Gestor de Invesco
Max Widmer: “El inversor no sabe lo difícil que pueden ser los periodos inflacionistas”
Reconoce que las bajas tasas de interés de la deuda soberana son actualmente su mayor reto en la cartera
Forma parte del equipo de gestión de un fondo que maneja 15.000 millones de euros y que se basa en la paridad de riesgo a la hora de construir la cartera. En el Invesco Balanced-Risk Allocation Fund se reparte la volatilidad equitativamente en tres clases de activos: acciones, deuda soberana y materias primas. Cada parte aporta el 33% del riesgo, “pero luego hay una componente táctica que nos permite aumentar o disminuir la exposición hasta un 17% en función de las circunstancias de mercado”, explica Max Widmer.
- R. ¿Qué se busca con un fondo de estas características?
- R. Partimos de la premisa de que son las volatilidades las que derivan en rendimiento y que sin asumir riesgo no se puede generar rentabilidad. Al final lo que queremos es obtener una solución financiera multiactiva que permita al inversor navegar todas las fases del ciclo económico.
- R. ¿Y eso cómo se consigue?
- R. Dando mayor peso en la cartera a los activos que corresponden a cada una de las fases del ciclo. En la fase de inflación, nos enfocamos en materias primas. Para momentos de crecimiento, en acciones de mercados desarrollados, y para la fase recesiva utilizamos bonos soberanos de alta calidad. Es importante destacar que estas tres clases de activos no tienen una alta correlación entre sí ya que buscamos maximizar la diversificación. Y, finalmente, utilizamos la liquidez. No creemos que se puedan formular previsiones de mercado correctas a largo plazo, por lo que preferimos construir la diversificación necesaria a lo largo del tiempo y, después, hacer pequeños ajustes mensuales dependiendo de las condiciones del mercado.
- R. Dado que actualmente los pesos del riesgo en la cartera están sobre todo en acciones (50%) y en materias primas (32%), ¿en qué momento de mercado consideran que estamos?
- R. Estaríamos en crecimiento inflacionario, lo que corresponde al momento posterior al freno que se le puso a la economía mundial el año pasado.
- R. ¿Con qué composición llegaron a las caídas de marzo de 2020?
- R. Con la renta fija en el 50%, que es el máximo. La componente táctica nos llevó a tomar una postura bastante defensiva cuando entramos en el peor mes del año pasado, que fue marzo. Curiosamente, en 2020 tuvimos el peor trimestre, que fue el primero, y el mejor trimestre para la estrategia, que fue el último.
- R. El precio de las materias primas lleva semanas con crecimientos notables. ¿Cómo les puede afectar?
- R. El riesgo de presiones inflacionistas a medio y largo plazo es bastante elevado. Pero la situación en los últimos 12 meses se diferencia mucho de la que teníamos en la crisis de 2008. Por entonces, la política monetaria no estaba acompañada de una política fiscal expansiva como a día de hoy. Eso, naturalmente, va a aumentar la base monetaria que es altamente inflacionista. Junto a esto es importante observar el ciclo de las materias primas. En 2008 estaban sobrevaloradas, necesitaban una corrección. Hoy, en cambio, están infravaloradas.
- R. ¿Teme un proceso inflacionista?
- R. Hoy el riesgo es muchísimo más elevado que en la última crisis que tuvimos en 2008. No hay que olvidarse de que la última vez que los mercados vivieron un periodo de alta inflación fue en los años setenta y el precio de los activos financieros, como acciones y bonos, durante ese periodo tuvo una performance real negativa, y los commodities, en cambio, tuvieron el desempeño completamente opuesto. De hecho, decidimos incluir las materias primas en la cartera del fondo porque no encontramos otra clase de activo que tuviese la característica de ser tan reactivo a la inflación y tuviera buena liquidez.
- R. ¿Qué otros riesgos prevé en los próximos meses?
- R. Sabemos muy bien lo que va a pasar si entramos en una fase de contracción, que los gobiernos y los bancos centrales van a seguir inyectando liquidez hasta darle soporte a la economía global. Y eso no va tener otro efecto que incrementar el nivel de deuda de manera vertiginosa, pero una manera de pagar la deuda es desvalorizándola a través de la inflación. Hay que tomar en consideración el riesgo de inflación. Muchos de los inversores no tienen idea de lo difícil que pueden ser esos periodos de inflación, sobre todo para los activos financieros. Ese es el riesgo más grande a medio y largo plazo.
- R. ¿Le preocupa el ritmo en los procesos de vacunación?
- R. Se escuchan noticias que se contradicen constantemente y tener un cuadro objetivo de lo que está pasando es muy difícil. Nos tenemos que acostumbrar a esta situación, porque el Covid no va a dejar de existir. De todas formas, los números no me preocupan tanto. Me preocuparía si tuviésemos un tipo de pandemia con un virus tan contagioso como el Covid y tan letal como el ébola. Ahí sí tendríamos un problema muy grave.
- R. En renta fija, solo tienen deuda soberana. ¿Por qué renunciar a las oportunidades que ofrece, por ejemplo, la deuda corporativa?
- R. El problema es que en ese tipo de deuda no hay la liquidez que necesitamos y está altamente correlacionada con la renta variable. No queremos duplicar riesgos. El objetivo de ese componente de deuda soberana es, simple y llanamente, para hacer de colchón en tiempos de recesión. Muchas veces nos preguntan por qué dejamos muchas clases de activos fuera, pero es que no caben dentro de nuestro proceso y manera de operar.
- R. En cuanto a renta variable, están expuestos solo a cinco mercados (EE UU, Japón, Reino Unido, Hong Kong y zona euro). ¿Barajan incorporar alguno más?
- R. En 2010 hicimos cambios en la parte de deuda para añadir bonos australianos y canadiense, y en los commodities también hemos incrementado la variedad hasta tener 21 activos. Pero, hoy por hoy, en la parte de acciones, esos mercados contribuyen equilibradamente al riesgo de la cartera.
- R. ¿Cuál es la parte del fondo más difícil de gestionar?
- R. A día de hoy, el reto que tenemos son las tasas de interés tan bajas en los bonos soberanos. En esta situación, se limita el poder que tiene esa componente en la cartera de proteger en tiempos de contracción del mercado. Actualmente los bonos no tienen tanto poder como lo tuvieron en 2008, cuando las tasas estaban más altas. Ese es el reto más inmediato que yo veo para la cartera.