Impacto en los consumidores: las claves del tope al gas europeo
La Unión prevé más turbulencias en el gas en el futuro. Esta medida pretende cubrirse las espaldas
Los ministros de energía de la Unión Europea han acordado este lunes establecer un tope máximo al precio del gas de 180 euros por megavatio-hora. El coste propuesto dista de los 110 euros MW/h en los que fluctúa el principal índice de referencia del gas en Europa y está muy por encima del tope de 40 euros que opera en España. Con todo, ante las turbulencias que se esperan para el próximo invierno, la Unión busca cubrirse las espaldas para evitar que un nuevo pico en el precio de esta materia prima arrastre al de la electricidad.
¿Cómo afecta al consumidor?
La medida aprobada busca evitar que el precio del gas arrastre al de la electricidad, tal y como sucedió con los máximos de más de 300 euros que marcó en verano ante el acopio que realizaron los países de la Unión al prepararse para el invierno. El sistema de fijación de precios marginalista busca favorecer la implantación de energías renovables al pagar el MW/h al precio de la forma de generación más cara. El sistema no estaba diseñado para que una de estas variables se desbocara, tal y como ha sucedido tras la invasión rusa a Ucrania.
En estos momentos en los que el precio del gas fluctúa por debajo del tope, alrededor de 110 euros el MW/h frente a los 180 euros aprobados en Bruselas, la medida no afecta al consumidor. En todo caso lo haría de aprobarse definitivamente y de que el precio de la materia prima vuelva a elevarse de forma significativa. En ese caso el tope evitaría que el encarecimiento extra se trasladara al precio de la electricidad.
¿Cuáles son las preocupaciones aún pendientes de la Comisión Europea?
Kadri Simson, comisaria europea de Energía, desveló en la rueda de prensa posterior al acuerdo por dónde van las preocupaciones del club de los Veintisiete. Ya no es tanto el presente invierno, si no el qué pasará después. "El objetivo de este mecanismo es eliminar la prima que ha añadido la guerra, el recargo respecto a los precios mundiales del gas natural licuado (GNL) que Europa paga debido a la forma en que se forman los precios en el mercado de referencia. Con este mecanismo, Europa estará mejor preparada para la próxima temporada de invierno y para una nueva ronda de llenado de los almacenamientos, que será más difícil de lo que ha sido este año", reconoció.
Los comentarios de Simson son un dardo más de la Comisión Europea contra el índice TTF del mercado holandés, el de referencia en Europa para el precio del gas. El Ejecutivo comunitario ha llamado a una reforma del mismo, un paso adelante en una mayor intervención estatal en los mercados energéticos. La principal crítica de Von der Leyen es que el TTF no se ha adaptado a un mercado de gas europeo que “ha cambiado drásticamente”. Los datos la avalan: el bloque ha recibido hasta agosto un 65% más de suministro de GNL que llegan al continente por vía marítima. Este aumento busca compensar el descenso de la llegada de gas ruso a través de gasoductos, que representó en 2021 el 35% de la importación total y hoy solo alcanza el 20%
¿Cuál es la posición de España?
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha valorado al concluir el encuentro como una "referencia razonable" el límite de 180 euros al precio del gas importado por los países miembros en el índice TTF acordado por los ministros de Energía de la UE.
Ribera señaló que "hubiera sido acertado un mecanismo dinámico" en el que se aplicara el precio medio de los mercados internacionales más un diferencial, como ha venido defendiendo España. No obstante, se mostró satisfecha con la solución pactada y destacó que se monitorizará el funcionamiento del nuevo mecanismo, con la posibilidad de "ajustar", lo que "avala la intervención prudente por parte del Consejo".
La posición española dista mucho a la reacción frente a la propuesta inicial de la Comisión, que situaba el techo al precio del gas en 275 euros el megavatio-hora. En ese momento, Ribera sostuvo que, para establecer ese límite, "es mejor no hacer absolutamente nada"
¿Quiénes aún se oponen?
Solo Hungría ha votado en contra de la medida. El país es muy dependiente de la energía que llega desde Rusia, por lo cual, además de oponerse, se ha reservado el derecho a negociar por su cuenta con Moscú los próximos pasos. Austria y Países Bajos han decidido abstenerse ya que temen que al negarse a pagar un precio superior los países productores de gas opten por vender su materia prima a otros países, provocándose así un desabastecimiento.
Alemania se negaba en un primer momento, pero accedió finalmente.El ministro de Economía, Robert Habeck, reconoció que sigue siendo "escéptico" pero que las nuevas salvaguardas lo que hicieron cambiar su posición. “Nos dan la oportunidad de monitorear todo lo que estamos haciendo. Si descubrimos que esto no funciona, tendremos una forma de salir”, precisó luego de la cumbre.
¿Qué diferencias hay con el mecanismo español?
El mecanismo español establece un coste de 40 euros frente a los 180 euros de la medida de Bruselas. Un punto fundamental es que se compensa en la factura del gas la diferencia entre ese precio tope de 40 euros y lo que realmente se pagó a los proveedores por ese gas, con lo que se elimina el riesgo de desabastecimiento a costa de una cláusula que asumen los consumidores.
Además, la "excepción ibérica" toma en cuenta el costo del gas en el mercado ibérico (MIBGAS), no el valor en el mercado de Países Bajos o de gas natural licuado.
¿Está 100% garantizado este nuevo tope europeo?
No. La medida está acordada, pero antes deberá pasar por la lupa de tres organismos distintos: Banco Central Europeo, el supervisor europeo de los mercados ESMA y la autoridad del gas, ACER.
Según explicó Simson, si alguno de ellos determina que "los riesgos de la medida superan a sus potenciales beneficios", entonces, no vería la luz. También, a cambio de que Alemania diera su brazo a torcer, se han establecido una serie de condiciones que automáticamente echarían por tierra el tope.
"La Comisión siempre ha tenido muy claro que este mecanismo aporta beneficios, pero conlleva riesgos. Y se han incluido salvaguardias adicionales en relación con la atracción de suministros de gas natural licuado, la liquidez de los mercados financieros y el consumo de gas. En concreto, contamos con disposiciones más estrictas en caso de que se produzca un aumento significativo de los márgenes de garantía, una disminución de las transacciones de derivados o un desplazamiento de las transacciones fuera de la UE", comentó al respecto Simson.
¿Cuándo entraría en vigor?
Comenzaría a aplicarse a partir del 15 de febrero, sin afectar a los contratos de futuros que expirarán más tarde pero que se hubieran suscrito con anterioridad.