Alemania revisará la nueva tasa sobre el gas que entrará en vigor en octubre
El ministerio de Economía advierte sobre el posible colapso de Uniper si se retira el impuesto
El Ministerio de Economía, Energía y Protección del Clima está analizando cómo aplicar ciertas regulaciones sobre la nueva normativa para garantizar que la tasa sirva para apoyar a las empresas con problemas de liquidez, tras la reducción de los suministros de gas ruso, pero no para aquellas que están en ganancias. En este sentido, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, ha advertido de que el mayor proveedor de gas del país, Uniper, podría colapsar si el gobierno se ve obligado a retirar el nuevo impuesto diseñado para compensar a las empresas por los precios altísimos.
La nueva tasa sobre el gas es una iniciativa de Habeck, hasta ahora el político mejor valorado del país, pero que topó con críticas de distintos frentes, incluidas las propias filas de la coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales que dirige el canciller Olaf Scholz, que reclaman que las empresas de energía que no están en problemas también pueden beneficiarse.
El objetivo de la tasa sobre esta fuente de energía, según Habeck, es paliar los efectos de la reducción de suministros de gas ruso en empresas como la alemana Uniper, de la que le depende su distribución en municipios de todo el país, que se han visto obligadas a comprar gas a mayor precio de otros proveedores. El ministro ha reconocido que su implantación era un paso "difícil" o hasta "amargo", pero lo ha justificado como necesario para "asegurar el suministro de energía a hogares y empresas", afirmando que cualquier alternativa sería incluso peor.
La tasa, establecida en 2,419 céntimos de euro por kilovatio/hora (kWh), supondrá alrededor de 500 euros más en la factura por cada vivienda unifamiliar, una carga de varios centenares de euros anuales en los hogares alemanes que consumen gas, un 49% del total.
La carga se distribuye "de forma justa entre todos los consumidores de gas sobre el principio de la solidaridad", ha añadido el titular de Economía, quien ha explicado que la alternativa habría sido "dejar solos a los clientes de las empresas directamente afectadas, de manera que algunos consumidores se verían solo ligeramente afectados, mientras que para otros se dispararían los precios".
Si los proveedores de gas quebrasen, la consecuencia sería que ya no podrían abastecer a sus clientes y, en el caso de los hogares, éstos tendrían que firmar nuevos contratos con otras empresas al precio actual del gas. En el caso de las empresas, si su proveedor de gas quebrase, podrían no conseguir ningún otro contrato y, en consecuencia, quedarse sin suministro, ha explicado Habeck.
Para conseguir la luz verde del proyecto, Habeck ha adelantado este viernes que el Gobierno alemán está considerando tasar adicionalmente los beneficios extraordinarios que pudieran tener las energéticas a raíz del impuesto sobre el gas. De acuerdo con Bloomberg, este impuesto se limitaría a un máximo de entre un 5% y un 8% de los 34.000 millones de euros de la tasa sobre el volumen del gas.
Desde la cúpula socialdemócrata se ha "invitado" a Habeck a buscar fórmulas para evitar que salgan ganando empresas con beneficios, mientras que por parte de los Verdes se han extendido asimismo las críticas a lo que se considera una carga más para el consumidor. En tanto, el bloque conservador anunció que presentará una moción ante el Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán, para anular el correspondiente decreto.
"La tasa del gas es un impuesto caótico. Está mal elaborada y encima, con ello, los ciudadanos garantizan los beneficios de algunos consocios energéticos", ha declarado a Spiegel Jens Spahn, vicepresidente del grupo parlamentario conservador.