Orcel rebaja de 112 millones a 76 millones la indemnización que pide a Santander
El banquero italiano se presentará mañana en el juzgado, aunque no tiene obligación de acudir
Hoy comienza uno de los juicios que ha levantado más expectación de los últimos años en el sector financiero español. Andrea Orcel, ahora consejero delegado de Unicredit reclama a Ana Botín, presidenta de Banco Santander, 76 millones de euros, tras rebajar en 36 millones su petición inicial. Ambos asistirán a la vista oral.
El banquero italiano ha decidido pasar de reclamar una indemnización de 112 millones de euros a Banco Santander ante la frustración de su fichaje como consejero delegado del grupo en 2019 a 76 millones de euros, según han explicado a este periódico fuentes conocedoras de este proceso judicial.
Dos años después de que Orcel emprendiese acciones legales contra Santander por su fichaje fallido, hoy se celebrará la vista oral en un Juzgado de Madrid, después de un aplazamiento por el confinamiento del juez por un contacto estrecho del del magistrado con Covid y otro por problemas de agenda de los abogados.
La decisión del banquero italiano de rebajar a 76 millones la indemnización que reclama a Santander está directamente vinculada a su fichaje como número uno en el primer banco de Italia, Unicredit.
Orcel renunció como el principal banquero de inversiones del banco suizo UBS en 2018 para unirse a Santander, reclamaba hasta 112 millones de euros por incumplimiento de contrato y el daño a su carrera por el fichaje frustrado en el último minuto por parte del banco español.
Ahora ha rebajado ligeramente algunas de sus pretensiones monetarias en ciertos puntos de su demanda. Así, reclama 17 millones de euros relacionados con un bono, alrededor de 29 millones de un paquete de compensación de 55 millones que debía recibir en los próximos años de UBS, y alrededor de dos años de salario fijo en Santander, estimado en alrededor de 20 millones de euros.
A lo que se suman otros 10 millones por lo que considera daños reputacionales para conseguir trabajo, aunque en este caso el banquero ya ha logrado fichar por Unicredit, y se ha convertido en uno de los consejeros delegados mejor pagados de la banca en Europa, 7,5 millones de euros anuales, según se aprobó en la junta de accionistas del grupo italiano.
Orcel citó como testigos al exdirector de Recursos Humanos del Santander, Roberto di Bernardini; al director global de Compensaciones de UBS, Mark Shelton, y al presidente de UBS, Axel Weber.
Tras intentar testificar por vía online, los dos directivos de UBS presentaron informes médicos para no tener que personarse en Madrid con motivo de la pandemia del coronavirus, que fueron aceptados por el Juzgado, por lo que Orcel desistió de sus testificales, según fuentes jurídicas.
Hoy las dos partes se enfrentarán ante al juez Javier Sánchez Beltrán en una audiencia, que contará con el testimonio de la presidenta de Santander, Ana Botín.
Orcel, quien ha estado sin trabajo más de dos años, asistirá a la audiencia en persona aunque no ha sido llamado a testificar, dijo la fuente a Reuters.
Botín sorprendió al mundo bancario cuando le ofreció a Orcel, su banquero de inversiones a quien acudía en busca de asesoramiento sobre operaciones corporativas y estrategia, el puesto del consejero delegado del grupo en septiembre de 2018.
Es menos común que los banqueros de inversión asciendan directamente a una posición superior en la banca comercial, aunque desde entonces se están produciendo algunos fichajes similares, y contratar a un negociador altamente remunerado para administrar el banco más grande de España, que aún se recuperaba entonces de la crisis financiera y ha llevado a cabo un importante ERE y cierre de oficinas, cuyo proceso aún continúa.
Por parte de Santander, la presidenta del grupo, Ana Botín, testificará en calidad de representante del banco. Además ha sido citado como testigo el secretario general y del consejo de Santander, Jaime Pérez Renovales.
Desde la entidad española argumentarán que el contrato de Andrea Orcel nunca se formalizó al no darse las condiciones a las que estaba supeditado, y que solo se trató de una carta con las condiciones de la oferta.