El capital riesgo dispone de 5.000 millones para comprar empresas, el máximo en 14 años
El sector espera que este colchón lo blinde ante un alza de tipos
El capital riesgo observa el cambio de ritmo en la música de la economía global desde un acomodado colchón. El sector en España cuenta con la mayor liquidez en 15 años. Algo que espera le haga mantener su voracidad durante todo el año, pese al alza de la inflación, las subidas de los tipos de interés o la retirada del resto de programas de estímulo de los bancos centrales.
Los fondos de private equity que operan en España atesoraban, a cierre de 2021, 5.000 millones de euros dispuestos para invertir en cualquier momento, según las cifras difundidas por la patronal del sector, Ascri. Es lo que en el argot se conoce como dry-powder. Este se encuentra en su nivel más alto en 14 años, desde 2008, precisamente en los albures de la crisis financiera. Entonces, un sector mucho menos desarrollado en España guardaba 6.000 millones que le permitieron sobrevivir durante los años de inestabilidad financiera.
Desde el crac de Lehman Brothers, los fondos utilizaron ese botín para seguir operando y aprovechando las oportunidades que la crisis dejaba para hacerse con compañías maltrechas a precios muy competitivos. Todo ello en un contexto en el que las suspicacias entre los bancos tensaron ampliamente el mercado interbancario, lo que secó los canales de crédito. El drypowder cayó a un mínimo durante los peores compases de la crisis del euro, con un montante de poco más de 1.500 millones en 2013.
Desde entonces, las arcas de los grandes fondos que operan en España se han más que duplicado. Fue en 2012 cuando Mario Draghi afirmó que haría "lo que fuera necesario" para salvar el euro y puso en marcha medidas inéditas en Europa: amplios programas de compra de deuda y los tipos de interés en el 0%. Esto provocó que el capital riesgo se mostrase como un activo estrella para los inversores, ante una Bolsa inestable y una renta fija en planicie absoluta. El dinero ha fluido en los últimos años desde estos activos más tradicionales y seguros a fondos orientados a infraestructuras y de estos al capital riesgo tradicional y al venture capital.
Futuro
Tras seis años con los tipos a cero, la contundente subida de la inflación ha provocado que los bancos centrales cambien la música. El mercado espera que el BCE retire los estímulos en marzo y suba tipos tras el verano. Y que la Fed lo haga ya en este primer trimestre.
Este nuevo status quo, previsiblemente, interrumpirá ese caudal de dinero que ha llegado a los fondos en los últimos años y complicará el proceso de levantar nuevos vehículos. En 2021, los fondos españoles captaron 2.600 millones de euros, un 20% más que en el año anterior. E invirtieron 7.494 millones, su segunda mejor marca desde 2019.
El sector confía que sea precisamente ese alto nivel de drypowder el que mantenga las cifras de inversión en máximos durante mucho tiempo, incluso aunque los inversores repartan más su dinero entre otros activos. Los fondos ahora invertirán el dinero captado en los últimos ejercicios. Y, además, cuentan ahora con un potente aliado, el Estado. El ICO lanzó en 2013 un vehículo para aportar capital en gestoras españolas de private equity. Un programa que en los últimos años ha dado un salto importante. En la última edición, resuelta en 2021, ha repartido 750 millones a 15 gestoras. Y se prevé que el apoyo del Estado al sector se mantenga en los próximos años.
La situación del mercado español no es única, ni mucho menos. Según el último informe de la consultora Bain&Co, se multiplicó durante la primera mitad de 2021 por 2,5. Y pasó de los 1,2 billones de dólares a más de 3 billones, pulverizando sus propios máximos. Esta firma esperaba que la captación de fondos alcanzase su nivel más alto en 20 años, con más de 1.200 millones de dólares captados. También registra nueve megafondos, con un tamaño superior a los 5.000 millones de dólares, en la primera mitad del año, lo que supone más del 50% de la inversión total.
El tesoro de los grandes fondos internacionales
Liquidez. KKR afirma en sus últimos resultados trimestrales que, a fecha de 31 de septiembre, contaba con una liquidez de 22.000 millones de dólares. La cifra que atesora el fondo canadiense de pensiones Brookfield es la mitad, 11.000 millones. En el caso de Blackstone, ha cerrado el ejercicio de 2021 con un dry-powder muy superior, de 135.800 millones de dólares, según sus últimas cuentas anuales. En Europa las cifras no son tan mareantes, EQT –dueño en España de Idealista, Freepick o Parques Reunidos– levantó en 2021 más de 30.000 millones para tres de sus fondos. En el caso de Bridgepoint, que en España es dueño de Dorna y Rovensa, salió a Bolsa durante este verano. Y contaba, a 30 de junio, con 28.500 millones de activos bajo gestión, mientras ha lanzado al mercado un fondo de 3.900 millones.
Captación de fondos. Junto a Bridgepoint, también EQT ha lanzado al mercado un macrofondo de 22.000 millones. Otras gestoras presentes en el mercado español en busca de capital son L Catterton, con un vehículo de 6.500 millones, Providence (6.000 millones), DIF (4.500 millones) y CVC (2.400 millones). De entre los fondos estadounidenses más activos en España destaca un vehículo de Warburg Pincus con 16.000 millones.