300 locales de barrio donde merece la pena comer
‘Guía Repsol’ presenta la quinta edición de los soletes, dedicada a lugares de la periferia de grandes ciudades Esta selección huye de modas y aperturas que invaden el centro de las urbes
Los barrios también existen. Guía Repsol ha empezado a sacar a la luz estos lugares apetecibles donde tomar algo o comer a un precio asequible. Más de 300 soletes de barrio componen la selección de barras, casas de comidas, cafeterías, vinotecas y establecimientos de fast good, repartida por toda España, que se presentó este jueves en el restaurante In-Pulso, que los hermanos Adrián y Álex García de la Fuente abrieron el pasado verano en la zona de Méndez Álvaro, en Madrid. “Nos hace mucha ilusión, porque de verdad somos chicos de barrio; aquí no hay inversores, aquí hay mucho sudor”, reconocieron los propietarios durante la presentación.
“Ya teníamos ganas de localizar soletes en los barrios más periféricos. Hay vida más allá del centro de las ciudades. Lo saben bien quienes viven ahí, que tienen sus lugares de referencia perfectamente identificados”, explicó María Ritter, directora de Guía Repsol. El objetivo, añadió, es democratizar la gastronomía y detectar lugares interesantes en todos los rincones de España, “poniendo el foco en los distritos más periféricos, que están atrayendo talento gracias a los jóvenes vecinos que se instalan cada día”.
Es el caso de los barrios de las capitales de provincia y principales ciudades de España más alejados del centro, como Carabanchel, Vallecas, Barajas o Usera, en Madrid; Sants, Poble Nou, Horta-Guinardó o Nou Barris, en Barcelona; los valencianos Cedro, Algirós, Benimaclet, Patraix o Torrefiel; en Sevilla, Nervión, Triana, Los Bermejales o Los Remedios; y Deusto, Miribilla o Abando, en Bilbao, entre otros.
La guía también recoge otras ciudades de importancia, como Cartagena (Murcia), Gijón (Asturias), Santiago de Compostela (Galicia) o Jerez de la Frontera (Cádiz), que tampoco han escapado al radar de los asesores de Repsol.
Es la quinta edición de esta guía: dos de ellas descubrieron chiringuitos y terrazas para el verano; la pasada Semana Santa se publicaron los soletes de carretera, en los que parar durante un viaje en coche, y el pasado otoño fueron los guisos y las barras de diario los que tuvieron su protagonismo. A los 300 nuevos establecimientos se suman otros 200 ya publicados en anteriores ediciones que encajan en la definición de barrio.
Con esta iniciativa se pretende conocer las ciudades más allá de los circuitos turísticos habituales. Porque, aunque las apuestas gastronómicas más fuertes y las últimas tendencias suelen aterrizar primero en el centro de las ciudades, cerca de los principales monumentos y los edificios institucionales, o en los barrios de moda, existen cocinas y ambientes en la periferia que bien merecen un desplazamiento.
Así, por ejemplo, en el barrio de Carabanchel, en Madrid, una de las zonas que comienza a estar de moda, se pueden visitar la fábrica de cerveza artesanal Patanel, La Romana, donde preparan un pan bao con carrillada que merece la pena, o la paella de no pollo de Vegania Veggie Bar. En otro barrio madrileño, como es el popular La Guindalera, con bellas casas alrededor, se recomienda comer en Casa Braulio, abierto desde 1935, donde los parroquianos piden bacalao rebozado, o para aquellos que deseen comer platos sicilianos sin salir a las calles más concurridas pueden acudir a L’Incanto. En Sevilla, en el Polígono Hytasa, la cervecería Río Azul, o la casa de comidas Los Cuevas. En el barrio de La Sagrera, uno de los más emergentes de Barcelona, se puede acudir a La Marcelina, o también a Pappa e Citti, un restaurante sardo en el corazón del barrio de Gràcia.
Al igual que en anteriores ediciones, el diseño del solete lleva la firma del artista Luis Úrculo, siguiendo la misma línea gráfica, que garantiza que sean reconocibles y se relacionen rápidamente con Guía Repsol, una calificación: amable, cercana y universal.