Basque Culinary Center abre un centro de innovación en el barrio de Gros
La institución, que cumple una década, inaugurará GOe, un espacio emprendedor promovido por el Gobierno Vasco y un consorcio de 60 empresas
Nos ha elevado a un nivel universitario, nos ha profesionalizado, porque el Basque Culinary Center (BCC) es la mejor escuela gastronómica del mundo”. Así resumió este lunes Juan Mari Arzak los diez años de este centro que nació con una ambiciosa vocación, la de alzar el nivel de formación de la gastronomía española, traspasando fronteras. Porque el deseo de su director, Joxe Mari Aizega no era otro que convertir el centro en la primera universidad europea de la cocina.
De hecho, el nombre obedece a esa vocación internacional, “como referente mundial en el universo de la cocina”, afirma Aizega, satisfecho de haber desarrollado el primer grado universitario en Gastronomía, adscrito a la Universidad de Mondragón, con cerca de 500 graduados de 38 nacionalidades, además de haber puesto en marcha el Master Universitario en Ciencias Gastronómicas, entre otros, y el primer programa de Doctorado en Gastronomía, con el fin de impulsar el desarrollo profesional y la formación continua en el sector.
Además, en este periodo se ha puesto en marcha el primer Centro Tecnológico en Gastronomía del mundo, con el objetivo de apostar por la innovación y el emprendimiento en esta disciplina a través de 150 proyectos realizados con empresas. “Hemos conseguido además que la marca sea una referencia en el sector, lo que ha facilitado la creación del Basque Culinary World Prize –que este año ha recibido el onubense Xanty Elías–, un premio para chefs con iniciativas transformadoras”, señaló Aizega, que en la celebración de esta década estuvo arropado por una nutrida representación de cocineros de todos los rincones de España, empresarios y representantes de la política, incluido el lehendakari, Iñigo Urkullu, encargado de clausurar el acto institucional, amenizado con la emotiva música de la violinista y cantautora Maite Larburu y las impresionantes actuaciones acrobáticas de Pablo Mendez Performances.
Ahora toca dar el siguiente paso a una institución, que funciona como una fundación y que “genera 170 millones de euros y unos ingresos fiscales de 4,5 millones de euros”, según detalló Aizega. A partir de este año, la entidad trabajará en la generación de un ecosistema de referencia internacional para la atracción, la capacitación avanzada y el desarrollo de talento emprendedor y startups a través de GOe (Gastronomy Open Ecosystem).
El proyecto, enmarcado en la iniciativa The Food Global Ecosystem promovida por el Gobierno Vasco y un consorcio de 60 empresas, conforma un espacio físico y virtual que pretende servir de palanca de atracción de talento, empresas y otros actores globales, orientado a la generación de valor en sector de la gastronomía.
GOe estará ubicado en un edificio, en fase de construcción en el barrio de Gros, una de las zonas más dinámicas y modernas de San Sebastián, un espacio físico que tiene como objetivo impulsar un distrito urbano de innovación y que albergará, entre otros, aulas de posgrado, laboratorios y talleres para el desarrollo de nuevos productos y servicios, así como un área de coworking, de exposición y eventos.
Sobre la aportación del BCC a la gastronomía, los cocineros no dudan. “Cuando yo empecé a estudiar era una profesión marginal, no muy valorada”, señaló Diego Guerrero (DSTAgE), refiriéndose al reconocimiento que ha alcanzado la figura del cocinero en España. Porque si para algo ha servido este centro, así lo cree Andoni Luis Aduriz (Mugaritz), es para “sacudir el panorama, ha cambiado la mirada que se tenía de los cocineros, y a los cocineros les ha cambiado la perspectiva”.
De icono como institución moderna relacionada con la gastronomía habla Ferran Adriá. Y para Joan Roca (El Celler de Can Roca) ha sido el paso necesario para avanzar en la difusión y en la forma de compartir el conocimiento gastronómico. “Estos diez años demuestran su vigencia y que la idea es más necesaria que nunca”, aseguró Roca. Porque el fenómeno del BCC, así lo comparó Pedro Subijana, ha supuesto, a través de Donostia, lo mismo que el Guggenheim para Euskadi, a través de Bilbao. “A pesar de que nadie creía en nosotros, porque al principio no parecía interesante, ya que había problemas legales para hacer universitaria una formación de este tipo”, añadió el cocinero vasco.