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Supermercados

La banca aguarda una decisión de la UE sobre Dia con 900 millones en deuda

Algunos bancos han decidido no prestar más dinero a la firma

PABLO MONGE

Dia vuelve a contener el aliento. Una vez superada la difícil situación que la dejó a horas de entrar en quiebra en 2018, la cadena de supermercados aguarda la decisión de la UE sobre si da por bueno que Fridman no controla Letterone –y, por ende, la compañía española– o la incluye en las sanciones a los oligarcas rusos. En ese caso, la banca le pediría la devolución de los 900 millones en deuda que mantiene. Y la compañía volvería a asomarse al abismo.

La nueva Dia, controlada por Letterone, hereda de la etapa anterior un crédito de 900 millones. Santander, BBVA y CaixaBank son las entidades más expuestas a esta deuda, dado que el resto de bancos que concedieron ese préstamo sindicado, en su mayoría internacionales, han vendido sus posiciones a hedge funds. Este pasivo expira en 2025, tras la refinanciación que pactó la compañía con la banca el año pasado y que supuso una inyección de 1.000 millones de euros por parte de Letterone a través de una ampliación de capital. Con esta operación Letterone capitalizó 292 millones en deuda de Dia que retenía, tras sendas recompras de bonos.

Esta última operación relaja la presión sobre Dia. La banca ha estado analizando el riesgo de la principal compañía española con lazos con Rusia y, por el momento, ha concluído que no existe un riesgo de impago inminente, por lo que ha decido no provisionar por el momento estos créditos, según indican fuentes financieras. Alguno de estos bancos ya ha decidido no prestar más dinero a Dia, una medida con poco impacto por el momento, puesto que la compañía cuenta con un calendario libre de vencimientos para los próximos tres años. Otras entidades, por el momento, mantienen la operativa habitual.

Versión de Letterone

Los bancos están a la espera de acontecimientos. Aguardan la decisión de la UE, que comunicará al Ministerio de Economía y al Sepblac, si considera que Dia es una compañía controlada por un oligarca ruso. Y, por tanto, susceptible de las sanciones, como ha ocurrido con el Chelsea de Abramovic. En ese caso, los bancos no podrán prestar más dinero a Dia y exigirán que devuelva esos 900 millones. Sin la posibilidad de renegociar con los bancos ni de buscar un nuevo inversor que sustituya a Letterone en el capital, esto avocaría a la compañía –con 40.000 empleados y más de 6.000 tiendas en cuatro países– al concurso de acreedores.

Por el momento, la estrategia de Letterone para salvar la situación es desvincularse del magnate Mijail Fridman, que ha abandonado sus cargos del grupo inversor luxemburgués. Tanto Dia como Letterone esgrimen que ni Fridman ni su socio, Petr Aven, cuentan con más de un 50% de la sociedad. Fridman se ha pronunciado con contundencia contra la guerra de Ucrania y en Reino Unido –donde Letterone cuenta con su otra participación de renombre en la distribución, la cadena Holland&Barret– ha quedado excluido de las sanciones.

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