La sencillez de un buen banquero
El nuevo director de Banco Santander puede que fuera el ejecutivo más popular de su ya excasa. La facilidad en el trato y la búsqueda de soluciones le caracterizan.
Si hace unos meses, no muchos, a alguien se le hubiera ocurrido pensar que Ángel Rivera, hasta la pasada semana responsable de negocio de Banco Popular, iba a abandonar el grupo en el que llevaba trabajando más de 23 años, seguro que una multitud de voces hubieran respondido al unísono: “Eso es imposible. A lo largo de su trayectoria profesional ha tenido varias ofertas y siempre las ha rechazado. Incluso el Gobierno pensó en él como posible sustituto de Rodrigo Rato en Bankia, y Emilio Botín le ha tentado en otras ocasiones sin éxito. ¿Cómo va a dejar Banco Popular?”.
Esta conversación, aunque no es real, sí lo es su contenido. Un excompañero suyo, de hecho, añadiría algún detalle más para rebatir una posible marcha de Rivera. “Es amigo personal del presidente, de Ángel Ron. Ha trabajado con él codo con codo desde hace muchos años. Se llevan muy bien y, además, Rivera hizo un gran esfuerzo en noviembre cuando el banco logró con éxito colocar en la red más del 50% de la macroampliación de capital por 2.500 millones de euros que debía llevar a cabo el grupo para recapitalizarse. Es imposible que se vaya”.
Pero, como siempre, la realidad supera a la ficción y Ángel Rivera dejó la semana pasada la entidad financiera en la que “era uno de los ejecutivos más populares”. El cambio se anunció el lunes pasado: Rivera deja Popular y ficha por Banco Santander, donde se incorporará próximamente. Un día después se comunicaba su puesto. Será director de distribución de la red de oficinas de Banco Santander, nuevo cargo creado tras la integración de Banesto y Banif en la red que dirige Enrique García Candelas –la división de banca comercial en España–.
El hasta hace una semana número tres de Banco Popular tiene un dilatado bagaje como banquero. Durante los cinco primeros años desarrolló labores administrativas y comerciales en distintas sucursales. A principios de 1994 se incorporó al gabinete de presidencia y, al final de ese año, comienza a dirigirlo. Al frente del banco estaba Luis Valls. Su dominio del inglés y de otros idiomas ha sido fundamental en su carrera de banquero. Rivera es diplomado en Empresas y Actividades Turísticas por la Escuela Oficial de Turismo.
En alguna que otra ocasión, este directivo afable, atípico por su sencillez y proximidad, bromea con sus inicios profesionales. “¿Quién me iba a decir a mí cuando estudiaba turismo que iba a convertirme en director general de un banco?”. Ha realizado el Programa de Alta Dirección de Empresas (PADE) en el IESE (Universidad de Navarra) y diversos programas financieros en Estados Unidos y Australia. Es miembro del Australasian Institute of Banking & Finance. También del patronato del Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef), del patronato de la Fundación Española de Banca para Estudios Financieros, profesor en el máster de Gestión de Carteras y Mercados Financieros de la Escuela de Finanzas de La Coruña y coautor de los libros Expertos en personas y En busca del compromiso.
Tras haber pasado por casi todas las áreas del banco, este ejecutivo de 46 años de edad aspiraba a ser consejero delegado de Banco Popular. Tenía otro contrincante, Jacobo González-Robatto, pero al final no fue ni uno ni otro, y mientras que el segundo optó por quedarse en el grupo, Rivera prefirió dar el salto. Hay que renovar y en el grupo Santander las posibilidades de cambiar e incluso crecer como profesional del sector son muy amplias.
Como es lógico, si se tiene en cuenta sus estudios iniciales, le encanta viajar. También el deporte, sobre todo el balonmano. Llegó a jugar en el Atlético de Madrid cuando este equipo estaba en pleno apogeo hace ya unos cuantos años. Uno de sus tres hijos también ha hecho sus pinitos en el balonmano en el colegio, pero al final ha optado por jugar al fútbol.
Rivera siempre ha estado muy considerado. Tanto sus colegas en el banco como en la competencia alaban su sencillez no solo de trato, sino también en la búsqueda de soluciones a los problemas. “Es muy inteligente, astuto y exigente. Pero su sencillez y naturalidad hacen muy fácil trabajar con él”, asegura una persona que ha trabajado a su lado. Un conocido competidor reconocía hace unos meses estar “descolocado” al no haberse elegido a Rivera como consejero delegado de Popular.
Otra de las características que destacan de Rivera es “su elegancia. Siempre va perfecto y a la moda. Siempre va hecho un pincel”, coinciden varias fuentes del sector.