La deuda soberana espera en mínimos de febrero el veredicto de la Fed
Los expertos posponen los anuncios a Jackson Hole
Una semana después de que el BCE garantizara que mantendrá sin cambios el programa de compra de deuda y que la era de los tipos cero se prolongará durante un largo periodo de tiempo, el miércoles la Reserva Federal tomará el testigo. Un mes después de que el banco central de EE UU adelantara a 2023 la subida de tipos, las miradas están puestas en las pistas que dé el comité sobre la reducción de las compras de activos. En un entorno en el que la inflación interanual estadounidense se sitúa en máximos de agosto de 2008 tras repuntar en junio al 5,4%, los inversores empiezan a hablar de sobrecalentamiento.
Hasta el momento el compromiso de continuar con las políticas monetarias ultralaxas y el mantra de que los niveles de precios actuales son algo transitorio han servido para poner freno al alza de las rentabilidades. Después del sobresalto que vivió el mercado en el primer trimestre cuando algunas referencias como la estadounidense marcaron máximos de enero de 2020 al escalar al 1,74%, ahora las curvas deuda de EE UU y los países de zona euro han perdido pendiente, con algunos bonos como el alemán a 10 años en zona mínimos de febrero al situarse en el -0,418%. La deuda española no permanece ajena a esta tendencia y ayer los títulos con vencimiento en 2031 cerraron en el 0,28%, zona de mínimos de marzo. Aunque las rentabilidades de la deuda española, alemana y EE UU continúan muy por encima de los niveles con los que comenzaron el año (0,047%, -0,569% y 0,91%, respectivamente), las tensiones se han moderado respecto a los máximos de mayo cuando el bono español repuntó al 0,61% y el alemán al -0,1%.
Con este escenario como telón de fondo, los inversores se mantienen expectantes a conocer el veredicto de la Fed. Tiffani Wilding, economista de EE UU en Pimco, espera que los últimos datos de inflación tengan pocas consecuencias en la cita de este mes y aunque reconoce que no hay duda de los precios han hecho un progreso sustancial que justifica la reducción de las compras, el mercado laboral todavía sigue mostrando debilidades con la creación de empleo por debajo de las expectativas y la oferta en máximos. “El resultado más probable es que en la reunión de este mes se confirme nuestro calendario de anuncio del tapering en diciembre”, apunta la experta.
“La Fed está más cerca de la retirada de los estímulos”, señalan desde Macroyield. Desde la firma creen que el momento del anuncio, en sintonía con las declaraciones de Jerome Powell de realizar un aviso anticipado, puede llegar en el encuentro de banqueros centrales de Jackson Hole el próximo mes, una cita para la que la Fed siempre guarda alguna sorpresa, o en la reunión de septiembre aprovechando que el comité actualiza sus proyecciones. Aunque el tapering se anuncie en los próximos meses, su aplicación comenzará a finales de año o en el primer trimestre de 2022. De lo que no hay duda es que será progresivo para “limitar un posible impacto negativo y permitir que el mercado pueda adaptarse sin problemas a las menores inyecciones de liquidez”, defiende Erick Muller, responsable de producto y estrategia de inversión de Muzinich. Lo que los expertos no dudan es de que en la cita de este mes los miembros de la institución empiecen a estudiar cómo se ejecutará el tapering. Es decir, si se reducirá más la tenencia de bonos soberanos o la de valores respaldados por hipotecas.
Goldman Sachs aconseja vender bonos a 30 años
Con la deuda alemana con vencimiento en 2041 en el 0,064%, los estrategas de Goldman Sachs recomiendan vender los títulos para alcanzar un objetivo del 0,5%. Los expertos de la firma señalan que el compromiso del BCE de mantener unas condiciones de financiación favorables sigue vinculado a la pandemia. Según la información recogida por Bloomberg, los expertos de Santander creen que tras la reducción de las emisiones netas del Tesoro, España no realizará más emisiones a 30 años y consideran que la deuda a siete está muy cara. En lo que respecta a EE UU, mientras en AXA IM no descartan que la deuda a 10 caiga del 1% pues la Fe está comprando más deuda de la que emite el Tesoro, en MacroYield señalan que la proximidad del tapering y las bajas rentabilidades sugieren riesgos de repuntes.