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La factura de la crisis

España tiene por delante la mayor consolidación fiscal de toda Europa

Eurostat ratifica que cerró 2020 con un déficit del 11% y una deuda del 120%. El endeudamiento marca un nuevo récord en febrero en 1,36 billones

Impacto de la pandemia en las cuentas públicas de la UE
A. Meraviglia
Juande Portillo

La enorme factura que ha supuesto afrontar la pandemia del Covid-19 y la caída de la recaudación que ha generado la crisis económica consecuente han terminado por descuadrar las cuentas públicas de toda la Unión Europea. España es, sin embargo, el país que mayor tarea tiene por delante a la hora de reconducir el agujero fiscal generado.

Así lo certificó ayer la oficina estadística europea, Eurostat, al confirmar que el déficit público español saltó del 2,9% del PIB a cierre de 2019 al 11% en 2020, el mayor desequilibrio entre ingresos y gastos de toda la UE.

Y eso que el descalabro ha sido generalizado. Eurostat alerta de que, salvando Dinamarca que acabó el año con un agujero fiscal del 1,1%, los otros 26 socios comunitarios registran déficits superiores al 3% de sus PIB. Un umbral a partir del cual se suele activar el procedimiento de déficit excesivo por el que Bruselas exige planes de ajuste, algo que se evitarán a corto plazo por la suspensión de las reglas fiscales en 2020 y 2021, y que se negocia mantener en 2022. A partir de ahí, sin embargo, la UE podría comenzar a solicitar medidas concretas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha advertido de que, si no actúa para evitarlo, a España le espera al menos un lustro de déficit excesivo.

Después de todo, es el país más alejado de los umbrales de prudencia. En la zona euro el déficit medio creció en 2020 del 0,6% al 7,2%, mientras que la media de los 27 saltó del 0,5% al 6,9%. Justo por detrás de España se sitúan Malta (10,1%), Grecia (9,7%), Italia (9,5%), Bélgica (9,4%), Francia y Rumanía (9,2%, en ambos casos) y Austria (8,9%). Del lado contrario, destaca el caso alemán, que pasó de un superávit del 1,5% a un déficit del 4,5%.

En paralelo, la oficina estadística comunitaria también ratificó que la deuda pública española culminó 2020 en los 1,34 billones de euros, saltando del 95,5% el 120% del PIB (una vez añadida la factura de Sareb, el llamado banco malo). La cifra duplica el umbral de 60% de deuda sobre PIB que se considera sostenible.

Hay otros 14 países por encima de dicho nivel y, de hecho, España no es el peor parado en este ámbito. Superan su endeudamiento Grecia (205,6%), Italia (155,8%) y Portugal (133,6%), mientras que se sitúan a corta distancia Chipre (118,2%), Francia (115,7%) y Bélgica (114,1%). Los países mejor posicionados en esta comparativa fueron Estonia (18,2%), Luxemburgo (24,9%), Bulgaria (25%), Chequia (38,1%) y Suecia (39,9%). En el conjunto de la zona euro, el endeudamiento pasó de 10,02 a 11,1 billones, alzándose del 83,9% al 98% del PIB conjunto mientras que en la UE subió del 77,5% al 90,7% del PIB, alcanzando 12,07 billones.

Pese a la situación, el Gobierno ha decidido postergar la consolidación fiscal, y el detalle de su diseño, hasta consolidar la recuperación económica. Con todo, asume que el rebote del PIB permitirá rebajar ya este año el déficit (viene estimando que al 7,7% pero revisará esta cifra la próxima semana en el Plan de Estabilidad que remita a Bruselas) y la deuda (un punto). Esta, sin embargo, volvió a marcar un nuevo máximo histórico en febrero, al subir 18.601 millones hasta los 1,36 billones, según los datos publicados ayer por el Banco de España.

La senda de reconducción

Mejora este año. “El hecho de que no tengamos una senda de estabilidad no significa que este Gobierno no esté comprometido con la consolidación fiscal”, que es “imprescindible para la sostenibilidad de las finanzas públicas”, defendió ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Congreso de los Diputados, recordando que el Presupuesto General prevé “una pendiente descendiente” en términos de déficit para este mismo año. Aunque esta mejora se fía, básicamente, al rebote del PIB tras el descalabro de 2020, Montero recordó que el año que viene se abordará una revisión integral del sistema tributario.

Sociedades. Siendo la reforma del impuesto de sociedades una de las prioridades de Hacienda, en la senda de fijación de un tipo mínimo global promovido por la Casa Blanca de Joe Biden, la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf) aseveró ayer que las empresas españolas ya soportan una fuerte presión fiscal y abonan un tipo efectivo de entre el 21,5% al 22,6%, estiman, frente al tipo nominal de partida del 25%, uno de los más altos de los países del entorno dicen.

Biden y la riqueza. Por su parte, Biden estudia subir impuestos sobre la riqueza, según avanzó Reuters.

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