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Castilla Termal, la cadena hostelera que restaura edificios históricos

El grupo prioriza la elección de localizaciones en la España vaciada. Cuenta con un vino de cosecha propia y una marca de cosméticos a base de agua mineromedicinal

Piscina infinita situada en el hotel Castilla Termal Valbuena, en Valladolid.
Piscina infinita situada en el hotel Castilla Termal Valbuena, en Valladolid.
CINCO DÍAS

A pesar de no haber tradición familiar, Roberto García, fundador y CEO de Castilla Termal Hoteles, cambió su idea de estudiar económicas y puso rumbo a Canarias para estudiar turismo, animado por su tío, que veía grandes oportunidades en esta área. Tras terminar sus estudios, se formó en distintas empresas del sector, como el Balneario de Mondariz, en Galicia. Luego de varios años, decidió emprender una nueva aventura, y qué mejor manera de hacerlo que volviendo a sus orígenes.

García regresó a su pueblo en 2003 para rehabilitar la joya de su familia, el convento mudéjar de Sancti Spiritus, del siglo XII, el cual habían comprado su padre y sus tíos en 1956 a las monjas bernardas de Sancti Spiritus de Olmedo con bula papal, y convertirlo en Castilla Termal Olmedo para su apertura en 2005. “Al principio fue difícil debido a los altos costes de financiación, pero tuve la suerte de contar con mis amigos y mi familia”, comenta García. El objetivo del proyecto ha sido “poner en valor el edificio, aprovechar sus ricas aguas” y, de esta manera, diferenciarse de otros alojamientos proponiendo un termalismo y una hostelería de calidad.

Así que, una vez restaurado el convento y reabierto como hotel balneario, el siguiente reto de García fue gestionarlo adecuadamente para que hiciera honor a la categoría de cuatro estrellas. Este hotel, el primero de la red de Castilla Termal, ha dado a Olmedo (Valladolid) la calificación de villa termal.

Tras la apertura de Castilla Termal Olmedo, en 2008 decidió seguir con la rehabilitación de la Universidad de Santa Catalina, del siglo XVI, para convertirla en el hotel Castilla Termal Burgo de Osma (Soria), que abrió en 2010 como la primera hostería real de cuatro estrellas de Castilla y León. Dos años más tarde, en 2012, el grupo comenzó a gestionar el Castilla Termal Solares, en Cantabria, de cuatro estrellas. Finalmente, en 2015 inauguró su último proyecto, el Castilla Termal Valbuena, en Valladolid, el único hotel con categoría cinco estrellas de Castilla y León.

Piscina exterior del hotel Castilla Termal Solares (Cantabria), provista de agua mineromedicinal.
Piscina exterior del hotel Castilla Termal Solares (Cantabria), provista de agua mineromedicinal.

Cada establecimiento cuenta con una capacidad de entre 70 y 100 habitaciones. “Recibimos gran variedad de público, parejas, familias y también grandes grupos; hemos albergado todo tipo de eventos, como bodas o convenciones. También contamos con un gran componente de turismo internacional proveniente de Europa y América y, por supuesto, gozamos de una alta demanda de turismo nacional”, señala.

Circuito de contrastes de Castilla Termal Olmedo (Valladolid).
Circuito de contrastes de Castilla Termal Olmedo (Valladolid).

Servicios

Termas. Junto con los edificios históricos como elemento diferenciador, la cadena cuenta con un servicio de termas en todos sus hoteles. En Olmedo dispone de una piscina de agua mineromedicinal y una completa zona de contrastes, un recorrido guiado a lo largo del cual se alternan espacios húmedos y secos con contraste de frío y calor. En Burgo de Osma ofrecen un balneario, piscinas y tratamientos de hidroterapia en los que emplean las aguas del manantial de Santa Catalina. Solares cuenta con una piscina termal interior de 850.000 litros de agua mineromedicinal y un circuito de contrastes. En Valbuena destaca su balneario.

Amplitud de espacio

Una de las características que diferencia a Castilla Termal es la gran cantidad de espacio del que disponen sus establecimientos. “La disposición de nuestros edificios es horizontal, a diferencia de la hostelería convencional, que es vertical, lo que nos hace contar con mucho más espacio para nuestros clientes”, explica.

A la hora de poner en marcha sus proyectos, el grupo ha priorizado localizaciones en las que conviven edificios históricos con la España rural. “Colaboramos con la España vaciada situándonos como el mayor empleador del sector en las zonas en las que trabajamos”, destaca. Cada hotel genera una media de entre 60 y 100 puestos de trabajo, de mayoría femenina, aproximadamente más de un 60%. “Además de abogar por una sostenibilidad entendida desde el punto de vista medioambiental, también apostamos por una sostenibilidad social y económica”, subraya.

Para los amantes del vino, la cadena ofrece Converso, de elaboración propia gracias a las cinco hectáreas de viñedos que poseen en Valbuena. Además, colaboran con bodegas del entorno. Del mismo modo, la firma ofrece una gran variedad de cosméticos bajo su marca Castilla Termal, los cuales están elaborados con agua termal mineromedicinal como ingrediente estrella.

Roberto García, fundador y CEO de Castilla Termal.
Roberto García, fundador y CEO de Castilla Termal.

El grupo prevé sumar un total de 14 hoteles en 2030

En la actualidad, la cadena cuenta con cuatro hoteles y antes de 2023 espera inau­gurar el Castilla Termal Brihuega, en Guadalajara. La idea del grupo es “multiplicar el tamaño de sus negocios”. Roberto García destaca que su hostelería “pone en valor el patrimonio de nuestro país”. La compañía prevé sumar un total de 14 hoteles en 2030, para lo cual calcula una inversión de 150 millones. “Los espacios singulares nos hacen diferentes”, destaca el CEO, quien piensa en la Península para su expansión. “Pensamos en el Levante español, el norte y sur de España, Portugal y, finalmente, otro en Castilla y León”, detalla.

El grupo facturó 27 millones de euros en los primeros siete meses de este año, un 20% más con respecto a 2019, con un total de 320 trabajadores entre todos los establecimientos. Respecto a la financiación, la cadena ha recurrido a capital propio, subvenciones, capital riesgo, inversores particulares y entidades bancarias. “Con el paso del tiempo y la consolidación de la cadena, ha sido más fácil acceder a la financiación”, reconoce.

García consigue estas localizaciones tan privilegiadas mediante concesiones a largo plazo, de hasta 50 años. “En este sentido, nuestra labor es triple: preservamos el patrimonio cultural, histórico y artístico de las ubicaciones y entornos en los que nos encontramos; producimos un impacto positivo en los asentamientos humanos en los que operamos, y fomentamos las infraestructuras y procesos sostenibles”, precisa. A través de estos acuerdos, García pone en valor edificios históricos en desuso.

Castilla Termal colabora con los Objetivos de Desarrollo Sostenible: “Hemos apostado y priorizamos el uso de energías limpias, como la geotermia y la biomasa; además, empleamos dispositivos de bajo consumo y luces led. Gracias a esto nos hemos visto menos afectados que otros negocios por el alza de la electricidad”, comenta.

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