Las firmas de microchips españolas se alían para impulsar un sector abandonado
Cuatro empresas crean la primera asociación industrial del país Hoy, España solo hace diseño, la producción se concentra en Asia
El pasado mes de noviembre, cuatro compañías (Wiyo, Imasenic, Kdpof e ICMálaga) que se dedican al diseño de microchips en España, anunciaron la creación de la primera asociación industrial de semiconductores española, justo en un momento en el que el mundo vive una crisis de escasez de este elemento. Su presidente, Danny Moreno, que a su vez es CEO de Wiyo, asegura a este periódico que el objetivo de la asociación “es ser el motor de la innovación” en nuestro país, y que por ello solicitarán una reunión con el Ejecutivo para tratar cómo impulsar el sector de los semiconductores, que a día de hoy no cuenta con ninguna fábrica de producción en España.
“Nosotros diseñamos y comercializamos chips, pero su fabricación se hace fuera. Es fundamental que el diseño se haga aquí”, indica Moreno, quien recuerda que hubo un momento en el que España sí que producía microchips. “Hace muchos años había una planta aquí [en Tres Cantos, Madrid, inaugurada en la década de 1980], que por cuestiones económicas de competencia con otros países, sobre todo asiáticos, ya no está”, dice Moreno, que remarca que tener una planta es “completamente estratégico para un país”.
“Todo el mundo suele decir que es China la que concentra la fabricación. Si bien es cierto que tiene un gran volumen de producción, los chips con la última tecnología, los que usan los procesadores y los teléfonos móviles, provienen de factorías en Taiwán y Corea del Sur, no de China”, explica el directivo.
Tener una fábrica de este tipo de microchips en España, que suelen medir entre cinco y siete nanómetros, indica Moreno, no es viable a corto plazo, aunque sí lo sería tener una factoría que abastezca a la industria del automóvil. “El caso de los coches es diferente. La mayoría de chips que usan los vehículos son de unos 180 nanómetros, por lo que se podría cubrir a la industria nacional del motor con una tecnología menos competitiva [que la que necesitan los móviles]”, asegura.
Apuesta del Gobierno
Las palabras de Moreno van en la misma línea que las de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, quien afirmó que España “tiene la ambición” de poseer una planta de microchips propia.
“Vamos a ser impulsores de que en el ámbito de Europa se puedan albergar esas futuras fábricas [de microchips] a las que aspiramos en España”, había dicho la ministra en septiembre, ocasión en la que recalcó que en el Perte del vehículo eléctrico y conectado también se incluye a este sector. “[El Gobierno] incorporó dentro del Perte inversiones para poder desarrollar esa capacidad productiva de semiconductores”, añadió.
Actualmente, hay unas 20 empresas dedicadas al diseño de microchips en España, según Moreno. “Sería interesante aprovechar todo ese impulso [de los fondos europeos y del Perte del vehículo eléctrico] para apoyar a toda la industria de semiconductores y que podamos no solo abastecer al consumo interno, sino incluso exportar también”, afirma el CEO de Wiyo.
La facturación del sector crece un 19,7% en 2021
La organización independiente de estadísticas del sector de semiconductores (WSTS, por sus siglas en inglés) publicó un informe el pasado año en el que estimó que la facturación de esta industria crecería en 2021 hasta los 467.810 millones de euros, lo que supondría un incremento del 19,7% respecto al ejercicio precedente, recoge Efe. Este crecimiento continuará en 2022, según WSTS, llevando la facturación del sector hasta los 508.640 millones de euros. En el tercer trimestre de 2021, esta industria marcó su récord, después de que se enviaran más unidades de semiconductores que en cualquier periodo desde que hay registros.