España competirá con Italia y Grecia para captar 190 millones de turistas europeos
La mala situación sanitaria del norte de África relega a Túnez, Egipto o Turquía
La campaña de vacunación en los grandes mercados emisores de turistas y la mejora de la situación sanitaria ha despertado el optimismo entre el sector turístico español, hundido en un clima depresivo tras trece meses consecutivos de parálisis, que han acumulado millones de pérdidas en las cuentas de resultados de hoteleras, bares, restaurantes, agencias de viajes y transporte. Si el pasado verano (junio a septiembre incluidos), España tan solo recibió 6,1 millones de viajeros, la previsión para este ejercicio es que la cifra se triplique hasta los 18 millones de turistas. Pese a ello, la llegada de viajeros se quedaría apenas en un 50% de los 37 millones recibidos en el verano de 2019, en un escenario prepandemia.
Pero España no está sola en esta competición por atraer viajeros europeos, que si ya eran tradicionalmente los más fieles a España, ahora lo serán mucho más, siempre y cuando les convenzan los precios y las condiciones sanitarias. Los grandes destinos españoles van a tener que competir con Italia, Grecia, Chipre o Malta para atraer a turistas de la UE ansiosos por viajar tras más de un año de encierro. La competencia procedente del Norte de África (Turquía, Egipto, Túnez o Marruecos), que floreció desde 2012 gracias a las bajadas de impuestos y de precios no va a a suponer un reto este año, toda vez que la situación epidemiológica es sensiblemente peor que en otros destinos europeos y los viajes a esos destinos serán prohibidos o desaconsejados por las autoridades comunitarias. Por lo tanto, la batalla para atraer turismo europeo está entre esos cinco destinos que pujarán por atraer a los 190 millones de turistas (menos de la mitad que lo recibido antes de la pandemia) que se prevé que viajen en los meses de verano.
Al margen del Norte de África y otros destinos más lejanos, como Turquía, la principal batalla de esos cinco países va a ser, aprovechando la tramitación express del pasaporte sanitario, atraer viajeros de aquellos países en los que el proceso de vacunación vaya mucho más rápido que en la UE. Es el caso del Reino Unido, en el que más de la mitad de la población ya tiene una primera dosis de la vacuna y en la que se espera alcanzar la inmunidad de rebaño a principios de verano. El gobierno británico trabaja para instalar un semáforo con tres luces (rojo, ámbar y verde). En cualquiera de ellos, los viajeros tendrán que hacer, como minimo, una PCR a la ida y otra a la vuelta. En 2019, España recibio 18 millones de viajeros británicos, tantos como en todo 2020, y el objetivo es volver a fidelizarlos.
La buena situación sanitaria de España puede ser el principal revulsivo para atraer millones de británicos, aunque el elevado coste de estar limpio del virus (a 100 euros de media cada PCR, el coste para una familia de 4 personas es cercano a los 800 euros) puede llevar a mucha gente a anular su viaje y optar, tal y como hicieron en 2020, por quedarse en sus localidades de origen. Al problema económico se ha unido el último informe de la autoridad sanitaria de Reino Unido, que desaconseja los viajes al extranjero por el riesgo que entraña la importación de nuevas cepas del coronavirus, pese a la presión de los grandes turoperadores (TUI o Jet 2) y de las grandes aerolíneas, ansiosas por reactivar el tráfico aéreo.
El otro gran mercado emisor es Alemania, que también debe mostrar en las próximas semanas sus reglas para prohibir o permitir la movilidad a sus viajeros durante el próximo verano. Será la Unión Europea la que deberá dictaminar las normas a seguir, aunque la presión de Baleares y Canarias ya ha surtido efecto y Alemania las considerará al margen del resto de España. Los dos gobiernos autonómicos están luchando fuerte para lograr abrir corredores turísticos con Alemania y a partir del 19 de mayo con Reino Unido, basándose en el hecho de que su condición de insularidad les proporciona una mayor capacidad de control del virus, ya que todos los que entren y salgan de la isla deben pasar una prueba PCR.
Las negociaciones se han acelerado en las últimas semanas, especialmente en el caso de Alemania y Baleares (el 50% de sus viajeros extranjeros son germanos) gracias a la buena situación epidemiológica del archipiélago. Pese a ello, un leve repunte de los contagios le ha llevado a superar los 50 casos por cada 100.000 habitantes, el límite marcado por el Gobierno alemán para pasar cuarentena a la vuelta del viaje, lo que podría desincentivar a muchos viajeros y obligar al Ejecutivo balear a elevar las restricciones.
Vacunas y bonos turísticos
EE UU. Será el gran mercado emisor de viajeros en el mundo, ya que la agresiva campaña de vacunación le llevará a ser la primera nación con toda su población inmunizada. Ello ha llevado al Ejecutivo comunitario a acelerar las negociaciones para que los turistas estadounidenses vacunados o con una PCR negativa puedan acceder directamente a un destino europeo, tal y como hace Grecia. “La excepción griega, a la que España debe sumarse de inmediato, pone de manifiesto que no podemos continuar aceptando sin rechistar ser rehenes de la política de Bruselas, decidida por un grupo de países para los cuales el turismo no tiene un peso representativo en sus economías", señala Juan Molas, presidente de la Mesa del Turismo.
Bonos turísticos. Muchas autonomías han lanzado bonos turísticos para financiar y estimular los viajes dentro de su región. Las ganas de viajar y la crisis económica han provocado una acogida sin precedentes. Los dos millones de euros que puso la Xunta de Galicia, en bonos de 200, 375 o 500 euros (que deben ser acompañados con un gasto del turistas de 100, 150 o 200 euros) se agotaron en diez horas. Andalucía bonifica con un 25% las estancias de dos noches y hasta un 50% si superan las cuatro noches, con un importe máximo de 200 y 500 euros respectivamente.