Los concesionarios prevén más fusiones para defenderse de la venta directa de algunos fabricantes
Faconauto estima que es un proceso necesario también para la inversión a acometer en digitalización En dos años se han perdido 9.275 empleos en el sector
El sector de los concesionarios en España ha ido evolucionando en la última década. Ha pasado de ser un mar de microempresas con pocos puntos de venta, a transformarse en un sector con menos compañías, pero de mayor tamaño y que venden varias marcas de coches.
Es el caso, por ejemplo, del grupo Marcos, la compañía más grande del ramo, que este mes oficializó la compra de Montalt (una operación anunciada en octubre). Tras esta adquisición, el grupo ha pasado a ser una empresa de 2.000 empleados, con 108 puntos de ventas distribuidos por siete provincias de España y que comercializa 40.000 vehículos al año, con una facturación superior a los 1.063 millones de euros, según datos ofrecidos por la empresa. Entre los coches que vende hay hasta 20 marcas, por lo que su actividad no depende de un solo fabricante.
“En los últimos doce años se ha reducido el número de concesionarios en aproximadamente unos 1.000 [había 3.200], pero los puntos de venta prácticamente no han cambiado, siguen abiertos. Lo que está ocurriendo es que antes el concesionario medio tenía un volumen pequeño, era monomarca, estaba en una provincia y ahora hay mucho concesionario multimarca. De hecho, hoy son mayoría los concesionarios con varias marcas”, indica a CincoDías Gerardo Pérez presidente de Faconauto, asociación que representa a los concesionarios.
De cara al futuro, “está habiendo un proceso de concentración, de fusión y de compra muy importante, que además es totalmente necesario”, añade, sobre todo ante los retos de sostenibilidad y digitalización a los que se enfrenta el sector, asegura. “El concesionario está pasando de ser un punto eminentemente físico a tener una gran potencia en el ámbito digital, para lo que se necesitan equipos. Esto lo pueden hacer empresas medianas y grandes (...) El concesionario de hace quince años que tenía diez empleados y trabajaba en un territorio no puede hacerlo”, explica Pérez.
Caso Stellantis
A su vez, la red de distribución se enfrenta a casos de cambio de modelo de negocio como el que propicia el grupo automovilístico Stellantis (con firmas tan importantes como Citroën, Peugeot y Fiat). Este fabricante ya ha informado al 39% de sus concesionarios en España de la cancelación del contrato, por lo que ya no podrán seguir vendiendo coches de sus marcas a partir de 2023. Esto, alerta Pérez, supondrá el cierre para muchas pymes. El 61% restante se quedará con la compañía, pero sabiendo que a partir de 2027, Stellantis prevé comercializar todos sus vehículos de forma directa, bajo el modelo de agencia. Esto, en la práctica, supondrá que el concesionario se transforme en un mero entregador de coches.
“Estamos muy expectantes para ver qué modelo de negocio nos ofrecen, porque está claro que si nosotros pasáramos a ser entregadores, tendríamos muchas menos exigencias de las que tenemos ahora mismo”, señala Pérez. Fuentes del sector explican a este periódico que los concesionarios que han logrado sobrevivir a esta criba de Stellantis no están tampoco contentos, ya que temen que en un futuro la compañía prescinda de ellos para vender de forma directa. Una consecuencia de ese cambio será que, por ejemplo, se acabe la competencia vía precios entre los concesionarios para conseguir clientes, ya que no tendrán injerencia en el precio de venta, sino que simplemente se limitarán a entregar el vehículo.
La mayor consolidación del sector que ahora se ensaya, serviría para frenar el impacto en las cuentas de la venta directa que promueve Stellantis. El grupo Volkswagen y Mercedes también apuestan por el modelo de agencia, aunque han mandado un mensaje de tranquilidad a sus concesionarios asegurándoles que contarán con todos ellos. En la acera de enfrente a este nuevo modelo que se abre paso, se encuentran marcas como Renault y Kia, que apuestan por seguir con el modelo tradicional de negocio. Renault, incluso, va más allá y ha autolimitado su venta directa a un máximo del 10%.
Pérdida de empleo
La crisis derivada de la pandemia y la escasez de microchips ha provocado que los concesionarios recorten plantilla en 9.275 personas (un 5,7%) respecto a 2019, hasta los 152.225 trabajadores. Esto se debe a la caída de ventas así como a la menor rentabilidad del negocio, que lleva tres años estancado en torno al 1%, frente al 1,83% (casi el doble) del año 2018. Hoy, hay 2.022 concesionarios en España, que controlan 5.300 puntos de venta.