Cómo protege el seguro los colegios y a los alumnos
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La educación, como cualquier área de actividad precisa de seguridad. Los centros donde se imparten las clases deben estar protegidos ante cualquier contingencia. Pero también los alumnos, los profesores y toda la plantilla que trabaja en las instalaciones.
“Los seguros de estudios son un pilar clave para proteger el futuro de nuestros hijos. Es una necesidad que todos tenemos, de la que cada vez somos más conscientes”, explica Ricardo Ruiz, responsable de previsión social colectiva de AXA. La compañía hace un símil para explicar la relevancia en este tipo de pólizas: “Los seguros de vida buscan proteger financieramente a nuestras familias y seres queridos en el caso de que llegáramos a faltar; el de educación está especialmente enfocado a proteger los estudios de los hijos", añade.
En España existe un seguro escolar obligatorio para menores de 28 años que gestiona la Seguridad Social. Se paga en la matrícula (el 50% corresponde al alumno y el otro 50% al Ministerio de Educación) y cubre fundamentalmente la asistencia en caso de accidente.
Dentro de la protección obligatoria, está el seguro de vida, que responde ante el fallecimiento por cualquier causa. “La suma asegurada debe ser aquella que cubra el coste de cada curso pendiente de realizar, comedor, transporte, uniforme, material escolar, actividades extraescolares… y el asegurado puede ser el padre, la madre o el tutor legal”, explica Ruiz.
Fuera de las establecidas por ley, AXA resalta que es importante contratar una póliza que contemple la incapacidad permanente absoluta. “Es recomendable, porque cuando se produce esta situación es debido a que la persona (cabeza de familia) queda incapacitada para realizar cualquier trabajo o profesión, lo que implica también una pérdida de facultad para generar ingresos que puede hacer peligrar la continuidad de los estudios”, asegura el responsable de AXA.
Desde Unespa (Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras) señalan que “es usual que el centro contrate una póliza de multirriesgo que cubra todos o casi todos los daños o robos que puede sufrir el edificio en sí mismo: goteras, rotura de cristales, robo de enseres o dinero, daños eléctricos y estéticos, y sufridos por los equipos informáticos, o que hayan afectado a los libros que haya adquirido el propio colegio para la distribución entre los alumnos”.
La patronal del sector indica que “la mayoría de los productos del mercado protegen del robo o deterioro de los bienes, no sólo los que son propiedad de la escuela, sino también del AMPA [Asociación de Madres y Padres de Alumnos], de los empleados del colegio o incluso de los propios alumnos en algunos casos”.
Junto con los daños, la segunda familia de coberturas, “que nunca puede faltar”, según Unespa, es la responsabilidad civil. “Suelen intentar que cualquier problema causado en el recinto de la escuela o bajo la responsabilidad de su personal (en viajes escolares, por ejemplo) esté incluido; también se puede contemplar el bullying”.
Las aseguradoras pueden colaborar, por otro lado, en el ámbito educativo en temas como la seguridad vial y las finanzas. “Este tipo de programas ayudan a la sensibilización”, sostiene el responsable de AXA, que añade que “tenemos que ser conscientes de que puede haber imprevistos que, si no tenemos cubiertos, pueden poner en una situación económica muy complicada a nuestros familiares, pudiendo afectar, en este caso, a la educación de los niños. Después de las necesidades físicas y mentales, la educación de los hijos es la principal preocupación de las familias”.
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