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Antonio Martín: “Nadie externo va a entrar en el capital de Abades”

La empresa familiar, gestionada por cinco hermanos y con una plantilla de 1.660 empleados, prevé una facturación de más de 120 millones de euros este año

Antonio Martín, director financiero y de marketing del Grupo Abades.
Antonio Martín, director financiero y de marketing del Grupo Abades.
Ixone Arana

En Grupo Abades todo queda en familia. Los padres de Antonio Martín (Granada, 1965) construyeron el área de servicio que supuso el punto de partida del negocio en 1992, con una inversión de 1.000 millones de las antiguas pesetas. Ahora, esta empresa familiar con más de 30 años de historia supera los 110 millones de euros de facturación, con un negocio que está repartido entre áreas de servicio, hoteles, restaurantes, fincas para eventos y franquicias de Burger King, entre otros. Cinco de los seis hijos (cada uno con un 20% del accionariado) de aquellos primeros emprendedores han tomado el relevo de sus padres, cada uno con su función. En el caso de Antonio, la de dirigir el área financiera y de marketing del grupo.

R. ¿Resulta más fácil de gestionar un negocio familiar?
R. Las empresas familiares tenemos ventajas muy positivas, como que somos mucho más eficaces que las grandes compañías en la toma de decisiones. Somos mucho más ágiles, vemos las cosas in situ. Nuestra filosofía es estar siempre muy pendientes de nuestro equipo, a pesar de que cada vez somos más en el grupo; ahora estaremos unos 1.660 empleados más los fijos discontinuos, que hay en torno a unos 500. Pero presumimos de que conocemos a nuestros directores, a nuestros jefes de negocio, a nuestros jefes de área… Es la ventaja de ser familiar.
R. ¿Cómo se reparten las responsabilidades?
R. En la actual generación los cinco hermanos somos una piña. Tenemos un director general, que es Julián, y tres hermanas mías, que son Ángeles, Mariló e Inmaculada, que participan en la gestión. Las dos pequeñas llevan el tema económico, de auditoría y contabilidad, y Julián y yo somos un poco la punta de lanza del grupo. Al ser una empresa familiar tenemos muchos frentes abiertos, no tenemos cada uno una función estricta, esa es la ventaja.
R. ¿Se mantendrá el relevo generacional?
R. El futuro de Abades está garantizado, a pesar de que la segunda generación también tiene otras miras. Hay sobrinos que tienen otras profesiones decididas, otros estudios, y la verdad es que el mundo empresarial y el de la hostelería son muy sacrificados. Pero yo tengo dos hijos que ya están trabajando en el grupo y mi hermano Julián tiene otros dos que también están tomando responsabilidades. Ahora somos muchos socios, muchos hermanos con mucha segunda generación, pero tenemos asegurado al 100% que hay gente que va a tirar para adelante con el negocio.
R. Pero la pandemia fue un fuerte golpe para la empresa, que tuvo que ser rescatada por el Gobierno con una ayuda de 29,3 millones de euros del Fondo de Apoyo de Solvencia a Empresas Estratégicas.
R. Durante los dos años de pandemia hemos sufrido lo más grande porque ha sido una pérdida de negocio brutal. Nos hemos vuelto a endeudar, pero hemos tenido la suerte de que hemos sido apoyados por ese fondo de la SEPI [Sociedad Estatal de Participaciones Industriales] con un préstamo importante, del cual estamos obsesionados los cinco hermanos por devolverlo en los plazos establecidos. Estamos preparando de nuevo Abades para que vuelva a ser una empresa hiperrentable y con mucha facturación.
R. ¿Ha servido ese dinero para impulsar la transición energética y la digitalización del grupo, como comentaron en su día?
R. Sí, se está poniendo todo en marcha. De hecho, la primera comisión que hemos pasado con la SEPI ha sido satisfactoria porque los números acompañan y estamos cumpliendo al pie de la letra todo lo pactado en ese préstamo participativo. La ayuda que nos ha dado el fondo de rescate es un préstamo puro y duro con un interés fuera de mercado al alza y que, evidentemente, hay que devolver porque, si no, pueden entrar en nuestro capital. Somos una empresa familiar con unos valores muy importantes y no vamos a permitir que alguien externo entre dentro del capital de Abades.
R. ¿Cuáles son sus previsiones al cierre de 2022?
R. Diciembre es un buen mes de facturación porque hay cenas de empresa, cenas familiares, cotillones y los hoteles están llenos. En 2019 cerramos en 110 millones de euros, aproximadamente, y este año lo superaremos, estaremos en algo más de los 120 millones. Si todo va bien, alcanzaremos esa cifra sin problema y, evidentemente, daremos beneficios, el ebitda será positivo y ya dejaremos estos dos años atrás de pérdida acumulada que han sido terribles. Para atrás no hay que mirar para nada, hay que mirar siempre al futuro, hacia adelante.

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Sobre la firma

Ixone Arana
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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