La gasolina y el gasóleo se han encarecido más en España que en Italia, Francia o Alemania
El precio del litro de diésel se disparó un 30,2% en un año, tres veces más que en Italia. El litro de gasolina ya cuesta casi lo mismo en España que en Francia
Repostar un litro de gasolina de 95 octanos en España a principios de diciembre de 2021 costaba 1,48 euros por litro, mientras que el precio bajaba a 1,35 euros por litro en el caso del gasóleo. En la comparación con las tres naciones más importantes de la zona euro (Francia, Italia y Alemania), España aparecía como el país donde más barato resultaba repostar ambos carburantes, siempre según los resultados del Boletín Petrolero de la Unión Europea, que recopila semanalmente los precios medios en cada país miembro.
Doce meses después, con la invasión de Ucrania, el cierre del mercado ruso, uno de los mayores productores, y la carestía de las materias primas por en medio, los precios en España se han disparado muy por encima del resto de las grandes naciones de la zona euro y han generado un vuelco en la clasificación. Los últimos datos, correspondientes a la primera semana de diciembre, muestran como la tarifa media de la gasolina se disparó un 13,4% hasta los 1,68 euros, mientras que el de gasóleo repuntó un 30,2% hasta los 1,76 euros por litros.
Se trata del mayor aumento entre los grandes países de la zona euro y han provocado la desaparición de la ventaja competitiva de España en los precios bajos del carburante. Y el caso más ilustrativo es en la comparación con Italia. En diciembre de 2021, la mayor diferencia de precios de España en la zona euro se producía con Italia, donde el coste de un litro de gasolina era 23 céntimos superior al de España y 16 céntimos en el caso del gasóleo. Un año después, la gasolina tiene el mismo precio (1,68 euros) y el gasóleo casi (1,764 euros frente a 1,763 en España). Mientras que el precio de la gasolina subió en España un 13,4% en los últimos doce meses, en Italia bajó un 2,5% en el mismo período. En el caso del gasóleo repuntó un 10,4% en Italia y un 30,2% en España.
¿Por qué se ha producido ese movimiento asimétrico, similar en la comparación con Francia o Alemania? Una primera sospecha podría apuntar a las diferentes políticas de apoyo público a la compra de carburante. En España está en vigor la ayuda de 20 céntimos (15 céntimos a cuenta del Estado y otros cinco a las estaciones de servicio) por cada litro de carburante desde el pasado 1 de abril y su última prórroga vence el 31 de diciembre. El Ejecutivo todavía no ha tomado ninguna decisión al respecto, aunque todas las voces apuntan a que se suprimirá o quedará limitada al transporte profesional por el elevado coste que tiene para las arcas públicas (el Ejecutivo estimaba inicialmente una factura mensual de 477 millones que podría elevarse hasta los 600 millones a final de año). Nada más lejos de la realidad.
Francia, Italia o Alemania también aprobaron ayudas para la compra de carburantes, similares o superiores en cuantía (hasta 30 céntimos por litros) y las decisiones han sido variopintas. Alemania ha optado por eliminarla a partir del año que viene, Francia ha reducido la cuantía a diez céntimos e Italia mantendrá una rebaja sobre el impuesto de hidrocarburo. La diferencia con respecto a España es que las medidas sí han servido para mitigar el impacto de la subida de precios. En el caso de la gasolina, el precio sólo subió un 8,2% en Alemania, un 6% en Francia e incluso bajó un 2,5% en Italia entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022, mientras que en España repuntó un 14,6%. En el del gasóleo, el encarecimiento, espoleado por la elevada demanda para cubrir las necesidades energéticas del invierno, se disparó un 30,2% en España y fue inferior en Italia (10,4%), Francia (17,2%) o Alemania (21,7%).
Una evolución dispar que sugiere, al igual que ha plasmado en muchos informes la Comisión Nacional para los Mercados y la Competencia (CNMC), la posibilidad de que las petroleras hayan trasladado a los márgenes el coste íntegro de la subvención que les correspondía (15 céntimos) anulando el impacto positivo sobre el precio. Pese a ello, el último informe de la CNMC concluia a finales de junio que las bonificaciones se estaban trasladando al precio final de venta y no a los márgenes de las petroleras.