Hacia un modelo de envases circular
Es imprescindible y urgente la inversión en un mercado de plástico reciclado, rPET, de calidad
Ocho millones de toneladas de residuos plásticos se vierten cada año en mares y océanos, poniendo en peligro los ecosistemas acuáticos. El compromiso de las empresas con el medioambiente y el futuro inminente de la gestión de los residuos plásticos está en el punto de mira en el ámbito social, administrativo y político, tanto en la esfera pública como privada. Varias soluciones están siendo estudiadas y el plástico reciclado, rPET, podría ser una de las mejores alternativas para conseguir una economía circular de los envases, de acuerdo con el consenso científico español. Se trata de un material ecoeficiente con una limitada huella de carbono, además de ser el único de origen plástico que actualmente puede reintroducirse en el sistema para volver a hacer botellas con él.
El Consejo de Ministros remitió el pasado mes de mayo a las Cortes el Proyecto de Ley de Residuos y Suelos contaminados. El texto, que ahora se somete a debate de los grupos parlamentarios, revisa la actual normativa de 2011 para cumplir con los nuevos objetivos de residuos establecidos en las directivas de la Unión Europea, que confirman el Paquete de Economía Circular, así como con los derivados de la directiva de plásticos de un solo uso. En línea con la Estrategia Española de Economía Circular (España Circular 2030), la propuesta normativa persigue establecer medidas que protejan el medio ambiente y la salud humana, permitan reducir el impacto global del uso de los recursos e impulsen una economía baja en carbono para que España se convierta en un país neutro en emisiones en 2050.
No obstante, para cumplir con la directiva europea (que persigue alcanzar un 25% de plástico reciclado en las botellas), se necesitarán unas 54.000 toneladas anuales de plástico reciclado (rPET), cuando la oferta efectiva máxima es de 22.000 toneladas. Aunque esta ha crecido en los últimos años, la capacidad de producción de rPET de uso alimentario no alcanza a cubrir ni la mitad de la demanda. Es imprescindible y urgente la inversión en un mercado de rPET de calidad, capaz de abastecer la demanda creciente y exponencial, vinculada tanto al cumplimiento de la normativa como a los compromisos de las empresas del sector. Esta medida contribuiría a neutralizar no solo el abandono de residuos en la naturaleza, sino que podría, además, generar empleo verde.
Es también fundamental promover un cambio de paradigma sobre el plástico, pasando de considerarlo un residuo a verlo como un recurso, con el fin de evolucionar hacia un mercado de envases totalmente circular. Para ello, es esencial que la futura ley de residuos impulse el desarrollo de un mercado de rPET capaz de abastecer la demanda, garantizando que los envases de plástico destinados a uso alimentario tengan numerosas vidas. Este cambio solo será posible con la implicación coordinada de todos los integrantes de la cadena de valor, desde las empresas hasta las administraciones, pasando por los distribuidores y los consumidores. El futuro de nuestro país merece un compromiso firme con la circularidad y una normativa valiente, adecuada a los actuales retos sociales, medioambientales y económicos.