Reino Unido lanza un mensaje contradictorio con el veto a las OPV
Quiere poder bloquear las ofertas que amenacen la seguridad nacional, mientras intenta atraer la inversión
El Gobierno británico no consigue decidirse entre abrazar el libre mercado o ponerlo en cintura. Esa es una forma de interpretar la noticia de que Rishi Sunak está buscando nuevos poderes para bloquear las ofertas bursátiles que amenacen la seguridad nacional. La medida parece contradecir el esfuerzo del canciller del Tesoro (ministro de Finanzas) británico por atraer más empresas a Londres. También revela una incoherencia ideológica más profunda en el Partido Conservador tras la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.
Las iniciativas de Sunak, que compiten entre sí, son consecuencia del Brexit. Es cierto que el Gobierno podría haber reescrito las normas para hacer que Londres fuera más atractiva para las empresas con acciones con supervoto y sociedades de adquisición de propósito especial (SPAC) cuando Gran Bretaña aún estaba en la UE. Pero la revisión debe mucho al afán de Sunak por demostrar que el Brexit tiene beneficios para la City.
El discutido veto a las salidas a Bolsa, por su parte, tiene su origen en la necesidad de que el Reino Unido elabore sus propias normas sobre sanciones financieras, que hasta ahora habían sido configuradas por la UE. Aunque los detalles son vagos, la idea es que los ministros puedan bloquear las ofertas públicas de venta (OPV) que consideren una amenaza para la seguridad nacional, incluso si son aprobadas por la Autoridad de Conducta Financiera.
Todavía no está claro cómo podría la venta de acciones en Londres suponer una amenaza de este tipo. Sin embargo, un informe parlamentario de 2019 señaló que el Reino Unido carecía de poder legal para detener la cotización de 2017 de la rusa En+, a pesar de que utilizó parte de los ingresos de la OPV para pagar un préstamo de un banco bajo sanciones de la UE. Los nuevos poderes permitirían a Gran Bretaña decir simplemente que no.
Los ministros podrían argumentar que no hay incoherencia entre querer atraer a las empresas tecnológicas a Londres y rechazar a las desagradables. Sin embargo, sigue existiendo una tensión entre ambas cosas. Por ejemplo, ¿qué pasaría si una de las SPAC que Sunak quiere atraer propusiera la adquisición de una empresa que supusiera un riesgo para la seguridad nacional?
El instinto de liberar y controlar los mercados no se limita a las OPV. Resulta evidente en el afán del Gobierno del primer ministro Boris Johnson por atraer inversiones extranjeras al tiempo que se otorga a sí mismo el poder de bloquear adquisiciones foráneas; en su deseo de reducir las barreras comerciales internacionales al tiempo que protege a los agricultores; y en su ambición de atraer talento global al tiempo que frena la inmigración. Las empresas tendrán que acostumbrarse a los mensajes contradictorios.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías