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Ángel Rivera, pasión por la banca al servicio de Santander España

Grisi, nuevo CEO global, coloca al frente del negocio español a algo más que un lugarteniente: un hombre enamorado de su trabajo

Ángel Rivera, próximo CEO de Santander España.
Ángel Rivera, próximo CEO de Santander España.JOSÉ MANUEL ESTEBAN

Golpe de timón en Banco Santander. El mexicano Héctor Grisi, que toma posesión de su cargo como nuevo consejero delegado de la entidad a nivel global el día 1 de enero, en febrero pondrá al frente del banco en España a Ángel Rivera Congosto (Madrid, 1966).

El movimiento se ha interpretado, en primer lugar, como uno de los primeros intentos por parte de Grisi de rodearse de hombres de su confianza. En efecto, hay mucho de eso. Grisi, que coincidió con Rivera mientras este ejercía la vicepresidencia de banca comercial y minorista en Banco Santander México (entre 2017 y 2020), sabe que dirigir Santander en España no es cualquier cosa. En primer lugar, es el país que vio nacer la entidad. Pero España es mucho más para Santander que el lejano recuerdo de un pasado brillante. Es el cuarto país dentro del grupo en cuanto a beneficios, con 1.104 millones de euros, solo por detrás de los 2.027 millones de Brasil, los 1.489 de EE UU y los 1.104 de Reino Unido, según datos de los primeros nueve meses de 2022.

Grisi quedó impresionado por el trabajo de un hombre, Rivera, que como jefe de banca comercial en España se empeñó en conocer a sus grandes clientes uno a uno para entender sus necesidades, al tiempo que recorría el país sucursal a sucursal para conocer también qué necesitaban los usuarios menos opulentos, un proceder que más o menos repitió en México. Así que ha tenido pocas dudas a la hora de pensar en un sucesor para António Simões. El portugués mantendrá sus funciones como responsable regional de Europa, lo que quiere decir que Rivera reportará directamente con él, pero acabará con la costumbre, instaurada en Santander desde hace tiempo, de que el director regional de un área debe dirigir también un país que forme parte de la zona que gobierna. Simões deja a Rivera a cargo de España a cambio de tener más tiempo para analizar la foto completa del Viejo Continente.

Dicen quienes conocen al próximo CEO de Santander España que una de las primeras cosas que llama la atención de él es su elegancia vistiendo. Casado, padre de tres hijos, amante del mar y la navegación, de los viajes, del esquí, del balonmano (fue seguidor de la poderosa sección que tuvo el Atlético de Madrid en este deporte) y del motociclismo (presume orgulloso de haber podido conducir dos Harley-Davidson), Rivera va siempre a la última. De hecho, entiende la buena presencia un poco igual que los negocios: ambas cosas son a sus ojos un esfuerzo adaptativo.

Así, si bien se le ve con traje clásico y corbata (roja, por supuesto, el color corporativo) en los eventos corporativos, también en alguna ocasión se ha librado de este accesorio para dar una imagen más cercana en alguna entrevista.

Este afán por romper la distancia que le separa de sus interlocutores convierte a Rivera, comenta su entorno, en una rara avis en el mundo bancario. También lo hizo pronto un experto en banca comercial, una cualidad que no ha pasado inadvertida para Grisi. Un CEO de otro banco dice de Rivera que es un hombre muy humano a la hora de hacer negocios, que es cercano y sencillo. Además, también destacan de él quienes lo tratan desde hace años su pasión por la banca: le chifla su profesión.

Cambio de equipo

Y eso que, sobre el papel, Rivera es un advenedizo. Atraído por su afición a los viajes, estudió a finales de los ochenta el grado de Administración de Empresas y Turismo en la Escuela Oficial de Turismo. Quién le iba a decir entonces –ha comentado en alguna ocasión entre risas– que iba a hacer carrera en el mundo de la banca. De ahí pasó directamente a Banco Popular, donde le echó el ojo Luis Valls, el visionario presidente de la entidad entre 1972 y 2004. Atendiendo al dominio de Rivera de los idiomas, especialmente del inglés, que provenía de su época como prometedor estudiante de Turismo, Valls lo nombró pronto jefe de gabinete de presidencia y, básicamente, lo puso a viajar. Tras participar en una buena cantidad de pioneros e intensivos programas de formación en EE UU organizados por distintos bancos, Rivera se enamoró perdidamente de un mundo al que había llegado casi de casualidad.

Aquel fue el comienzo de una trayectoria en Banco Popular que se prolongó durante más de dos décadas. En ellas, Rivera pasó por casi todas las áreas de la entidad. Finalmente, en 2013 Banco Popular nombró a Francisco Gómez Martín nuevo CEO, un cargo que muchos expertos pensaban que recaería en Rivera o en Jacobo González-Robatto.

Sintiendo a partir de entonces que en Popular no había mucha más tela que cortar, Rivera empezó a prestar más atención a los cantos de sirena que llevaban años sonando desde Santander. No era su único pretendiente, ya que, como informó entonces CincoDías, se llegó a especular con que pudiera sustituir al mismísimo Rodrigo Rato al frente de Bankia. Finalmente, aun a pesar de su amistad personal con Ángel Ron, presidente de Popular por entonces, dio el salto en busca de más margen para crecer. Fue en ese mismo 2013: tras llegar a Santander y ejercer durante un par de años como director de distribución de la red de oficinas, nuevo cargo creado tras la integración de Banesto y Banif, fue nombrado en 2015 vicepresidente de retail y banca comercial, cargo que ostentó hasta que en 2017 emprendió su aventura mexicana.

Su meteórico ascenso en el grupo de la familia Botín lo resumió el propio Grisi en 2020, en el comunicado en el que anunciaba el retorno de Rivera a España: “Ángel siempre ha mostrado un enorme entusiasmo y profesionalismo en todo lo que hace, características que nos deja en todo su equipo y que seguramente permitirán continuar con los exitosos resultados”.

Aquello fue solo un hasta pronto dirigido a un hombre que, Grisi lo sabía, había sido algo más que un obediente subalterno. El destino los vuelve a juntar.

Amor por la palabra escrita

Ángel Rivera es un absoluto convencido del poder de la comunicación. Firme defensor del papel que juega el periodismo en la sociedad hoy en día, algo no del todo frecuente en el mundo de la banca, acostumbra a tratar con amabilidad y cercanía a los medios de comunicación.

Él mismo ha hecho sus pinitos colaborando en alguna ocasión para prensa nacional e internacional, y participando en la elaboración de un par de libros sobre recursos humanos y gestión de riesgos.

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