Embutidos España, para ponerse las botas por el mundo
Los loncheados de la empresa toledana se venden en 73 países y suponen un tercio de su facturación Produce 550.000 piezas de jamones y 2,5 millones de kilos de embuchados
Casi todos los niños españoles hemos crecido con los bocadillos de embutidos –jamón, chorizo, lomo, salchichón…– como una de nuestras meriendas favoritas. En el caso de los niños de la familia España, los loncheados están en su ADN y forman parte intrínseca de su propia historia.
Hace 36 años, el patriarca, Miguel España Muñoz, decidió utilizar su experiencia en el sector cárnico –empezó a trabajar con 14 años– y emprender el vuelo solo fundando en 1985, y con solo 32 años, su propia empresa en Escalonilla, un pueblo de Toledo.
En una pequeña fábrica de 600 m2 nacía el embrión de Embutidos y Jamones España e Hijos, una empresa familiar que hoy cuenta con dos plantas, la principal, de 12.000 m2, en Escalonilla, y la segunda en la cercana localidad manchega de Gerindote, además de secaderos y bodegas que satisfacen la demanda de un mercado que Miguel Ángel España, gerente, lidera junto con su padre como director general y sus tres hermanos, la segunda generación de una compañía en la que tienen muy claro que “tradición, innovación y calidad van de la mano”.
Las cifras de negocio de esta pyme no dejan lugar a dudas de su éxito. Con una plantilla actual de 150 trabajadores, en 2020 facturaron “42 millones de euros, y la previsión de crecimiento para este año se sitúa entre un 5% y un 6% más, de los que más de un tercio serán exportaciones”, asegura el gerente.
El objetivo es que la exportación suponga el 50% de sus ventas
en cinco años
En 2020 produjeron “unas 550.000 piezas de jamones y 2,5 millones de kilos de embutidos”. Las ventas al mercado exterior “suponen ya el 33% de la facturación, alcanzarán el 37% en 2021 y nuestro objetivo es exportar el 50% dentro de cuatro o cinco años. El mercado interno está muy saturado y hay que buscar alternativas fuera”, avisa.
Cerdo blanco, cerdo ibérico
Embutidos España elabora “todo tipo de jamones y embutidos curados, tanto blancos como ibéricos. Aproximadamente un 50% de la producción es de cerdo blanco y otro tanto de ibérico”, precisa.
A pesar de las cifras y del momento boyante que vive la empresa, “los comienzos no fueron fáciles y las vicisitudes en el camino fueron muchas”, cuenta Miguel Ángel España. “Mi padre monta la fábrica con un socio, un poco por hobby, con un capital de 26 millones de las antiguas pesetas [unos 157.000 euros] cada uno, pero la sociedad no fue bien y tomaron caminos separados; él decide seguir en solitario y dedicarse plenamente a desarrollar la empresa, dejando su trabajo en Madrid y buscando distribuidores por toda España”, rememora.
En 1992 se incorpora al negocio familiar Miguel Ángel, con 17 años y el primero de los hermanos, quien recuerda “como íbamos todos los fines de semana a Escalonilla, yo incluso me escapaba algunos días del colegio y me iba a la fábrica; mi padre nos iba metiendo el gusanillo de los embutidos en el cuerpo”.
Tres años más tarde, en 1995, inician su andadura internacional acudiendo a ferias, primero en Alemania y luego en Portugal y otros países, y poco a poco comienzan a exportar. “A partir de 2007 iniciamos el verdadero despegue fuera de nuestras fronteras”, señala.
Tradición e innovación
La empresa compra a distintos proveedores de toda España la materia prima, pero es en sus propios secaderos donde realiza todo el proceso de curación, que puede durar “desde tres semanas, en el caso de los chorizos, o alargarse hasta los cuatro o cinco años en el caso del jamón de bellota”.
Tras el periodo de maduración en los secaderos, se realizan las distintas presentaciones del producto, que “puede ser entero, deshuesado, loncheado… Hoy el 30% de lo que vendemos es loncheado y es lo que más crece, tanto en España como en el extranjero, que además no tiene cultura de cortar el jamón”.
Las cifras
42 millones de euros fue la facturación del grupo en 2020.
30% de los productos que venden son loncheados.
200.000 euros es el presupuesto anual para I+D y calidad.
Embutidos España dispone de tres líneas de producción de loncheados que trabajan por turnos las 24 horas y las presentaciones pueden ser desde paquetes envasados al vacío de 50 gramos. La fábrica cuenta, además de las líneas de producción, con tres salas de envasado, una línea de envasado en alta presión y 12 cámaras frigoríficas.
Para Miguel Ángel España, el secreto del negocio “si se puede decir así, es la regularidad. Es la base fundamental que te hace crecer y que puedas ofrecer siempre un producto de calidad que no defraude a tus clientes”.
La innovación supone un capítulo importante en el desarrollo de la compañía. Cuentan con un departamento de calidad e I+D formado por siete personas y equipado con sus propios laboratorios al que destinan un presupuesto anual de 200.000 euros, “lo que supone el 3% de los gastos de la empresa”, indica.
“La innovación no se puede descuidar y tiene suma importancia a la hora de abrir puertas a nuevos clientes y mercados”, explica el gerente. “Nosotros hemos innovado tanto en presentaciones como en formas de conservación, en productos más naturales, sin conservantes ni colorantes, según las tendencias saludables en la alimentación; también en productos bajos en sal, como lomos y jamón; hemos sacado una línea de envases con un 75% menos de plásticos. Tendencias que el mercado reclama”, asegura.
Retos
Además de potenciar las exportaciones, otro de los objetivos de la empresa es ampliar en más de 9.000 metros cuadrados la fábrica en el plazo de dos años, “ya que prácticamente estamos al límite de nuestra capacidad y así contaríamos con más secaderos, más líneas de loncheados y envasado y tendríamos mayor espacio para el deshuese”.
En cuanto a las exportaciones, los hermanos están presentes en 73 países, “siendo Costa Rica, Australia y Alemania nuestros mayores clientes en 2020. Estados Unidos es un gran reto, hemos hecho incursiones, pero no es un mercado maduro aún, el tema de las homologaciones y los controles encarece mucho el producto”, concluye.
De un vistazo: mercados, materia prima y el impacto de la pandemia
Clientes. Exportan a 73 países y en España venden a grandes superficies, casi todas las cadenas de supermercados, tiendas y también a hostelería y restaurantes. Tienen una pequeña tienda simbólica y venden en su web Espanahijos.com.
Valor añadido. La calidad de la materia prima es una de sus señas de identidad, de su selección y mimo en la producción depende la excelencia de sus productos y la diferencia con los competidores.
Covid. A pesar de la pandemia y del cierre de la hostelería y restauración, las ventas de la empresa crecieron un 4% en 2020; las pérdidas en las primeras se compensaron con las alzas registradas en grandes superficies y tiendas. Este año se invertirán los términos y prevén un repunte del 6%.
Capacidad. La fábrica de jamones tiene una capacidad de 180.000 piezas y el secador dispone de espacio para 5 millones de kg/año.