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En colaboración conLa Ley
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Despachos con solera: saber adaptarse para llegar a los cien años

Los orígenes de los despachos más longevos que operan en España se remontan a finales del siglo XIX

Los profesionales de Elzaburu celebran el centenario de la firma en 1965 junto al Casón del Buen Retiro y el Museo del Prado en Madrid.
Los profesionales de Elzaburu celebran el centenario de la firma en 1965 junto al Casón del Buen Retiro y el Museo del Prado en Madrid.

Adaptarse o morir. Esta regla universal es uno de los secretos para que los negocios cumplan cien años. En el sector legal también. La receta debe incluir, además, visión de futuro, buen hacer, tenacidad, pasión y compromiso con el cliente.

Los orígenes de los bufetes con más solera en el panorama nacional se remontan a finales del siglo XIX. Hoy, tras varias guerras, pandemias y otras dificultades, estos despachos se acomodan a la era digital. Si la revolución industrial supuso el despegue del asesoramiento mercantil que dio paso a los grandes despachos de abogados, la digitalización ha provocado una de las transformaciones más profundas en la prestación de servicios jurídicos.

Los despachos españoles más longevos son Elzaburu, ClarkeModet, Escura y Cuatrecasas y, datan de la última mitad del siglo XIX y principios del XX. Entre ellos, Elzaburu ostenta el título de bufete decano nacional. Fundado en Madrid en 1865 por Julio de Vizcarrondo, primer profesional de la propiedad industrial en España, la firma lleva 156 años apoyando la innovación. La capital también vio nacer en 1879 a ClarkeModet como una pequeña agencia de propiedad industrial, Clarke y Cía, de la mano del ingeniero británico Alberto Clarke. Por su parte, Bufete Escura fue fundado en 1905 por Narcís Coll Amat, un destacado abogado de Barcelona. Los inicios de Cuatrecasas se remontan a 1917, cuando la primera generación Cuatrecasas tomó las riendas de una sociedad especializada en asesoramiento tributario y administrativo ubicada en la Ciudad Condal.

Junto a ellos, bufetes internacionales con origen en los centros financieros del momento: Londres y Nueva York. Así, Simmons & Simmons nació en 1896, en la City de Londres creada por los hermanos gemelos Percy y Edward Simmons cuando solo tenían 21 años. El actual Hogan Lovells es el resultado de la unión en 2010 de dos despachos centenarios: Hogan & Hartson (1904, Washington D.C.) y Lovells (1899, Londres).

Visión y ADN

El prestigio y personalidad de estos pioneros imprimió un marcado carácter a las firmas, que han conservado a lo largo del tiempo. Ignacio Díez de Rivera, presidente de Elzaburu, lo resume en “excelencia, calidad del trabajo, cuidado de nuestros profesionales e internacionalización”. Luis De Torres, director general corporativo de ClarkeModet, recuerda como ya en 1920 la firma empezó a abrir oficinas comerciales en distintas ciudades españolas, y en 1960 dio el salto a su internacionalización. “La cercanía y la confianza, junto con la adaptación e innovación, van en el ADN de la firma”, asegura.

De bufetes especializados en el registro de patentes (como algún invento de Thomas Alva Edison) y marcas, a multinacionales dedicadas a asesoramiento integral en propiedad intelectual e industrial. “Nuestra actividad ha ido creciendo y diversificándose conforme a la evolución de las nuevas tecnologías, lo que hace que una parte importante del trabajo esté centrada en comercio electrónico, secretos empresariales, el big data o la inteligencia artificial”, apunta Díez de Rivera.

De un recorrido similar puede presumir ClarkeModet, que comenzó como agencia de propiedad industrial y fue sumando servicios jurídicos y de consultoría. "Han sido la respuesta a la evolución de las necesidades de empresas y emprendedores que apuestan por la innovación”, señala De Torres. La mayoría, añade, quieren proteger sus derechos “no tanto para evitar problemas, sino para obtener un retorno económico de su inversión”.

