Codere retrasa de nuevo su reestructuración y apura el plazo fijado con los bonistas
Pone ahora el 19 de noviembre como día para su ejecución
Codere comunicó ayer un nuevo retraso en la implementación de su reestructuración societaria, y que dará el 95% de la propiedad del grupo a sus principales acreedores, los bonistas. Según detalló la compañía de juego ayer a la CNMV, ahora espera culminar todo el proceso el día 19 de este mes, lo que supone el tercer retraso sobre el plazo inicial que anunció la compañía.
Esta esperaba tenerlo todo listo para el 31 de octubre, como apuntaba en su informe financiero del primer semestre. Una fecha que después dilató al 5 de noviembre y hace dos semanas alargó hasta el 10 de este mismo mes.
Codere justificó ayer el nuevo retraso para “posibilitar que algunos de los documentos necesarios para implementar la reestructuración sean finalizados con posterioridad al anuncio de los resultados de la sociedad, correspondientes al tercer trimestre”, algo que está previsto que haga mañana miércoles.
Este nuevo aplazamiento presiona al máximo los plazos que la compañía acordó con los bonistas para efectuar una transformación imprescindible para su viabilidad a corto plazo.
De la fecha de ejecución de la transformación depende, por un lado, una emisión de bonos por 129 millones de euros dirigida a dar oxígeno inmediato a la compañía, muy castigada por los efectos que ha tenido la pandemia sobre su negocio.
Al límite de los plazos
Parte de ese dinero irá destinado a una segunda derivada, el pago de los intereses de la emisión de bonos supersénior de 353 millones que debía haber abonado en septiembre, pero que suspendió de mutuo acuerdo con los acreedores hasta la conclusión del proceso. Esto hizo que Standard & Poor’s y Moody’s degradaran en octubre a bono basura la nota de esta emisión, al considerarlo un impago.
En el calendario a futuro de este complejo proceso hay una fecha marcada en rojo: el 30 de noviembre. Ese es el día que el acuerdo entre empresa y bonistas fijaba como límite para la implementación de la reestructuración. De no ser así, y no mediar acuerdo entre las partes, esta quedaría en papel mojado, un escenario al que no se espera llegar.
Antes de esa fecha también estaba prevista la celebración de una junta extraordinaria de accionistas, con el objetivo de que estos den el visto bueno a la siguiente fase de la reestructuración: la liquidación de Codere SA, actual holding del grupo y que cotiza en Bolsa.
El pacto con los bonistas fija que la nueva cabecera, de la que estos tendrán un 95% del capital, se trasladará a una nueva sociedad radicada en Luxemburgo una vez se complete la reestructuración.
En una de sus últimas comunicaciones a la CNMV, Codere indicaba que esta junta de accionistas debía “tener lugar antes del final de noviembre”. De ella tiene que salir designado un liquidador, que deberá tasar el valor de la compañía y la cuota de liquidación en efectivo que deberán recibir los actuales accionistas por sus títulos, tras quedar desestimado el reparto de warrants.
Desde la empresa se reconoce ahora que el retraso anunciado ayer también demorará la convocatoria de esa junta en otros 10 días según lo previsto, y se abre la posibilidad de que esta tenga que llevarse a cabo en diciembre.
La acción baja a un nuevo mínimo histórico
Cotización. La acción de Codere cerró la sesión de ayer con un valor de 0,3405 euros por título, con lo que marca un nuevo mínimo histórico. Pese a que esta reaccionó subiendo cerca del 6%, hasta los 0,36 euros, justo después de la comunicación enviada a la CNMV, la acción acabó retrocediendo un 0,87%. Con este nuevo mínimo, Codere capitaliza en un nivel de 40,4 millones de euros, un 66% menos de la valoración bursátil que tenía en abril, justo antes de que la compañía anunciase su plan de reestructuración para dar el 95% de la propiedad a los bonistas.