Tres ideas para jugar la recuperación en un año lleno de retos
Aunque todavía hay meses críticos por delante, merece la pena poner las luces largas y apostar por la vuelta a la normalidad
Vaya comienzo intenso el de 2021. En todos los frentes. El asalto al capitolio, la investidura de Joe Biden llena de símbolos tras la confirmación de la blue wave en el Gobierno de Estados Unidos, la despedida de Trump con impeachment (otro) a la vista, la feroz tercera ola de Covid-19 en medio de la esperanza por la llegada de las vacunas y las dificultades en el proceso de suministro, las preocupantes nuevas variantes del virus y, por si todo esto fuera poco, la vuelta de (Super) Mario Draghi a la primera plana de la política italiana. Como el año siga con semejante intensidad vamos a llegar a diciembre exhaustos o anestesiados ante la novedad.
También en los mercados financieros el arranque de año ha sido intenso y con idas y venidas. Comenzábamos con un buen tirón de aquellas ideas que responden al recovery trade, que lideraban las ganancias en las tres primeras semanas del año. La tecnología se paraba tras su escalada de 2020 y sufrían las acciones de calidad o más defensivas, que, en general, estrenaban año con números rojos.
Las noticias preocupantes en cuanto a las cifras descontroladas de la pandemia y los retrasos en el suministro de las vacunas ponían nervioso al mercado, que terminaba enero cediendo todo lo ganado en el mes, siendo los sectores más cíclicos los más perjudicados. Febrero ha significado la vuelta a la casilla de salida y en unos pocos días las buenas noticias de la llegada de nuevas vacunas (Novavax y Johnson & Johnson) y el buen desempeño de las compañías en su temporada de publicación de resultados aupaban de nuevo a los mercados hasta máximos del año.
No hay duda de que estamos ante un año complejo cuando de hacer estimaciones se trata. Tenemos por delante un escenario de recuperación económica que se prevé fuerte. El Fondo Monetario Internacional, en su revisión del crecimiento para el mundo, mejoraba notablemente sus perspectivas para varias regiones. Llama la atención la fuerte revisión para Estados Unidos. Allá por julio, la caída esperada en el PIB de la primera región del mundo se situaba en el 8%. En la revisión de enero de 2021, la reducía hasta un 3,5%. Europa, aunque sigue más afectada en lo económico, también mejora ligeramente, desde el -10,2% que se esperaba en julio hasta el -7,2%. En el otro extremo está China, que ya consiguió en el cuarto trimestre crecer al ritmo prepandemia, va a cerrar 2020 creciendo y mejorando las expectativas del FMI y, más notablemente, ha conseguido meterle un acelerón a su ritmo de crecimiento para elevarlo del 6% pre-Covid a más del 8% pos-Covid.
Con independencia del error que puedan entrañar estas cifras, la enseñanza es que en entornos tan complejos como los que estamos viviendo, las estimaciones son tremendamente difíciles de realizar y no debemos descartar las noticias positivas.
Cuando lo trasladamos a los activos, y sin olvidar que en los mercados cotizan las compañías y no los PIB, tal vez podríamos ver el mismo fenómeno con los resultados empresariales. Inmersos de pleno en la campaña de publicación de resultados en Estados Unidos, vemos una ratio de noticias positivas algo superior (alrededor del 85%) que en trimestres anteriores. Siguen brillando, como no podía ser de otra manera, los ganadores de la pandemia. Las grandes tecnológicas han batido (por mucho) las previsiones de los analistas. Para los próximos trimestres, una de las claves es la capacidad de recuperación de los sectores más castigados por el cierre de las economías.
Nosotros somos bastante constructivos con este escenario. Aunque sabemos que tenemos por delante meses críticos (proceso de vacunación, avance en la inmunidad de grupo y reconstrucción de las economías), pensamos que merece la pena poner las luces largas y apostar por un mejor panorama en los próximos meses y, por qué no, pensar en empezar a dejar atrás este virus. Además, tanto Gobiernos como bancos centrales seguirán centrados en apoyar a la economía para que salgamos de esta situación lo antes posible.
Por ello, hemos puesto en marcha algunas ideas que se beneficien de la recuperación cíclica o la vuelta a la normalidad. A la hora de poner en práctica esta idea de recovery trade hemos optado por tres estrategias distintas. Combinamos gestores activos especialistas con sesgo hacia sectores cíclicos e instrumentos de gestión pasiva, como un ETF que equipondera los 500 valores del S&P 500, de tal manera que las grandes empresas que mejor lo han hecho ven reducido significativamente su peso, mientras que los valores más pequeños junto con los que se han quedado más rezagados suben su porción en el índice. Nos parece una manera conservadora de apostar por la reversión de un fenómeno anómalo como el que se está dando en la actualidad y que es que el peso de las seis mayores compañías de la Bolsa americana (Amazon, Apple, Facebook, Microsoft, Alphabet y la recién incorporada Tesla) tienen el mismo peso que las 372 compañías más pequeñas del índice, que son, en todo caso, grandes valores. El peso en ideas cíclicas o de recovery trade representa una cuarta parte de nuestra cartera total de renta variable.
Una segunda idea es la que apuesta por la recuperación y desarrollo de los mercados emergentes. En esta pandemia, Asia lo ha hecho mejor, en general, que otras zonas del mundo. Además de esto, no debemos mirar ya a los mercados emergentes como rezagados en el proceso de desarrollo, dado que hay regiones e incluso países que están a la vanguardia de algunas tecnologías. Esto, unido a que en ellos se concentra un enorme porcentaje de la población mundial, nos lleva a apostar por los mercados emergentes como una idea secular.
Por último, queremos apostar por la tecnología en un mundo que cada vez la necesita más. Pensamos que la inversión en tecnología es una apuesta de largo plazo y que el sector ha salido claramente reforzado de la pandemia. No obstante, somos conscientes de las valoraciones excesivas de muchas empresas vinculadas al stay at home y también de algunas de las grandes tecnológicas. No queremos estar en esa parte del mercado, sino en aquella que es necesaria para un mundo cada vez más conectado. Queremos tener exposición a la parte más industrial y de inversión de la tecnología, con una clara infraponderación de las FAANG y de los nombres revelación de la pandemia.
Parece que el año ha comenzado con algo de viento de cola para esta parte más táctica de la cartera, a la vez que la tecnología mantiene intacto su brillo. Sabemos que tenemos por delante un año retador y con no pocas incertidumbres a la vista y que, una vez más, nos obligará a ser reactivos y estar preparados para aprovechar las oportunidades que vayan surgiendo.
Marta Campello es Socia y gestora de Abante