Vega Sicilia paga a 200.000 euros la hectárea de viñedo en Galicia
El grupo invertirá 20 millones en una nueva bodega en Rías Baixas Hasta ahora dispone de la mitad de la viña que necesita para elaborar 300.000 botellas por añada
Confiesa Pablo Álvarez, consejero delegado de Tempos Vega Sicilia, que Galicia tiene la viña más cara de España. Conoce el terreno, a pesar de que en los últimos tiempos solo se ha dejado caer en una ocasión por tierras de Pontevedra, para no levantar sospechas de sus intenciones: cumplir el sueño de elaborar un gran vino blanco español con uva albariño. Desde hace cuatro años intenta comprar viñedo. De momento, ha adquirido 24 hectáreas en el Condado de Tea, en la parte alta del río Miño, en Salnés, en torno a Sanxenxo, Cambados y O Grove, y en Crecente, donde se asentará la bodega, que llevará el nombre de Deiva y en la que se invertirá en total 20 millones de euros. “Es la más cara, y ni siquiera pagando se puede encontrar la viña que queremos”, explicó Álvarez, durante la presentación del nuevo proyecto vinícola. La intención es disponer, según detalló, de unas 55 o 60 hectáreas para cumplir el objetivo de llegar a una producción de 300.000 botellas. “De momento, estamos por la mitad”.
El precio que ha pagado Vega Sicilia, según fuentes del grupo bodeguero, es de 200.000 euros por hectárea. Por tanto, hasta la fecha se han abonado 4,8 millones de euros. Queda pendiente todavía la compra del 50% de las tierras, de las que saldrá la uva para elaborar dos vinos: Deiva, con una crianza de dos años, y Arnela, que será el blanco prémium con una crianza de tres años. La primera cosecha está prevista para 2023 y estará en el mercado en 2025.
La dificultad para comprar viña no es algo nuevo para Vega Sicilia. Ya sucedió hace más de dos décadas, cuando el barón Benjamin Rothschild, propietario, entre otras bodegas, de Château Lafite Rothschild, y Pablo Álvarez decidieron entrar juntos en una de las zonas más reconocidas de España, como es Rioja. Fue en 2003 cuando comenzaron un ambicioso proyecto vinícola en Samaniego (Álava), en el que se invirtió entre tierras y ladrillo 34 millones de euros, que no estuvo exento de obstáculos.
No fue fácil entrar en esta denominación de origen. De hecho, los primeros vinos se elaboraron en una bodega alquilada, y la compra de viñedos, en la que se invirtieron 13 años, se hizo a nombre de terceros en más de 70 operaciones para mantener en todo momento la discreción, pero sobre todo para contener el precio de la hectárea de viñedo. En esta zona, el precio de esa porción de terreno pagada por la familia Álvarez ascendió a 90.000 euros. En la actualidad disponen de 100 hectáreas de viña, todas ellas con más de 30 años, ya que buscaron clones de baja producción.
También tienen intención de hacerse, según fuentes de la compañía, con 25 hectáreas, a 70.000 euros los 10.000 metros cuadrados, que no son todavía propiedad del grupo, de la bodega Alion (Ribera del Duero), donde se elabora el vino más vendido: 310.000 botellas por añada. Desde su lanzamiento en 1991 se han despachado unos 5,5 millones de unidades, de los cuales 1,5 millones han sido en los últimos cinco años. La cosecha más generosa fue la de 2004, en la que se alcanzaron las 330.000 botellas.
El grupo, además de Vega Sicilia, en Ribera del Duero, la casa madre que compró hace 40 años David Álvarez, fundador del grupo Eulen, cuenta con dos bodegas más: Pintia, en Toro (Zamora), que inauguró en 2001, a pesar de que la compra de los terrenos comenzó en 1997, y donde la hectárea cuesta 24.000 euros; y Oremus, en Tokaj (Hungría), adquirida en 1993 e inaugurada en 1999, que cuenta con 120 hectáreas de viñedo. Se trata de la bodega, que elabora el vino más caro del grupo –Eszencia, 350 euros (0,375L)–, y “la que más nos ha costado sacar adelante”, reconoció Álvarez, que anticipó que el deseo de la familia es seguir creciendo con la apertura de nuevas bodegas, “que no tienen por qué estar en España”. En este sentido, descartó una zona: Borgoña, donde aseguró que la hectárea sale a entre 10 y 15 millones de euros.
De momento, el grupo cuenta con 650 hectáreas de viñas, dirigidas por Enrique Macías, vende vino en más de 150 países, una expansión internacional pilotada por el director general, Antonio Menéndez, que se incorporó a la compañía, en la que trabajan 300 empleados, en 2015. Por delante, además de hacer un gran vino blanco español, tienen un reto: conseguir que de todas las bodegas del grupo salgan, dependiendo de la calidad, 300.000 botellas por añada.