¿Está subiendo la inflación como un globo o es el globo sonda del mercado?
El riesgo viene cuando el aumento de precios no es absorbido por los agentes económicos, las autoridades económicas no reaccionen a tiempo, se ralentice la actividad y se produzca un estancamiento con inflación
"El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza", Helen Keller.
Han pasado ya seis meses desde ese feliz año nuevo lleno de esperanza en la solución de la crisis económica y sanitaria que nos acechó en 2020. El cómputo en lo económico y sanitario parece que, de momento, es positivo, aunque con algún que otro altibajo. Este cómputo tiene su reflejo en los mercados financieros que, un trimestre más, cierran en verde con alzas en los principales índices bursátiles. Se mantiene pues un optimismo en el mercado que, con la esperanza de que se mantenga, nos llevaría a un saldo positivo en el año. Entre tanto han surgido incógnitas y preocupaciones en el ambiente de la mano de la inflación que parece ser la mala de la película.
¿Está subiendo la inflación como un globo o es el globo sonda del mercado?
La inflación se define como el aumento persistente del nivel de precios.
Las causas de la inflación pueden ser varias, las explicaciones tradicionales de la inflación son:
Inflación de demanda, de costes y la inflación como fenómeno monetario, cuando hay demasiada liquidez que el mercado no puede absorber.
Cada causa tiene sus implicaciones y su acción en política económica para mantener un equilibrio y una estabilización en la economía, aunque como señaló Arthur Okun, “alcanzar el doble objetivo de una elevada utilización y una estabilidad básica de precios sigue siendo el problema más grave sin resolver en el mundo occidental”.
Así, cabe preguntarse: ¿es malo que haya inflación? En realidad, no, si esta es consecuencia de un crecimiento económico. El riesgo viene cuando ese aumento de precios no es absorbido por los agentes económicos, las autoridades económicas no reaccionen a tiempo, se ralentice la actividad y se produzca un estancamiento con inflación.
Con la activación de las economías por inyección de programas de gasto público y la política monetaria laxa manteniendo unas condiciones financieras favorables para la inversión se empezó a pensar en la subida de presiones inflacionistas.
Así, la secuencia sería que con la conjunción de estímulos fiscales y monetarios que se han puesto en marcha para salir de la crisis provocada por la pandemia, llevaría a una reflación, un aumento de la actividad económica y de los precios y con ello la posterior actuación de las autoridades monetarias que tendrían que endurecer las condiciones financieras subiendo tipos y dejando de inyectar liquidez al mercado.
Por un lado, los datos mostrados por los índices manufactureros y de servicios mostraban en efecto una reactivación de la economía y por otro lado los datos de precios también repuntaban ayudado por la subida de las materias primas.
El problema es que se ha cuestionado desde los bancos centrales es si esta subida de precios llevaría a una inercia inflacionista. Este planteamiento ha introducido incertidumbre en el mercado poniendo de manifiesto lo que ya apuntaba Einstein: “La formulación de un problema es más importante que su solución”.
La cuestión básica para los gestores de política económica que desean reducir la tasa de inflación y llevar a la economía a una estabilización es si la economía posee una inercia inflacionista. En este caso la autoridad monetaria está negando tal inercia, considerando que la inflación es transitoria. La Inflación es la subida continuada de precios, el calificativo de transitoria por lo tanto no tendría sentido, se estaría negando la mayor.
Los datos de precios que se han venido publicando muestran mes tras mes un repunte de los mismos, sobre todo en Estados Unidos. El último publicado ya superando el 5% anual en la economía estadounidense el más alto desde julio de 2008. A pesar de los datos, mes a mes el presidente de la Reserva Federal ha reiterado que este repunte de los precios es transitorio y que no cambiará la política acomodaticia, fechando la retirada de estímulos, de compras en mercado de bonos, para el 2022 y la subida de tipos para 2023. El Banco Central Europe le sigue la estela flexibilizando también el objetivo de inflación en torno al 2%, a pesar de que en Europa el repunte de los precios es menor.
Estos datos y actuaciones tienen sus consecuencias en los mercados. Por un lado, antes de pronunciarse la Fed, la propia inercia de los datos macro llevó a un repunte, lógico de los tipos a largo plazo. Recordemos que es realmente el mercado de bonos quien marca el paso en los mercados financieros. Así el bono a diez años estadounidense se situó en niveles de 1,74% y las bolsas recortaron su tendencia al alza. En las sucesivas comparecencias de Powell el mercado fue comprando su discurso “Inflación Transitoria”, cayendo la referencia anterior a niveles por debajo de 1,4%, los diferenciales de bonos basura y bonos de grado de inversión estrechándose y las bolsas registrando nuevos máximos. Con todo hay que destacar que para el sector bancario el aplanamiento de la curva es un factor negativo, ya que reduce sus márgenes.
Con lo cual, ¿el mercado ha comprado realmente el argumento de la Fed como se dice?
Realmente lo que descuenta el mercado es que el efecto de la reflación se está diluyendo. Esto tiene reflejo en el mercado de bonos con un aplanamiento de la curva de tipos y unas cotizaciones de los tipos forward a 5 años por debajo de lo previsto por la fed.
Así el riesgo que está ponderando el mercado es que, la Fed primero, y resto de los bancos centrales como espejos, se equivoquen en la actuación de política monetaria y esta inflación no sea transitoria, sino persistente, dañe el crecimiento económico y vayamos a una japonización de la economía.
Así descrito parecería que estamos en las puertas de una crisis o crash de mercado más que de una potencial recuperación y comportamiento positivo de los mercados como muestran los índices cerrando otro trimestre en verde. Lo mismo es que tanto verde no nos deja ver el bosque.
Por ahora el sentimiento de mercado sigue siendo comprador con la entrada de dinero en la primera mitad de año en fondos de renta variable que supera a todas las entradas acumuladas en los últimos 20 años.
De momento, mientras que el mercado siga subiendo se debe disfrutar de las subidas, aunque siendo precavido, siguiendo las palabras de Helen Keller se debe ser optimista pero cauteloso sin perder la esperanza en la recuperación y confiando en las decisiones de inversión que se tomen.
Araceli de Frutos, EAF 107 y asesora del fondo Alhaja Inversiones