Huercasa, hortalizas y legumbres de fácil cocción del huerto a la mesa
La compañía castellanoleonesa quiere afianzar su presencia en Estados Unidos, Canadá y México Ha puesto el foco en el desarrollo de cultivos ecológicos y de una gama bío a través de su nueva fábrica en Rumanía
Comenzó su andadura a finales de los setenta con un cultivo peculiar, más propio de Centroeuropa que de España, la endibia, pero que por entonces empezaba a ponerse de moda y cuya introducción en el país era incipiente.
“Era un cultivo complejo desde el punto de vista tecnológico, con un ciclo productivo muy largo. Pero en aquel momento ofrecía al mercado español una oportunidad importante porque el consumo estaba en aumento y había tecnología europea interesante, en Holanda y en Francia, donde estaba más desarrollada, que podíamos aplicar”, cuenta por teléfono Félix Moracho, presidente de Huercasa.
Hoy, la producción de endibias de esta compañía, que opera en Segovia-Valladolid, es residual. Desde los ochenta se centra en productos de quinta gama, es decir, “vegetales y legumbres de fácil preparación y consumo, normalmente envasados al vacío en envases plásticos especiales que preservan la calidad y las propiedades organolépticas y aseguran su vida útil durante un periodo más largo que el producto fresco”, explica.
Se trata de remolacha roja –“somos uno de los principales operadores en el mercado europeo”– y maíz dulce en mazorca, su producto estrella. Además de patata, zanahoria, calabaza y ensaladas de hortalizas y legumbres.
“Al estar en Castilla y León hemos tenido que adaptar nuestros productos a un clima continental y eso condiciona bastante el tipo de cultivo a desarrollar. No tenemos la ventaja, por ejemplo, del sur de España o de la zona mediterránea, donde es más suave”, explica.
Producción
Huercasa, que factura cerca de 50 millones de euros –el 85% proviene del exterior–, contrata unas 3.000 hectáreas de cultivo hortícola en Segovia y Valladolid, principalmente. Pero completa su producción con terrenos en Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura, el valle del Ebro y el sur de Francia. Trabaja, en total, con cerca de 100 agricultores y comercializa unas 40.000 toneladas de producto final en envases de 400 y 500 gramos.
Además, acaba de abrir una pequeña fábrica en Rumanía, en la que ha invertido 4 millones, para abastecer a países cercanos (Bulgaria, Turquía, Chequia, Hungría, Eslovaquia, Polonia y Alemania) y especializarse en el cultivo ecológico, su nueva apuesta.
Las cifras
50 millones es la facturación de Huercasa, el 85% proviene del exterior. En 2020, en pleno Covid, la empresa creció un 12%.
3.000 hectáreas es la cantidad de terreno que contrata la compañía a casi un centenar de agricultores en España.
40.000 toneladas es el volumen de producto final que envasa la compañía en formatos de 400 y 500 gramos.
“Estamos ayudando a nuestros agricultores a hacer una transición de los cultivos clásicos, tradicionales, a los de tecnología avanzada, los bío. Es un tema importante que hay que abordar en los próximos cinco años para aprovechar su crecimiento, buscando democratizar el bío. Es decir, ofrecer productos ecológicos a precios más asequibles, pero remunerando adecuadamente a los agricultores”, opina, en línea con su estrategia sostenible.
“Es nuestra prioridad. Nos preocupa mucho la vida y la alimentación sana, que nuestros productos mejoren la nutrición de las personas. Queremos participar de esa gran tendencia de alimentar con una base vegetal. Y en los procesos industriales, ahorrar energía, agua; gestionar cada vez mejor la depuración en las fábricas y reducir la huella de carbono e hídrica”, subraya.
Así se completa el círculo. Si bien en los noventa el foco era la calidad y la seguridad alimentaria, después llegó el proceso de internacionalización. En el nuevo milenio vino la innovación y, ahora, en un contexto de crisis climática y de tendencia del mercado, es lógico que la empresa ponga el acento en la sostenibilidad.
Planes de expansión
El negocio de Huercasa está orientado al retail; los supermercados son sus clientes principales en España y Europa y está introduciéndose en el mercado americano (Canadá, EE UU y México). Moracho cree, sin embargo, que aún hay margen de crecimiento en el español y europeo, y seguirá tanteando el asiático. “Hemos tenido proyectos en Oriente Próximo, pero hemos parado un poco debido a que ha habido cierto clima de inestabilidad. También en Rusia, pero al final el proyecto ahí no fructificó, seguimos operando pero de manera testimonial”, cuenta.
La compañía, con 260 empleados y que en tiempos de campaña (julio-octubre) sube a 350-400, intentó incursionar también en restauración y hostelería, pero la pandemia truncó ese objetivo en el corto plazo. “Lo volveremos a retomar cuando haya un cierto nivel de tranquilidad”, comenta.
Cuando acabe la pandemia, la firma prevé entrar en hostelería
y restauración
La empresa no se da por vencida y prepara nuevos lanzamientos, pese a que su presidente reconoce que es difícil introducir innovaciones en el área de los vegetales y es pesimista sobre la economía: “Vamos a entrar es una situación de cierto retraimiento del consumo, ojalá me equivoque”.
La compañía está enfrascada en la reinvención de sus clásicos, como el maíz para barbacoas, que se prepara en dos o tres minutos. Y, en colaboración con una cadena de supermercados europea no identificada, la fabricación de productos de más fácil consumo, más troceados... O la gama de ensaladas de legumbres con hortalizas que acaban de incorporar, aunque aún con ventas minoritarias, admite.
“Los productos más disruptivos se han frenado con la pandemia. Nos estamos orientando hacia innovaciones más sencillas, la simplificación de la presentación, del formato, el aprovechamiento del tamaño, tratando de compaginar la demanda del retail y los consumidores, y de tener productos a mejor precio”, detalla.
Perspectivas
Moracho es escéptico con relación al panorama económico. La compañía creció un 12% en 2020, pero este año espera una tasa menor. “Dependerá de varios aspectos incontrolables, por ejemplo, de cómo evoluciona el Covid en los diferentes países, o del clima, que también ha influido mucho este año. La primavera es una temporada clave de ventas y este año ha sido más lluviosa y fría que lo acostumbrado, y eso ha retraído el consumo”, puntualiza.
Insiste en que la situación de las empresas es delicada porque han quedado muy tocadas por la crisis y esto puede aumentar el desempleo: “Va a haber un cierto estancamiento, la salida se ve más lenta”.
Respecto a los fondos europeos, critica que las líneas de apoyo estén restringidas a temas concretos como la digitalización. “La opinión general de la industria es que cada vez hay menos ilusión con este tipo de fondos y la posibilidad de que esto sea un revulsivo para la inversión en equipamiento y tecnología en general y la mejora de las instalaciones”.
Otros datos de actividad relevantes
Inversión. En los últimos años, la empresa ha invertido unos 10 millones de euros en España, lo que se suma a los 4 millones desembolsados para poner en marcha su planta en Rumanía (6.000 m2), enfocada en productos bío, con suelo agrícola factible y mayor disponibilidad de agua, según su presidente, Félix Moracho.
Instalaciones. Huercasa cuenta con una planta industrial (15.000 m2) y un centro de innovación en Sanchonuño (Segovia), y un centro logístico (8.000 m2) y una oficina comercial en San Miguel del Arroyo (Valladolid).
Mercados. Está presente en más de 40 países, entre ellos, Reino Unido, Suecia, Finlandia, Alemania, Francia, Italia, Holanda, Bélgica, Suiza, Rusia, Turquía, Israel, Estados Unidos, Argentina y Uruguay.
Clientes. Carrefour, Eroski, Alcampo, Dia, El Corte Inglés y Lidl son algunos de sus clientes locales, así como la cadena alemana Rewe y la sueca ICA, entre otras firmas.