Europa acelera el rastreo y pide reducir el contacto social para “ganar tiempo” al virus
Von der Leyen alude a una “carrera contrarreloj”. Holanda es el país más afectado, con 13 casos
La Unión Europea dio el domingo un paso adelante en la lucha contra la expansión del coronavirus y marcó el camino a seguir por sus países miembros para ganar tiempo a la espera de que los laboratorios encuentren una vacuna resistente a ómicron. “Nos tomamos esta ómicron muy en serio. Estamos ahora en una carrera contrarreloj, porque no lo sabemos todo acerca de esta variante, pero es una variante de preocupación”, dijo la presidenta de la Comiisón Europea, Ursula von der Leyen en una conferencia de prensa conjunta con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el presidente letón, Krisjanis Karins.
Von der Leyen indicó que la ciencia necesita entre dos a tres semanas para tener una “imagen completa” sobre “las características de las mutaciones” de esta nueva variante. Un planteamiento similar al de la OMS, que señaló ayer que es pronto para determinar la capacidad de ómicron para infectar más rápido o provocar infecciones más dañinas que variantes anteriores.
En ese escenario, von der Leyen instó a “usar el tiempo” para tomar medidas de precaución, priorizado el rastreo en busca de infectados, la reducción de contacto social y el cumplimiento de medidas de distancia social, higiene y uos de mascarilla, así como administrar dósis de refuerzo. “tanto como se pueda”
Al cierre de esta edición, el país europeo más afectado por la aparición de ciudadanos infectados era Holanda, con 13 casos. Todos procedían de dos vuelos que aterrizaron el viernes en Amsterdam procedentes de Sudáfrica. Las autoridades sanitarias realizaron test a 630 pasajeros, detectando 61 casos de coronavirus y, de ellos, 13 de la nueva variante ómicrom. “No sería raro que aparecieran nuevos casos en Holanda”, señaló Hugo de Jonge, ministro holandés de Sanidad, durante una comparecencia oficial en Rotterdam. De hecho, las autoridades neerlandesas iniciaron el domingo una carrera contrarreloj para localizar a aproximadamente 5.000 pasajeros que llegaron en la última semana desde Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Mozambique, Namibia, Zimbabue o Sudáfrica para someterlos a una prueba.
Proteger la salud
Otros países afectados con dos casos cada uno fueron Alemania o Dinamarca. En el caso germano, los dos casos se detectaron en el estado de Baviera, cuyo presidente, Markus Soeder, reclamó medidas drásticas. “Desafortunadamente, tenemos que cerrar aún más nuestro país para proteger nuestro sistema de salud”, recalcó. Una encuesta hecha pública el domingo por el diario Bild am Sonntag reflejaba que el 58% de los alemanes consideraba que las medidas para controlar el virus eran insuficientes y que otro 73% auguraba que habría un confinamiento generalizado en el país a lo largo de diciembre.
Portugal ya se ha adelantado, pese a tener vacunado con doble pauta al 86% de su población, y ha decretado una serie de medidas que entrarán en vigor pasado mañana. Desde ese día se pasará a estar en una situación de estado de calamidad, un nivel inferior al estado de emergencia. Según recogía ayer el Diario de la República, la situación de excepcionalidad permanecerá vigente hasta el 20 de marzo. De este modo, a partir del 1 de diciembre, el certificado digital será obligatorio para acceder a restaurantes o alojamientos turísticos y para entrar en discotecas o bares habrá que mostrar un test negativo. El Gobierno luso también ha acelerado la campaña de vacunación para la inoculación de la tercera dosis en la población de mayor riesgo y estaría sopesando si autoriza la vacuna en los niños de entre 5 y 12 años de edad.
En paralelo, Lisboa ha suspendido todos los vuelos de salida o llegada del país de Mozambique a partir de hoy. Los pasajeros que hayan llegado el fin de semana procedentes de Mozambique tendrán que hacer una cuarentena de 14 días.
PCR obligatoria
Otra nación que ha reaccionado de forma rápida ha sido Reino Unido. La Agencia Británica de Seguridad Sanitaria confirmó el domingo un tercer contagio con la variante ómicron, que en la actualidad no se encontraría en territorio británico, pero que estuvo la pasada semana en varias localizaciones de Londres.
El Ejecutivo ha optado por recuperar las mascarillas en el interior del comercio y del transporte público, la obligatoriedad de realizar PCR al regreso de un viaje al extranjero y acelerar la dosis de refuerzo en la vacuna. Por su parte, España, el principal destino de los turistas británicos en la UE, optó el sábado por elevar las restricciones de acceso y solo permitirá la entrada a los vacunados con doble pauta, lo que deja fuera a 28 millones de personas.
La OMS critica el cierre generalizado de fronteras con África
La Organización Mundial de la Salud (OMS) criticó ayer con dureza las drásticas restricciones de viaje aplicadas al sur de África y exigió que las decisiones se guíen por la ciencia (ayer sacó un estudio en el que concluía que todavía no había evidencias científicas que relacionaran la nueva cepa con una mayor mortalidad) y que se preste apoyo a los países africanos, tal y como transmitió la Oficina para África de esta agencia de Naciones Unidas. “Las restricciones de viaje pueden jugar un papel en reducir levemente la expansión de la covid-19, pero imponen una pesada carga en las vidas y en los medios de vida”, recordó este organismo en un comunicado.
Desde que apareció la nueva variante ómicrom el pasado jueves, la gran mayoría de países del mundo (entre ellos los 27 de la UE, Reino Unido o EE UU) han cerrrado sus fronteras con Sudáfrica, Mozambique, Namibia, Zimbabue, Botsuana, Lesoto y Malawi. “Si se implementan restricciones, no deberían ser innecesariamente invasivas o intrusivas y deberían estar basadas en la ciencia, de acuerdoa las regulaciones internacionales de salud, fijadas en 2005, que son de obligado cumplimiento”. De hecho, la directora de la oficina de la OMS para África, Matshidiso Moeti, alabó la “rapidez y la transparencia de los Gobiernos de Sudáfrica y de Botsuana” a la hora de informar e esta nueva variante. Los gobiernos afectados se mostraron especialmente dolidos con las prohibiciones de vuelos, sobre todo la de Reino Unido, ya que consideraron que están siendo castigados por ser transparentes y honestos.
Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica, avanzó que ultima medidas que obliguen a la población local a vacunarse como condición imprescindible para acceder a lugares públicos y privados, como centros de trabajo o transporte público. Pese a ello descartó un confinamiento generalizado.