacción y a las medidas que está impulsando la UE, otros consideran que, probablemente, las tensiones geopolíticas, la inflación descontrolada y la crisis energética afectarán en mayor grado a los países de nuestro entorno, haciendo más lenta la recuperación.

Dado que no se ve una solución a corto plazo en la guerra de Ucrania, ni alternativas inmediatas en los problemas de abastecimiento de energía, con un incremento del coste de la vida y un mercado laboral dañado, lo prudente es considerar que será un año, cuanto menos, altamente retador, en el que las aportaciones de las finanzas sostenibles, el Plan de Finanzas Sostenibles de la UE y el programa Next Generation han de contribuir a amortiguar y superar los impactos negativos de este entorno.

Las finanzas sostenibles han de continuar con su papel de elemento tractor para transitar hacia la urgente recuperación económica, pero sin triunfalismos, teniendo en cuenta que no serán ajenos a las tendencias y vaivenes de los mercados financieros, donde la volatilidad apunta a ser una constante. En cualquier caso, hay que recordar que la inversión sostenible tiene un enfoque de medio y largo plazo, no siendo determinante el comportamiento de los mercados en términos de anualidad, atendiendo al track record, historial de resultados a medio y largo plazo.

Tras un año en el que la legislación en materia de finanzas sostenibles ha continuado avanzando con Mifid II y con la información disponible sobre los mercados, los grandes retos de la inversión sostenible para 2023 en la UE se vinculan con el desarrollo e implantación del marco regulatorio a nivel europeo y nacional; las dudas que pueden surgir respecto a la veracidad de los productos sostenibles, atendiendo al control de prácticas de green, social e impact ­washing, y, finalmente, los condicionantes generales de los mercados, a los que no puede sustraerse la inversión sostenible.

Respecto a los retos mencionados, me gustaría compartir algunas reflexiones:

1. En cuanto al marco regulatorio, centrado en el Plan de Finanzas Sostenibles de la UE, quedan pendientes desarrollos que afectan a directivas y reglamentos clave, como la taxonomía ambiental y la social –que se encuentra en fase de borrador–; las etiquetas o labels de sostenibilidad, así como las referidas a la información de los intermediarios financieros en materia de sostenibilidad, el reglamento SFDR, utilizadas para la clasificación de los productos sostenibles (artículos 8 y 9), junto con los criterios operativos que permiten su interpretación, sin olvidar el conocido como Green Mifid II, que supone la incorporación de preguntas sobre sostenibilidad desde agosto de 2022 en la encuesta obligatoria a los inversores para definir su nivel de información y elección de productos sostenibles.

Por otra parte, también será clave para las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) la actualización de la directiva sobre información no financiera (NFRD), traspuesta en la normativa española en 2018, que será sustituida en 2024 por la directiva de información corporativa de sostenibilidad (CSRD) para las empresas, siendo fundamental la adaptación de los mercados y sus operadores con una visión realista de los tiempos, según el calendario normativo para 2023.

2. Otro aspecto clave para 2023 será el control y sanción de las malas prácticas en materia de sostenibilidad, donde incluir el green, el social y el impact washing. Me gustaría destacar la importancia de resolver los problemas que afecten al entendimiento adecuado del marco regulatorio, diferenciando las malas prácticas voluntarias de las derivadas de factores exógenos. Es indispensable contemplar esta realidad evitando un enfoque binario, excluyente, teniendo en cuenta los aspectos grises, propios del momento de transición, aplicando el rigor oportuno.

3. El tercer punto es el de los mercados. Es muy difícil sustraerse a tendencias generales que afectan a la rentabilidad a corto plazo, periodo de un año, y a los vaivenes derivados de un entorno de alta volatilidad, pero la inversión sostenible seguirá siendo una opción altamente atractiva, atendiendo a los aspectos de riesgos y oportunidades, dada la aceleración en el proceso de transición hacia un modelo energético sostenible, cero emisiones, en el que la subida de los precios de las energías fósiles en Europa hace más atractivas las inversiones en energías renovables. Igualmente, surgen oportunidades para el inversor sostenible en el proceso de transformación del modelo económico y social, con los impactos correspondientes, de la mano de la iniciativa pública y privada.

Las dificultades económicas y sociales para afrontar 2023 son consecuencia de las crisis que se han ido encadenando en los últimos años: ambiental, sanitaria, social o energética, a las que se suma la del poder adquisitivo (inflación y tipos de interés). Esta realidad requiere una respuesta tanto pública como privada, que debe materializarse en el año que comenzamos, sin perder de vista el indicador originario de bienestar social que es la creación de empleo.

La canalización de flujos de capital del ahorrador e inversor europeo hacia los objetivos de transformación ambiental y social seguirá siendo el objetivo de las finanzas sostenibles en 2023.

Francisco Javier Garayoa es Director general de Spainsif

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