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Las empresas españolas de chips se preparan para el maná de fondos de Bruselas

El Gobierno quiere que España tenga toda la cadena de valor, incluida la fabricación Sectores como el de la automoción aplauden la iniciativa

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.Europa Press

Las compañías españolas de microchips se encuentran en conversaciones con el Ejecutivo, para prepararse para la lluvia de dinero que la Comisión Europea (unos 43.000 millones de euros) destinará a impulsar la industria de semiconductores en el continente. Según señalan desde la Asociación Industrial de Semiconductores de España (Aesemi) a CincoDías, el objetivo del Gobierno es desarrollar toda la cadena de valor para la fabricación de microchips en España, incluyendo el ensamblaje, algo que hoy el país no tiene.

La intención es crear parques que incluyan muchos de los ecosistemas que necesitamos hoy en España y reforzar lo existente. Estamos hablando de una fábrica, pero también de aspectos como el testeo o el empaquetado”, explica Danny Moreno, presidente de Aesemi y a su vez consejero delegado de la firma española de diseño de microchips Wiyo. Si bien el directivo rehusa dar detalles sobre las conversaciones con el Ejecutivo, ya que son recientes, recalca que el Gobierno busca tener una planta de producción.

Según indica Moreno, las empresas españolas que se dedican al diseño de microchips (hay unas veinte en el país) se ven obligadas a enviar sus productos ya diseñados y desarrollados fuera de las fronteras para que sean ensamblados, normalmente, en plantas asiáticas. Las fábricas de Taiwán y Corea del Sur aglutinan la producción de los chips más pequeños y sofisticados, que son los que se usan en los móviles y procesadores de los ordenadores. En estos países tienen plantas dos gigantes del sector como TSMC y Samsung, que entre ambos “concentran el 83% de la producción mundial”, según afirma Moreno.

43.000 millones

Bruselas presentó la semana pasada la ley Europea de Chips, que movilizará más de 43.000 millones de euros para conseguir que el continente produzca el 20% de los semiconductores del mundo en 2030, lo que implica multiplicar por cuatro su capacidad productiva actual.

Bajo el plan anunciado, se movilizarán unos 11.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas para financiar el liderazgo tecnológico en capacidades de investigación, diseño y fabricación. A ello se sumarán otros 30.000 millones, que provendrán de inversiones públicas ya planeadas del Next Generation EU, del programa de financiación Horizonte Europa y de los presupuestos nacionales. Por último, al plan se suma el conocido como ‘fondo de chips’ para invertir entre 2.000 y 6.000 millones en ayudar a las empresas emergentes a incorporarse al sector.

“La propuesta de la Comisión Europea para desarrollar nuestra autonomía estratégica en el ámbito de los semiconductores es una muy buena noticia (...) Los semiconductores son elementos esenciales para industrias tan estratégicas como la automoción”, celebró la semana pasada la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

Precisamente este sector, el de la automoción, ha sido uno de los más golpeados por la escasez de microchips, sobre todo a partir del verano pasado, lo que ha impedido al motor recuperar sus niveles de ventas previos a la pandemia (las matriculaciones apenas subieron un 1% en 2021, respecto al fatídico 2020). La crisis ha provocado que los fabricantes no puedan hacer frente a los pedidos de los clientes, que han sufrido importantes incrementos de los tiempos de entrega de sus coches.

“No tenemos stock (...) depende del modelo, pero hoy día los tiempos de espera están entre cuatro y cinco meses de media”, aseguró Roland Schell, presidente de Mercedes-Benz España. “El tema de los microchips es crítico, no podemos depender de terceros países. La demanda de semiconductores va a crecer de forma exponencial, Europa debería apuntar a ser autónoma en este aspecto”, comentó, por su parte, Francisco Pérez Botello, presidente de Volkswagen Group España Distribución.

Carrera entre gigantes

Con el plan anunciado por Bruselas el pasado miércoles, Europa pretende competir con el megapaquete de 52.000 millones de dólares presentado por la administración Biden, con el que EE UU quiere dar incentivos a los fabricantes de chips para que produzcan en suelo norteamericano. “Quiero ver al Congreso aprobar esta ley ya mismo y tenerla en mi mesa”, dijo el presidente estadounidense en declaraciones recogidas por Efe. Recientemente, Intel, un gigante del sector, anunció una inversión de 20.000 millones de dólares en dos plantas de chips en el estado de Ohio.

Como muestra de lo alejada que se encuentra Europa de las principales potencias mundiales en este aspecto, en 2020 la UE apenas atrajo el 3% de la inversión mundial para las fábricas de chips y “se necesita mucho trabajo para impulsar esta cifra hacia arriba”, indicó Cecilia Bonefeld-Dahl, directora general de Digital Europe.

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