El Tesoro vende 5.150 millones a medio y largo plazo a tipos más bajos
Sigue cobrando por la deuda ligada a la inflación, pero menos
La relajación que han experimentado las rentabilidades de la deuda en el mercado secundario se deja sentir también en el primario. La caída de la actividad en los mercados en pleno periodo estival y el aumento de los tipos de interés en la zona euro no parecen pasar factura al Tesoro. El organismo que dirige Carlos Cuerpo adjudicó 5.149,71 millones en obligaciones a cuatro, siete, diez años y en deuda a 15 años ligada a la inflación. España ha logró pagar menos en todas las referencias excepto en los títulos vinculados a los precios. La demanda conjunta alcanzó los 8.963,04 millones de euros, lo que supone una ratio de cobertura de 1,7 veces la oferta.
La mayor parte del importe (unos 1.786,69 millones) correspondieron a las obligaciones con vencimiento en 2032. El Tesoro abonará un cupón de 2,55% y un interés marginal de 1,991%, por debajo del 2,55% que se vio obligado a pagar en la subasta del pasado 7 de julio, unas semanas antes de que el BCE anunciara la primera subida de tipos en 11 años.
Otros 1.755,4 millones se vendieron en obligaciones a siete años. Para esta referencia el cupón que abanarán es del 0,5% y la rentabilidad se sitúa en 1,564%, frente al 1,93% previo. En obligaciones a cuatro años el Tesoro colocó 1.025 millones con un tipo marginal del 1,075%, frente al 1,327% previo, y un cupón del 1,3%.
Los 582 millones restantes corresponden a la deuda a 15 años ligada a los precios. A diferencia de las referencias anteriores, en esta ocasión los inversores exigieron una rentabilidad superior. A pesar de todo, el Tesoro sigue cobrando por estos títulos. La rentabilidad se sitúa en el -0,096%, frente al -0,437% de la puja anterior y el cupón alcanza el 0,7%. La principal diferencia entre los bonos tradicionales y los ligados a la inflación es que estos últimos el principal se actualiza en base al alza de los precios. Con los bancos centrales acelerando el alza de los tipos para poner freno a la inflación, el coste que deberán asumir las empresas y gobiernos por vender deuda seguirá creciendo.
A lo largo del mes de agosto el Tesoro tiene previsto salir al mercado en otras tres ocasiones, dos ellas para vender letras y en la recta final para colocar bonos y obligaciones. Tradicionalmente esta última subasta no se llega a convocar.