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La OPV de Porsche plantea dos obstáculos para los inversores

La valoración depende de lo que pueda imitar el éxito de Ferrari, y del descuento por su compleja gobernanza

Porsche 911 GT3, en el salón del motor de Fráncfort.
Porsche 911 GT3, en el salón del motor de Fráncfort.reuters

La OPV de Porsche supone dos tests para los inversores. Volkswagen sacará a Bolsa el fabricante de lujo a fin de recaudar fondos para su transición eléctrica. La valoración depende de lo mucho que pueda imitar a Ferrari y del descuento que deba aplicarse a su compleja gobernanza.

La salida a Bolsa añade sabor a una larga saga. La empresa estuvo cotizada hasta 2012, cuando el vehículo de inversión de las familias Porsche y Piëch, Porsche Automobil Holding SE, la fusionó con VW tras un intento fallido de la entonces entidad independiente de comprar esta.

La salida a Bolsa permitirá a las mismas familias recuperar más control del fabricante del Taycan respecto a su matriz alemana. VW dividirá el capital de Porsche en 911 millones de acciones, un guiño a su icónico deportivo, y sacará a cotizar una participación del 25% en acciones sin derecho a voto. Pero al tiempo, Porsche SE comprará una parte similar de acciones con derecho a voto, lo que dará a las familias una voz de bloqueo en decisiones vitales como el reparto de efectivo.

Porsche es difícil de valorar. La marca 911, que constituyó casi el 13% de sus ventas de coches en 2021, la convierte en una marca de lujo. Pero también se ha expandido bajo el control de VW en el mercado de los utilitarios, con el Cayenne. Esta mezcla inusual significa que es mucho más rentable que un fabricante de alta gama como Mercedes-Benz.

Porsche podría llegar a valorarse como Ferrari. Debería hacer crecer las ventas anuales casi con la misma rapidez, un 7%-8%, y ya está muy adelantada en vehículos eléctricos: el objetivo es que representen el 50% de las entregas en 2025. Y espera superar un margen de beneficio operativo del 20%, no muy lejos del 24% de Ferrari este año.

Por ahora, sin embargo, merece un descuento. Con un objetivo de margen operativo del 17%-18% en 2022, está casi a medio camino entre el 12% de Mercedes y el 24% de Ferrari, según Refinitiv. Si se valorara de forma similar, casi a medio camino entre los múltiplos de ambas empresas, cotizaría a 19 veces los ingresos netos de 2023. Usando la media de las previsiones de beneficios de Berenberg y Jefferies, podría valer 92.000 millones de euros.

Los inversores esperan un descuento en todas las OPV. Y Porsche también conlleva algunos asuntos espinosos que analizar. Heredará la compleja gobernanza de VW: el grupo alemán, cuyo consejo de supervisión está dominado por representantes de los trabajadores y accionistas del sector público, seguirá siendo propietario del 75% de las acciones. Las dos empresas compartirán incluso consejero delegado, Oliver Blume.

La influencia de VW en Porsche se verá diluida por la participación de Pors­che SE. Pero los minoritarios tendrán poco que decir: no tienen derecho a voto, y solo dos consejeros independientes de los 20 totales. Esa falta de poder merece un descuento. Si se aplica un recorte del 20%, más o menos en línea con la prima de control en una adquisición, el valor se reduce a 74.000 millones.

Este sería un buen resultado para VW, casi igualando la actual capitalización bursátil del grupo, de 89.000 millones. Aun así, el debut de Porsche será probablemente solo un prototipo de lo que podría valer algún día.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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