Llegó el momento de las SPAC europeas
Ofrecen ventajas para todos los participantes, desde los ‘sponsors’ hasta los inversores y las propias empresas
En los últimos años se ha producido un auge de las SPAC en los mercados estadounidenses, alcanzando una emisión de más de 80.000 millones de dólares en 2020 y 107.150 millones en lo que llevamos de 2021. Europa está muy por detrás de estos niveles, pero por fin comienza a mostrar signos de incorporarse a la creciente tendencia de este tipo de vehículos.
Las cifras europeas en el ámbito de las SPAC pueden parecer modestas si las comparamos con las registradas en Estados Unidos, pero evidencian un crecimiento espectacular: en lo que llevamos de 2021 el número de operaciones prácticamente se ha sextuplicado respecto a todo 2020, mientras que el volumen recaudado por estas transacciones se ha multiplicado por 11. El mercado europeo ha pasado de contabilizar en 2020 cuatro SPAC con un tamaño total de 496 millones de dólares, a registrar 22 SPAC en lo que llevamos de año con 5.800 millones en total.
Otro aspecto a tener en cuenta en el contexto europeo es que en los últimos años el tamaño de las SPAC en Europa ha evolucionado y se ha hecho más grande. En 2019, el tamaño medio de estas transacciones fue de unos 75 millones de dólares. En 2020, este aumentó a aproximadamente 124 millones y, en lo que va de 2021, el tamaño medio ha escalado a unos 260 millones. Este notable aumento se debe al apetito de los inversores por las SPAC y a la mayor calidad de los sponsors de aquellas de más reciente creación.
E
n 2021 se han producido salidas a Bolsa de SPAC de gran tamaño en Europa. La mayor hasta la fecha ha sido la de Pegasus Europe, respaldada por Tikehau Capital, que recaudó 606 millones de dólares en abril en una salida a Bolsa en Euronext Amsterdam. A esta operación le siguió Hedosophia European Growth, que recaudó 483 millones de dólares con su SPAC, también cotizada en los Países Bajos.
Es esta sede, Ámsterdam, la más activa en la emisión de SPAC, seguida de Frankfurt y Estocolmo, y se espera que pronto salgan al mercado varias SPAC más en Ámsterdam. La normativa holandesa y la orientación internacional del mercado Euronext pueden ser las principales razones de este dinamismo en los Países Bajos.
Un tercio de las SPAC europeas se han constituido en los Países Bajos, seguido por Francia y Luxemburgo con cerca de un 20% respectivamente. Las SPAC se han abstenido de cotizar en Londres, ya que, su sistema es más restrictivo y, entre otras cuestiones, obliga a suspender la cotización de la SPAC desde el anuncio del business combination hasta la finalización de este, evitando que los inversores que no estén de acuerdo con la transacción puedan vender su participación y salir de la misma hasta la finalización de la transacción.
En este sentido, se prevé una revisión de las normas por parte del Gobierno del Reino Unido, así como de otros países, entre ellos España, que se esfuerzan por adaptar algunos aspectos de su normativa para garantizar su participación en lo que está siendo una tendencia creciente en el mercado europeo de capitales. En nuestro país ya se ha anunciado algún proyecto dispuesto a cotizar.
Otro elemento característico de estos vehículos de inversión son los targets sobre los que centran su objetivo. Entre las 22 SPAC que han salido a Bolsa este año en Europa la gran mayoría comunica a sus inversores el sector o los sectores en los que buscará realizar su inversión. Por ahora no existen apenas SPAC generalistas en Europa que no hayan identificado un sector en concreto, habiéndose limitado a dar guías sobre tamaño o nacionalidad de la compañía target. El sector tecnológico es, por ahora, el señalado por varias de las SPAC europeas como potencial target, al igual que sucede en Estados Unidos.
Entre los principales factores que identificamos como palancas impulsoras de la popularidad de las SPAC en nuestro continente se encuentra tanto la abundancia de liquidez en un entorno de bajos tipos de interés, con inversores que buscan rendimientos más elevados, como el rápido crecimiento del sector tecnológico europeo.
A ello se suman las numerosas ventajas que ofrecen este tipo de instrumentos a todas las partes implicadas, en especial a las compañías que buscan acceder a liquidez a través del mercado público y que quieren acelerar el proceso de salida a Bolsa. De este modo, una compañía puede salir a Bolsa a través de una SPAC en unos cuatro meses, mientras que con una OPV/OPS tradicional el proceso tardaría, al menos, entre 6 y 8 meses en completarse, y siempre estaría expuesta a la volatilidad del mercado.
En resumen, las SPAC son cada vez más populares y ofrecen una serie de ventajas para todos los participantes en este tipo de operaciones: los sponsors, los inversores, los bancos de inversión y las compañías. Parece que el momentum en Europa ha llegado, especialmente si los marcos regulatorios en algunos países se terminan de adaptar, y por tanto podremos ver más actividad durante los próximos meses. Eso sí, siempre sin perder de vista que tanto la calidad de los sponsors como lo bolsables que sean las compañías adquiridas van a marcar el éxito de los futuros proyectos de SPAC.
Javier Fernández-Galiano es director de ‘financial advisory’ de Deloitte