Cuál es el compromiso de las empresas con el consumo de agua
La reserva hídrica se encuentra en su menor nivel desde 1995 y las compañías invierten en planes y productos contra la sequía
El agua ha ganado protagonismo dentro de las empresas, ya no por su omnipresencia, sino por la necesidad de aprovecharla al máximo. La tendencia se acrecienta con urgencia: la semana pasada la reserva de España bajó al 36,9%, el menor nivel en estas fechas desde 1995. Ese año se llegó a restringir el consumo humano y la agricultura sufrió un desplome generalizado. Y en los últimos meses ya han empezado las restricciones en algunas comarcas del sur y este peninsular.
Por ello, las empresas, sea cual sea su tamaño, apuestan por invertir en el ahorro y la eficiencia hídrica a través de productos o proyectos concretos.
Hay quienes ven la transición ecológica como algo que va más allá de emplear las energías sostenibles y quieren dar un paso hacia gestionar de manera responsable los recursos naturales. Es la idea que defiende Álvaro Díaz, director de HSEQ (health, safety, security, environment y quality) de Cepsa. “El agua es imprescindible para nuestras operaciones y una prioridad para la compañía”, defiende.
La petrolera cuenta con iniciativas de ahorro y optimización. Entre ellas, está la reutilización en la planta de aguas residuales del parque energético de San Roque (Cádiz). Gracias a la mejora en su tratamiento, prevén reducir un 20% el consumo en esta instalación, estima Díaz. “El agua se somete a un proceso de ultrafiltración y ósmosis inversa que permitirá mejorar su calidad para que pueda aprovecharse en las torres de refrigeración”, comenta sobre un plan con una inversión inicial de 2,5 millones de euros.
También, destaca la mejora en la planta de tratamiento de efluentes líquidos del parque energético de La Rábida (Huelva), que logrará economizar un 7% del agua que consume anualmente. “Nos hemos fijado el objetivo de bajar en un 20% la captación de agua dulce en zonas de estrés hídrico en 2025, respecto a su utilización en 2019”, narra. Esta decisión supondrá una reserva de más de tres millones de metros cúbicos de agua dulce al año. Además, su guinda es priorizar las contrataciones de aquellas empresas que se preocupan, como ellos, por las cuestiones medioambientales.
Especialización en el agua
La dificultad crece cuando la misma empresa se dedica al agua, como es el caso de la multinacional Fluidra, líder en la fabricación de piscinas. Carla Coloma, directora de ESG (environmental, social y governance) de la compañía, explica que ellos se empeñan en los procesos de fabricación y comercialización, que fomentan el uso de tecnologías limpias y la aplicación de un correcto tratamiento y reciclaje de los recursos y el agua.
A eso se le suma la ayuda a los usuarios para que sean más sostenibles. “En nuestro catálogo disponemos de productos que permiten el ahorro con prevención de la evaporación, reducción de la necesidad de renovación de agua y procesos de filtrado que permiten un ahorro hídrico”, añade. Por ejemplo, las cubiertas para piscinas con tecnología para disminuir las pérdidas de calor o las soluciones de filtración eficientes que minimizan el agua necesaria para lavar y mantener en buen estado el filtro de la alberca.
Fluidra ha percibido un aumento de ventas de estos productos aunque leve, fueron el 10% en 2021 frente al 9% en 2020. No obstante, la compañía planea incrementar la oferta y se van a centrar en la promoción de la gama sostenible y el refuerzo de este aspecto en todas las fases del ciclo de vida de sus artículos.
Desde hace un año el agua ha cobrado más relevancia también para la compañía Normetal, dedicada a la construcción modular. Ante la situación crítica, crearon Noraqua, para suministrar plantas de potabilización y depuración de agua compactas y modulares.
Si la dificultad se acusa en Europa, en los países con menos recursos es un problema mayúsculo. Eso ha llevado a la filial a trabajar en poblaciones rurales más aisladas y en situación de emergencia, como en África y Latinoamérica. Alejandro Tudurí lleva 12 años en el sector y es director general de Noraqua. “Tenemos muchos proyectos en marcha, que terminaremos en los próximos meses. Estamos más avanzados en Tanzania y en Madagascar”, explica.
Esa sostenibilidad es transversal, ya que en sus fabricaciones incorporan energías renovables para ser autónomas. En este primer año la startup, que trabaja con organismos públicos, ha contado con apenas cinco personas y aún se apoya en subcontratistas. “Tendremos una fábrica propia al sur de Madrid”, adelanta Tudurí. Desde su experiencia, la situación es crítica. “El agua siempre va a ser necesaria y con su carencia aumentarán los conflictos”, sentencia.
Fenacore se defiende: “Las restricciones de agua no son culpa del regadío”
La escasez de agua genera dudas y discusiones. Desde la Federación Nacional de Comunidades Regantes de España (Fenacore) han percibido que se busca un único responsable. Ellos defienden que ninguna población de España sufre las restricciones hídricas a causa de los cultivos de regadío. Juan Valero, secretario general de la federación, tacha de “falsedad indignante” las quejas de despilfarro de agua. No obstante, reconoce que hay que trabajar para completar la modernización. “Con los fondos Next Generation vamos a hacer un plan de inversiones, queremos actualizar más de 1.000 hectáreas”, asegura. Señala que no hay más de cuatro millones de hectáreas, sino 3.831.181, es decir, un 18% de superficie agraria útil de regadío. Esto, según sus datos, es menos que en Italia (20%), Grecia (23,6%) o Malta (31,4%).
Por ello, Valero afirma que hay que sentir “orgullo” del compromiso en España. “Tenemos los regantes más modernizados de toda Europa”, cuenta, y cifra en un 76% la superficie de riego renovada (53,9% goteo y 23% aspersión).
Además, desde la asociación recuerdan la propia Ley de Aguas y los planes de sequía de las confederaciones hidrográficas, que establecen la prioridad de uso para el abastecimiento.
Respecto a los caudales ecológicos, el secretario afirma que han reducido un 16% de media la disponibilidad de agua en España. “Lo confirma un informe de la Universidad Politécnica de Madrid”, aclara. “Nosotros estamos a favor, pero hay que buscar el equilibrio. Queremos ver los ríos llenos de agua y poder ducharnos. Somos un poco Quijotes empleando un movimiento ecologista con reivindicación sin límites”.
Desde Fenacore insisten en mirar al futuro. “Lo primero que tenemos que ver es la solución. Y esta va desde hacer un empleo eficiente del agua hasta ahorrar en utilización y consumos”, resume Valero.