Crispin Odey, el salmón que no tiene miedo a la volatilidad
La apuesta contra la libra y a una crisis por la subida de tipos del fundador de Odey Asset Management, ha empezado a darle frutos
Lo consideran el nuevo George Soros, porque está haciendo fortuna contra la libra. Aunque en este caso es la moneda de su propio país: el británico Robin Crispin William Odey (Yorkshire, Inglaterra, 1959), conocido como Crispin Odey, es gestor de fondos de inversión libre, o hedge funds, y fundador de Odey Asset Management.
Su fondo de referencia ha logrado este año un 145% de rentabilidad apostando contra la deuda pública británica. Odey AM gestiona 4.000 millones de libras (4.570 millones de euros) en activos. Él cree que el aumento de la inflación ha llegado para quedarse y que los bancos centrales tendrán que subir los tipos más rápido. Tampoco descarta que se pueda llegar a la paridad de la libra frente al dólar, algo que nunca antes ha pasado.
Es hijo único de (George) Richard Odey, miembro de una familia de industriales; su madre pertenecía al prominente clan de políticos y comerciantes Clitherow. Se educó en la Harrow School, donde su padre había sido delegado de alumnos, y se licenció en Historia y Economía en la Christ Church de Oxford.
Poco después descubrió que su padre había contraído enormes deudas. La casa solariega le fue entregada por “administradores a la fuga”. Así que vendió Hotham Hall, una finca de 4.000 acres (1.600 hectáreas) que había pertenecido a la familia de su madre desde 1720. El dinero lo dedicó a la manutención de sus padres. “Tenía 23 años, pero aprendí mucho”, contaba en el Evening Standard. A su padre, dice, “siempre le faltaba dinero, así que uno se pasaba la vida dándole limosnas. Era un derrochador de principio a fin”.
También se rebeló contra su abuelo, “un formidable abusón” que fue diputado conservador, y que insistía en que estudiara Derecho. Se tituló como abogado, pero se incorporó a la gestora de fondos Framlington, y a Barings International. En ambas dirigió fondos de pensiones de la Europa continental. “A mi abuelo no le gustaba la City y no estaba acostumbrado a que le llevaran la contraria, así que se enfadó. No me dejó en su testamento más que una maleta vacía”.
Por entonces conoció a su primera esposa, Prudence, hija de Rupert Murdoch. “Vestiditos negros, faldas negras y pelo oscuro: el negro era el color definitivo. Era una semiestudiante empobrecida que acababa de conseguir un trabajo y no sabía realmente si llegaría a algún sitio. Vivía en un piso compartido. Me sorprendió un poco que estuviera interesada [en mi]. Me sentí halagado. Me dijo: “Mi padre está intentando que vuelva a Australia y necesito una excusa para no volver. ¿Por qué no nos casamos?"
"Dicen que las grandes bodas [500 invitados] hacen matrimonios terribles, y es cierto. Desde luego que no éramos adecuados, pero la verdad es que Rupert no era alguien a quien se le dijera que no. Pero fue una separación amistosa [a los 15 meses]”. Su fondo posee casi un 1% de la cadena de televisión Sky, de la que es dueño mayoritario Fox.
Poco después conoció a Nichola Pease, miembro de una de las familias fundadoras de Barclays, y ahora consejera no ejecutiva del gestor de activos Schroders. “Venía de una familia mucho más feliz, así que tenía una enorme cantidad de confianza natural en sí misma y sentido práctico”. Se casaron, y tienen tres hijos, dos varones y una mujer.
Fue su esposa quien le sugirió que creara Odey Asset Management, allá por 1991, año de la boda. George Soros, precisamente, fue uno de los inversores originales. Odey sufrió grandes pérdidas en 1994 cuando la Fed subió inesperadamente los tipos, pero siguió prosperando, por ejemplo previendo que el valor de las aseguradoras crecería tras los atentados del 11S, en 2001. Su gran éxito llegó con la crisis financiera de 2008, gracias a su apuesta bajista sobre los bancos. También venía advirtiendo constantemente sobre los peligros de la deuda y los precios inflados de la vivienda.
Política
Se le acusó de apoyar financieramente a los anti-UE en el referéndum irlandés sobre el Tratado de Lisboa, que se aprobó con un 67,1% a favor. Odey negó haber financiado la campaña del no. En 2016, sí fue un destacado defensor del Brexit, argumentando que permitiría al Reino Unido gobernarse a sí mismo. Ese mismo año, su fondo de cobertura ganó alrededor del 15% de su valor justo tras el referéndum, gracias a la caída de los mercados.
Es donante del Partido Conservador, pero también muy crítico con dirigentes como David Cameron. Apoyó a Michael Gove, que aspiró a primer ministro, pero perdió ante Theresa May. Luego estuvo con Boris Johnson, al que recomendó que ejecutara un Brexit sin acuerdo con la UE. Ha logrado fuertes retornos comprando acciones de petrolíferas y mineras de carbón, cuyos precios habían caído mucho al ser excluidos de fondos concienciados con la sostenibilidad ambiental.
Su fondo es muy volátil: registra regularmente ganancias o pérdidas anuales de dos dígitos. Estos últimos años no habían sido buenos, pero él se mantuvo en sus trece. “Ciertamente, sería más sencillo seguir al mercado. Pero entonces estaríamos ignorando los datos fundamentales”. Defendía que se produciría un crac derivado de las subidas de los tipos de interés, momento que parece haber llegado. Eso sí, después de la crisis de 2008 apoyó que los tipos bajaran a cero, para que creciera el crédito.
En febrero de 2019, a menos de dos meses de la fecha del Brexit, Odey volvió a apostar contra la libra. “Si quieres ser un hombre rico, tienes que pensar como un hombre rico. Hay que tener paciencia. Debes ser imaginativo, y tener la piel gruesa para tomar decisiones en contra de los mercados, para creer que tienes razón y que ellos están equivocados”.