Los tiempos de la superabundancia digital
España puede transformar su tejido productivo con un impacto superior incluso al que supuso el avión o el AVE
España ocupa una posición de liderazgo mundial en las redes de banda ultraancha. Un 89% de las unidades inmobiliarias del país cuenta con la capacidad de conectarse a una red de telecomunicaciones de más de 1 Gbps de velocidad, con la calidad y estabilidad que da la fibra óptica. Como referencia, la infraestructura digital de Francia está en un 73%.
En lo que se refiere a las redes de banda ancha móvil, la posición de España es muy similar a la de Francia, Italia, Alemania y Reino Unido. Esta posición de liderazgo nos permite disponer de una plataforma para impulsar un gran salto en la digitalización de la sociedad. La disponibilidad generalizada de conectividad de más de 1 Gbps, con el despliegue de una red inalámbrica 5G capaz de multiplicar por ocho la capacidad de las existentes, debe lanzar a la sociedad española a la era de la superabundancia digital.
Estamos ante la oportunidad de transformar el tejido productivo y la manera de vivir, con un alcance incluso superior al que otras infraestructuras hicieron, como el transporte aéreo, la red de autovías o el transporte ferroviario de alta velocidad. Aprovechar el potencial transformador de estos beneficios, y hacerlo antes que otros, es una ventaja estratégica de primer orden.
¿Cómo podemos aprovechar la infraestructura digital? La superabundancia digital solo llegará si construimos las redes de banda ultraancha que la habilitan. La industria de las telecomunicaciones y los Gobiernos cuentan con varias alternativas tecnológicas, en un camino evolutivo que cada vez ofrece más alternativas, como las siguientes:
1. Fibra: GPON y XGSPON. La conexión mediante fibra óptica es, en este momento, la manera más eficaz de conectar los hogares y las industrias. Las arquitecturas conocidas con FTTH (fibra hasta el hogar) han madurado hasta el punto de ofrecer las mayores capacidades y los menores costes de construcción y operación. La cobertura actual está basada en la tecnología que se conoce como GPON (red óptica pasiva con capacidad de gigabit). En España ya se han anunciado los primeros despliegues de la evolución natural de este tipo de redes, conocidas como XGSPON, con capacidad de ofrecer hasta 10 Gbps por hogar.
2. Cable: HFC. Sobre las redes HFC (híbrido de fibra coaxial), diseñadas inicialmente para ofrecer televisión por cable, se han construido redes de banda ancha que, durante mucho tiempo, lideraron los servicios de acceso a internet en mercados como España, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y buena parte de Latinoamérica. Los estándares que soportan esas redes (conocidos como DOCSIS) continúan su evolución. Sin embargo, los costes asociados no sugieren escenarios tan halagüeños como los de la fibra. En otro signo más del liderazgo, España ya ha comenzado las migraciones masivas de estas redes hacia otras basadas en fibra.
3. 5G. El 5G mezcla tipos de acceso, frecuencias y anchos de banda. Los despliegues basados en la frecuencia de 700 MHz ofrecerán una capacidad similar a los de las redes LTE de la actualidad, colocando las velocidades para los clientes por debajo de los 100 Mbps. En el caso de utilizar equipos en la banda de 3,5 GHz sí se produciría un salto de capacidad y las velocidades serían de unos centenares de Mbps. Un futuro despliegue basado en las conocidas como bandas milimétricas (26 GHz y más) haría que se pudieran superar velocidades de descarga tras la barrera de los 500 Mbps. Conforme se aumenta la frecuencia lo hace la capacidad, pero el alcance y la cobertura en interiores disminuyen. Junto a tecnologías como el 5G todavía encontraremos otras tecnologías inalámbricas, como por ejemplo el wifi 6.
4. Satélite LEO (órbita terrestre baja). Las constelaciones de satélites de órbita baja son también una alternativa para ofrecer conectividad. En estos momentos se vive, de nuevo, una frenética carrera de lanzamiento, ya que las tecnologías actuales permiten ofrecer a los clientes velocidades en el orden de los centenares de Mbps. Los casos de uso de estas soluciones se concentrarán en zonas rurales, asociadas a entornos nómadas, de seguridad o como respaldo.
5. Gestión de huella. La construcción de la gran infraestructura de fibra de la que disponemos ha sido el resultado de una compleja interacción entre la sociedad, el regulador y distintos tipos de operadores. Esto ha dado lugar a uno de los mercados más sofisticados del mundo, con aproximadamente 60 millones de sockets, o puntos de acceso a internet desplegados. Maximizar el uso de esa infraestructura, conocida como huella, y garantizar su puesta en valor es clave para que estas redes de banda ultraancha produzcan la superabundancia digital que transforme la economía y la sociedad española.
Los operadores que lo han comprendido y se concentran en gestionar una huella compleja, generada a partir del solape de múltiples redes construidas y operadas por diferentes jugadores, son los que están en mejores condiciones de atrapar esta oportunidad. Se trata de pasar de “construyo mi red y conecto mis clientes a ella” a “genero una huella y doy un servicio óptimo a mis clientes”.
La superabundancia digital solo sucederá en un marco de sostenibilidad, esencial para abordar los desafíos medioambientales que enfrentan el planeta y la sociedad. Las redes de banda ultraancha actuales, desde la fibra al 5G, son las mejores alternativas en cuanto a consumo energético y huella de carbono. Los ahorros energéticos, frente a cualquier tipo de alternativa, son enormes.
Joaquín Guerrero es Director de Nae