El cliente es lo primero. Ya en 1905 el fundador del actual Bufete Escura, Narcís Coll, lo definía como “moderno, basado en la calidad y orientado al servicio de las empresas”. Hoy, explica su socio director, Fernando Escura, “tenemos voluntad de ser un despacho multidisciplinar basado en altos estándares éticos y de calidad”

Andrés Mochales, socio director de Simmons & Simmons en Madrid, ciudad en la que desembarcó el despacho en el año 2000, afirma que en 125 años de historia “la innovación, la responsabilidad, la colaboración y el compromiso han sido y serán una constante”. El tipo de asuntos ha cambiado, señala José Luis Vázquez, socio director de la oficina que Hogan Lovells abrió en la capital en 2004, “pero nuestra forma de asesorar siempre será igual: estando comprometidos al 200 % con nuestros clientes”.

Resilencia

En su crecimiento, los bufetes más longevos han sorteado todo tipo de dificultades: dos guerras mundiales, crisis económicas y sanitarias, y momentos de gran inestabilidad. Escura logró sobrevivir a la Guerra Civil española, aunque pasó de 38 a 6 abogados. La firma, señala Fernando Escura, ha afrontado otros dos grandes retos: “la transformación en los 80 de un despacho orientado con criterios de empresa y el que estamos viviendo hoy en día con la transformación digital”.

Díez de Rivera agrega el desafío de los cambios normativos constantes en el sector “quizá con más legislación internacional”.

Hechos históricos aparte, ClarkeModet, apunta De Torres, “ha vivido enormes retos internos impulsados desde nuestra propia compañía con el objetivo de mejorar y anticiparnos”. El más reciente y ambicioso fue, “una gran unificación de procesos, sistemas y políticas corporativas en todas las filiales.”

De los últimos años, Mochales destaca los efectos del Brexit, “que ha afectado de manera muy significativa al negocio de los despachos de origen británico, como es el caso de Simmons”. La pandemia del Covid- 19 también ha dejado su huella, apunta Vázquez. “Si algo hemos aprendido es que el abogado de hoy en día debe anticiparse a las necesidades y problemáticas que van a encontrar sus clientes”.

Un gran equipo

El crecimiento orgánico de las firmas ha impulsado un incremento exponencial de la plantilla de estos despachos desde sus inicios en el siglo XIX.

El perfil de los júniors también ha evolucionado. Quienes antes eran meros ayudantes ahora son profesionales con amplias capacidades. En Elzaburu, afirma Mabel Klimt, socia directora de la firma, “valoramos mucho la visión empresarial y que sean multidisciplinares”. La socia reconoce que los jóvenes abogados tienen “una mente mucho más abierta y más capacidades tecnológicas”. Son muy sensibles, agrega, a la responsabilidad social y la sostenibilidad.

De Torre señala que el despacho busca perfiles integrales “que combinen conocimiento con habilidades comerciales, idiomas, soft skills y una visión estratégica en torno a la tecnología”. Los más jóvenes, analiza, se involucran y “ponen especial atención en el perfil ético de la compañía”.

En materia de igualdad hay avances. Fernando Escura destaca que el bufete comenzó su andadura con 38 profesionales, de los cuales cuatro eran mujeres “lo cual era excepcional a principios del siglo XX”. Hoy en día, con más de 80 profesionales, las profesionales “son el 50 % de los socios”. Mismo porcentaje de puestos directivos femeninos hay en ClarkeModet, apunta De Torres. Loreto de Blas, relata que en Hogan Lovells Madrid han pasado de contar con 5 abogadas a 49, más de la mitad de los profesionales.

Mochales destaca que en 2001 “Janet Gaymer fue la primera senior partner en la City”. En Elzaburu, señala Díez de Rivera, todavía hay mayoría masculina entre socios y asociados, “pero por primera vez en la historia la socia directora es una mujer muy valiosa: Mabel Klimt”.

Celbración del centenario de Elzaburu. Madrid, 1965.
Celbración del centenario de Elzaburu. Madrid, 1965.
Alberto Clarke.
Alberto Clarke.
Los hermanos Percy y Edward Simmons.
Los hermanos Percy y Edward Simmons.
Cuadro de los primeros abogados del Centro Mercantil Internacional.
Cuadro de los primeros abogados del Centro Mercantil Internacional.
Sede de Hogan Lovells, en la Atlantic House, Holborn Viaduct, Londres.
Sede de Hogan Lovells, en la Atlantic House, Holborn Viaduct, Londres.

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