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La Lupa
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Marine Le Pen, el cisne negro que sobrevuela Europa

La victoria de la ultraderecha francesa este domingo hundiría los mercados ya que pondría en cuestión el euro, la UE y la agenda global del clima

Las encuestas sobre las elecciones francesas de este domingo señalan que Emmanuel Macron obtendrá un apoyo del 55% de los casi 49 millones de franceses con derecho a voto, de manera que sacará diez puntos de ventaja a su rival, Marine Le Pen. Sin embargo, ni las encuestas ni el debate televisivo del miércoles entre ambos candidatos, son pasaporte seguro para conjurar el riesgo de que el lunes amanezca Francia bajo la sombra de un enorme cisne negro volando, lo que metería la construcción de Europa en el túnel del tiempo, con un impacto muy negativo para España.

El profesor Nassim Taleb acuñó la expresión cisne negro para referirse a aquellos eventos con poca probabilidad de ocurrir, pero que finalmente sucede y provoca duras consecuencias socioeconómicas. Taleb calificó así la Primera Guerra Mundial y los atentados del 11-S de 2001 en Nueva York, entre otros, en su libro El Cisne Negro, publicado en 2007. En teoría económica, los cisnes negros tienen tres cualidades: son inesperados, tienen gran impacto y, brillante contradicción, se pueden predecir con un análisis retrospectivo.

Esto nos lleva a que las primeras décadas del siglo XXI han sido muy prolijas en cisnes negros, tantos que igual deja de ser una rara avis. Sólo en los últimos años tenemos grandes ejemplos, aunque de alcance diferente; desde el volcán de la isla de La Palma (2021), con enorme impacto local, a la pandemia del coronavirus (marzo de 2020), cuya repercusión global sigue patente, pasando por la crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos, que destrozó las finanzas del mundo y el sector inmobiliario español, que arrastró a toda la economía.

En el camino han sorprendido otros eventos con especial incidencia en Europa, como ha sido el referéndum del Brexit (junio 2016), que ha dejado a Reino Unido fuera de la UE, y ahora la invasión rusa de Ucrania, cuyos impactos definitivos desconocemos. Precisamente, la actitud de Vladimir Putin y sus vínculos con la ultraderecha europea han sido parte central del debate Macron-Le Pen.

La invasión de Ucrania ha sido un enorme revulsivo al modelo de sociedad que defiende la UE, integrada por democracias abiertas, en las que priman los derechos sociales y las libertades individuales, nada que ver con la autocracia construida por Vladimir Putin. Esta diferencia es la que ha llevado a que los ucranianos no se rindan a Rusia y se hayan convertido en muralla humana que defiende la cultura occidental, el modo de vida de la UE, Reino Unido, Estados Unidos o Canadá, de todos los países que integran la OTAN.

Francia y Alemania son el eje de la UE y más desde el abandono de Reino Unido. Guste más o menos a los países del sur de Europa, el peso económico y de población de las dos grandes potencias, sumado a su enorme capacidad de influencia sobre los pequeños países que los rodean, hace que su opinión sea determinante. Lo fue en la crisis financiera de 2008, cuando decidieron apretar las tuercas a los países más pobres y endeudados, y con la pandemia, cuando el BCE compró toda la deuda pública a un precio ridículo y se aprobaron planes generosos de subvenciones para los que se habían visto más afectados por el virus. En definitiva, Francia y Alemania son los países centrales en la construcción de Europa, puesto que tienen la capacidad de abrir y cerrar el grifo, ya que el agua mana desde sus impuestos locales. Esto ha sido así con gobiernos de los partidos derechas y de izquierdas en las dos grandes naciones, pero si llega Le Pen todo cambia.

Precisamente, en Francia, los partidos políticos tradicionales homologables con el PSOE y el PP están desaparecidos. En la primera vuelta de las presidenciales francesas, Emmanuel Macron, cuyo partido se denomina La República En Marcha, quedó primero, con el 27,8% de los votos; Marine Le Pen, con la Agrupación Nacional, fue segunda (23,1%); Jean-Luc Mélenchon, al frente de la Francia Insumisa, tercero (22%), y Eric Zemmour, con Reconquista, cuarto (7,1%). Valérie Pécresse, líder de Los Republicanos, partido heredero de la formación de Jacques Chirac y miembro del Partido Popular Europeo, como el PP, se llevó el 4,8% de los sufragios, y Anne Hidalgo, la socialista alcaldesa de París, tan sólo el 1,7%.

Han desaparecido los adjetivos convencionales, socialista y conservador. Ahora se venden epopeyas: la insumisión o la reconquista, nombres que esconden posiciones de extrema izquierda y derecha, lo cual no quiere decir que sean comparables y menos homologables. El problema está en que mientras los ultras de Zemmour están encantados con Le Pen, Mélenchon, cuyo abuelo era murciano (Melenchón), no ha querido pastorear a sus votantes hacia Macron. No hay peor cuña que la de la misma madera y Mélenchon y Macron han pasado por el Partido Socialista, aunque en diferentes épocas. El primero siempre estuvo en el ala más roja y el segundo en la más azul.

La ampliación de la paleta de colores, como ha sucedido en España, puede acabar con la extrema derecha en la presidencia de la República Francesa. La inesperada victoria de Marine Le Pen implicaría un serio retroceso para la zona euro, para la construcción de una gran Europa y para los grandes temas de la agenda internacional, como todas las medidas para frenar el cambio climático. Le Pen significa más nacionalismo francés, lo que implica menos generosidad con el sur de Europa y freno total a la inmigración, que, sin embargo, es imprescindible para sostener la economía. Por eso tiene dimensión de cisne negro.

Aquellos que crean que, como sucedió con el Brexit, las encuestas se equivocan y que la extrema derecha va a ganar este domingo en Francia, tienen la oportunidad de vender hoy todas sus posiciones en renta fija y variable, que el lunes podrán rehacerlas a un precio sustancialmente más bajo. Los españoles no votan en estos comicios, pero lo que salga nos afecta sobremanera, especialmente si se equivocan.

Aurelio Medel es Doctor en Ciencias de la Información y profesor de la Universidad Complutense

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