El BCE vigila con atención las subidas de las primas de riesgo
Guindos reconoce que es "una preocupación" aunque de momento no se ha observado "una ampliación importante" de los diferenciales con el bono alemán
El BCE tiene muy presente el riesgo de fragmentación financiera en la zona euro, por el que el coste de financiación podría llegar a divergir con fuerza entre unos países y otros y dispararse en aquellos más endeudados y más vulnerables. Es una cuestión clave en un momento en que el banco central ya sí se plantea abiertamente la subida de tipos para los próximos meses, lo que está encareciendo el coste de financiación de forma generalizada.
El vicepresidente del BCE así lo reconoció hoy en su comparecencia, la primera presencial desde 2019, ante la comisión de Economía de la Eurocámara para presentar el boletín económico de la institución. Luis de Guindos, señaló que la fragmentación "es una preocupación" para el emisor de la eurozona "porque puede afectar a la transmisión de la política monetaria" de la institución. El BCE afronta de hecho el dilema de endurecer su política para frenar el impacto de la inflación en la zona euro pero sin contribuir con ello a enfriar aún más la economía, ya afectada por los efectos de la guerra en Ucrania. Y las primas de riesgo pueden llegar a ser una línea roja que desaconseje cualquier subida de tipos.
Guindos sí puntualizó en todo caso que si bien se ha visto un "aumento de los tipos nominales (de los bonos soberanos) que ha sido bastante generalizado", no se ha observado "una ampliación importante hasta ahora de las primas de riesgo". En este contexto, el vicepresidente del BCE aseguró que esto es algo que el Consejo de Gobierno de la institución "va a tomar en consideración", pero que no se han discutido "en detalle" instrumentos concretos para reaccionar ante tal situación.
La prima de riesgo italiana y española cotizan en la actualidad en máximos no vistos desde junio de 2020, aunque lejos de los niveles de tensión que llegaron a alcanzar aquella primavera. La italiana ha alcanzado los 177 puntos básicos pero en marzo de 2020 llegó a los 278. Y la española, ahora al filo de los 100 puntos básicos, repuntó en abril de aquel año sobre los 150.
El vicepresidente del BCE insistió además en que debe distinguirse entre la posición de política monetaria, cuyo foco es la estabilidad de precio, y las "medidas anti-fragmentación, que son dos instrumentos diferentes", así como entre la fragmentación "exógena" e "indiosincrática". "Tenemos que abordar la indebida fragmentación exógena que pueda tener un impacto asimétrico entre países", dijo.
Y subrayó también que "una de las principales fuentes de fragmentación es el diferente perfil fiscal que tienen los países", por lo que la política presupuestaria "tiene también un papel que desempeñar" a la hora de evitar esta fragmentación.
"Aquellos países con alta deuda y alto déficit fiscal tendrán que poner en marcha programas de política fiscal prudentes para garantizar la sosteniblidad, porque este es un elemento más detrás de la evolución de la fragmentación en el futuro y podría ser muy importante para contener y limitar esta potencial situación de fragmentación", dijo. La fragmentación financiera de la eurozona fue una de las características de la crisis de 2008, durante la que se dispararon las primas de riesgo de muchos países, sobre todo del sur del continente.
Crecimiento más lento
Guindos también ha señalado que los recientes acontecimientos apuntan a que el crecimiento económico en la eurozona será más lento en adelante debido al aumento de los precios de la energía y los cuellos de botella que está generando la guerra en Ucrania. Recordó que en marzo la inflación alcanzó un récord en décadas al subir al 7,4%, frente al 5,9% de febrero, y que la guerra "ha amplificado el impacto sobre los precios de la energía" que son ahora un 44% mayores que hace un año.
"El aumento en los precios de la energía está reduciendo la demanda y aumentando los costes de producción. La guerra también está pesando mucho sobre la confianza empresarial y de los consumidores y ha creado nuevos cuellos de botella", dijo el vicepresidente del BCE, subrayando que problemas de suministro se ven "exacerbados" por las nuevas restricciones frente a la pandemia en Asia.
"Estos acontecimientos apuntan a un crecimiento más lento en el periodo por delante", añadió de Guindos, quien señaló, no obstante, que hay factores que apoyarán el crecimiento como la fortaleza del mercado laboral y la reapertura de algunos sectores.
En cuanto a la inflación, el exministro español afirmó que "los aumentos de precios seguirán probablemente siendo altos en los próximos meses debido sobre todo al marcado aumento de los costes de la energía" y que "a medio plazo" la mayoría de encuestas y expectativas "indican tasas de inflación en torno a nuestro objetivo del 2%" por el que se rige el BCE.
"Las expectativas de inflación, sin embargo, han aumentado en los meses recientes y los signos iniciales de revisiones por encima del objetivo en estas mediciones justifican una vigilancia estrecha", puntualizó. Para el BCE "hay muchos factores que complican la perspectiva de crecimiento e inflación" y una "alta incertidumbre", por lo que en este contexto su política monetaria "está guiada por los principios de opcionalidad, gradualismo y flexibilidad", dijo.