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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Nueve tendencias del sector bancario en 2021

Será el año de la recuperación, pero también el año en el que comenzarán a evidenciarse los cambios a largo plazo que ha provocado la pandemia

El 2021 será un año de recuperación, pero también será el año en el que comenzaremos a comprender los cambios a largo plazo que la pandemia de Covid-19 ha provocado en la forma en que trabajamos, vivimos e interactuamos. Para los bancos, 2020 supuso un estallido sostenido de improvisación e innovación que permitió a muchos de ellos hacer en cuestión de meses progresos tecnológicos y de modelos de negocio que habrían supuesto años. La gran pregunta para los equipos directivos de los bancos ahora mismo es determinar cómo utilizar la experiencia adquirida durante el año pasado para impulsar el negocio en 2021.

Si el mundo del retail y la banca comercial ya era un sector complejo y de rápido movimiento, las consecuencias del Covid harán que navegar sea aún más difícil. Permítanme sintetizar nueve tendencias para la banca comercial y minorista que serán importantes en 2021, intentando desde la visión global aterrizarlas en la casuística del mercado español:

1. Apostar a lo grande y quedarse en casa. En 2021 podemos esperar que muchos bancos sacarán el máximo partido a su estrategia, simplificando su negocio, racionalizando sus carteras y de consolidación doméstica, reduciendo por lo tanto sus acuerdos internacionales por acuerdos nacionales. Las entidades financieras seguirán teniendo la presión para reducir costes, pero sin dejar de invertir en tecnología para diferenciarse, por ello veremos una gran cantidad de acuerdos que remodelarán el panorama bancario en Estados Unidos, el Reino Unido y muchos otros mercados, como en España. No esperamos que los beneficios alcancen la normalización hasta 2022 o 2023, por lo que es probable que se impulsen los casos de fusiones y adquisiciones, mediante la reducción de costes y el incremento de cuota de mercado con clientes.

2. La neonormalidad. En 2020, la digitalización del sector financiero aumentó en la primavera a niveles sin precedentes, pero se estancó a finales de año. Esto a su vez llevó a una ola de propuestas de cierres de oficinas y traspaso de procesos de la red  a los canales digitales, dejando las interacciones humanas por excepción o para segmentos de banca personal y empresas mientras los neobancos o bancos digitales experimentaron un destino mixto. Habrá una bifurcación, en la que tanto los mejores bancos tradicionales como los mejores neobancos ganen clientes. También veremos el lanzamiento de la próxima generación de neobancos en mercados como Singapur y Hong Kong.

3. El crepúsculo de las apps bancarias. El lanzamiento del banco Google Plex y la probable evolución de la propuesta bancaria de Apple de tarjetas de crédito a un actor de servicios financieros más amplio podrían llevar al mundo occidental por el mismo camino que hemos visto en China, donde un mundo digital sin apps para las entidades financieras provocaría que la banca B2C se convierta rápidamente en B2B2C.

4. Transparencia radical. En 2021, los bancos minoristas tradicionales tendrán que defenderse de los de los competidores fintech y big tech a la vez que se enfrentarán a márgenes estrechos, pérdidas crediticias y economías en desaceleración. Una respuesta optimista es poner el foco en el asesoramiento centrado en el cliente, para lo que será necesario ganarse su confianza, lo que requerirá a su vez un cambio radical en la transparencia.

5. Obtener crédito. Los estímulos gubernamentales hicieron que las métricas tradicionales de calidad crediticia fueran malos predictores de pérdidas futuras. En 2021, esas pérdidas comenzarán a abrirse camino a través de las pérdidas y ganancias de los bancos, lo que hará que la gestión de crédito inteligente basada en datos sea un diferenciador de rendimiento. Para reforzar la rentabilidad, los bancos también tendrán que ser inteligentes y agresivos con las nuevas extensiones de crédito. Si los bancos no satisfacen esa demanda de crédito, una nueva generación de prestamistas alternativos llenará ese vacío.

6. El efectivo ya no es el rey. Es tentador pensar que el Covid-19 nos ha acercado a un mundo sin efectivo. Su uso ha disminuido entre el 30% y el 40% en Europa. A nivel mundial, la pandemia vio caer el uso de efectivo alrededor de un 6% y esperamos que esa tendencia continúe y luego se acelere a medida que las monedas digitales de los bancos centrales estén disponibles como sustitutas del efectivo. En España en 2030 se prevé que unos 29.800 millones de transacciones valoradas en 623.600 millones de dólares pasen a realizarse a través de tarjetas y pagos digitales.

7. Un punto verde de inflexión. 2021 será un punto de inflexión en la concesión de préstamos sostenibles, ya que los bancos centrales y los reguladores reconocen las graves consecuencias macroeconómicas del cambio climático sin restricciones. Se seguirán financiando proyectos de combustibles fósiles, pero el coste de ese capital aumentará, y quienes presten se enfrentarán a crecientes riesgos de reputación y regulatorios.

8. El auge del regulador digital. Este año asistiremos al surgimiento generalizado de un nuevo tipo de regulador digital con un metabolismo diferente de lo que hemos visto en el pasado. A medida que la pandemia retroceda, los bancos centrales tendrán que encontrar el equilibrio entre regulación y el estímulo de la innovación. La Autoridad Monetaria de Singapur y la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido ya han dado prioridad a los centros de innovación de datos y a las zonas de pruebas regulatorias para apoyar los programas nacionales de innovación, y creemos que este enfoque se generalizará todavía más. Si 2020 fuera un acelerador digital para la industria bancaria, pensamos en 2021 podría desempeñar un papel similar para sus reguladores.

9. Una nube (cloud) flexible. La pandemia impulsó la adopción de la nube; sin embargo, sus diversas modalidades (privada, pública, híbrida, virtual o comunitaria) han sido útiles para definir diferentes enfoques técnicos que pueden fomentar un pensamiento aislado que podría impedir que los bancos comprendan los beneficios más amplios del cloud. La nube es una herramienta, pero cada vez se asemeja más a una llave inglesa que a un conjunto de destornilladores.

Diego López Abellán es ‘Managing director’ de servicios financieros de Accenture en España, Portugal e Israel

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