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Tope al gas de la UE: inusable, y un peligro para la estabilidad financiera

Si se mantiene en la agenda, amenaza con retrasar un paquete más amplio de respuesta a la crisis energética

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Pedro Sánchez, el viernes en Alicante, en la cumbre EU-MED9.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Pedro Sánchez, el viernes en Alicante, en la cumbre EU-MED9.LUDOVIC MARIN (AFP)

El tope al gas de la Comisión Europea ha recibido fuego amigo. En un dictamen publicado recientemente, el BCE critica la propuesta por poner en peligro la estabilidad financiera y situar al banco central en una posición insostenible. El BCE teme que el límite aumente la volatilidad de los precios, desincentive el uso de contrapartes centrales para la compensación de derivados y agrave los efectos de los ajustes de márgenes.

El tope al gas, propuesto bajo una intensa presión política, ha puesto de manifiesto las divisiones entre los Estados miembros de la Unión Europea. Según su diseño, entraría en vigor si el contrato a un mes en el Mecanismo holandés de Transferencia de Títulos (TTF) supera los 275 euros por megavatio hora durante dos semanas.

Un grupo de países de línea dura, entre ellos Alemania y Países Bajos, considera inaceptable que se rebaje esa cantidad, mientras que otros, como Bélgica y Polonia, afirman que es esencial que los niveles sean menores para que se pueda utilizar el límite. El contrato de TTF para principios de enero rondaba los 135 euros el viernes por la mañana.

En lugar de elaborar un compromiso viable, el plan de la Comisión parece haber logrado la impresionante hazaña de ser a la vez inutilizable y un peligro para la estabilidad financiera. Pero si se mantiene en la agenda, amenaza con retrasar un paquete más amplio de respuesta a la crisis energética. Antes de la cumbre de líderes europeos de la semana que viene, lo más inteligente es desecharlo.

Total

Mientras, la francesa TotalEnergies ha tardado en darse cuenta de que era imposible vender su participación en la gasista rusa Novatek. Más de nueve meses después de que rivales como BP enfilaran la salida, el grupo francés ha visto la luz y va a amortizar su participación del 19,4%, lo que le ha supuesto una pérdida de 3.700 millones de dólares en el cuarto trimestre.

Novatek es propiedad de dos oligarcas. Uno de ellos, Gennady Timchenko, es conocido por ser amigo desde hace 30 años del presidente ruso, Vladimir Putin. La guerra de Ucrania cumple diez meses y algunos inversores se preguntan por qué el director general de Total, Patrick Pouyanné, albergó durante tanto tiempo la equivocada esperanza de que algún día las cosas volverían a la normalidad en Rusia. Hasta ahora, Total había mantenido dos representantes en el consejo de Novatek. Estos dos consejeros se marcharán “con efecto inmediato”, dice el grupo, dando una nueva definición a la palabra “inmediato”.

Como señala Total, no puede atenerse a un acuerdo de accionistas que otorgue a los propietarios derechos preferentes sobre la participación, ya que Timchenko está afectado por sanciones occidentales. Así que mejor asumir la pérdida y esperar a que Putin decida quién heredará la participación y cuánto vale. Bien, pero mientras Pouyanné se aferre a su proyecto Yamal en Siberia, la salida de Total de Rusia seguirá siendo fragmentaria.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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